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Trump anuncia nuevas medidas para ahogar a Cuba: más restricciones al turismo y obstáculos para la inversión extranjera

Un memorándum de la Casa Blanca contempla reforzar el embargo a la isla, aunque los economistas rebajan estos planes al considerarlos “más de lo mismo”

Trump y Cuba
Carla Gloria Colomé

Aunque Cuba no es precisamente un frente de política exterior que le quite el sueño a nadie en Washington —enfocado más en hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande—, la Casa Blanca ha recordado esta semana una frase que Donald Trump pronunció durante su campaña electoral y que reforzó las simpatías de sus fieles votantes cubanoamericanos: “Como presidente, volveré a apoyar al pueblo cubano en su larga búsqueda de justicia, libertad e independencia”.

Trump ha firmado un memorándum en el que se propone “fortalecer la política de Estados Unidos hacia Cuba”. Sin embargo, entre los economistas se ha impuesto la tesis de que se trata de “más de lo mismo”. Con el documento suscrito este 30 de junio, la Casa Blanca hizo públicas sus intenciones de limitar el turismo hacia la isla, la inversión extranjera y reforzar el embargo económico que se extiende desde inicios de los sesenta. Todos estos propósitos casan con la política que Trump ya venía aplicando desde su primer mandato y que sostuvo cuando volvió al poder en enero.

Las restricciones económicas impulsadas por el Gobierno de Trump desde que llegó al poder por primera vez en 2016, ligadas a la profunda crisis que vive el sistema y modelo económico cubano, han ahogado al país tras el oxígeno temporal que Barack Obama llevó a la isla con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas después de varias décadas. El republicano dio marcha atrás a las normas de viajes que permitían aterrizar en el país a turistas estadounidenses, paralizó el comercio de orilla a orilla o limitó el envío de remesas, una de las mayores fuentes de ingresos a la economía isleña. Luego, en cuatro años de presidencia, Joe Biden miró muy poco hacia Cuba, y la mayoría de estas restricciones siguieron vigentes. Seis días antes de terminar su mandato, sacó al país de la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo, en la que Trump la incluyó exactamente seis días después.

Ahora, la Casa Blanca anuncia que el Memorándum Presidencial de Seguridad Nacional (NSPM) termina de revertir algunas concesiones de la Administración de Biden, que “alivió la presión sobre el régimen cubano”, y adelanta el “fin a las prácticas económicas que benefician de manera desproporcionada al Gobierno, el Ejército, los servicios de inteligencia o las agencias de seguridad a expensas del pueblo cubano”.

El documento contempla la prohibición de las transacciones financieras directas o indirectas con entidades controladas por la cúpula militar castrista, como el Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA) y sus filiales, algo que el secretario de Estado, el cubanoamericano Marco Rubio, había anunciado en febrero como parte de las medidas dirigidas a asfixiar a La Habana. También indicaron que, en aras de “desalentar la migración peligrosa e ilegal”, se cuidarían de garantizar que no se restablezca la política Pies secos, pies mojados, eliminada por Obama y que amparaba a ciudadanos cubanos que lograban pisar territorio estadounidense.

EE UU “ayudará a expandir” los servicios de internet

El memorándum asegura que Estados Unidos ampliará “los esfuerzos para apoyar al pueblo cubano mediante la expansión de los servicios de Internet, la libertad de prensa, la libre empresa, la libre asociación y los viajes legales”, y que garantizará la promoción “de los derechos humanos, el fomento de un sector privado independiente del control gubernamental y la mejora de la seguridad nacional”. Todo esto, según el comunicado, llega de los deseos y la promesa del presidente Trump de “fomentar una Cuba libre y democrática, abordando el sufrimiento prolongado del pueblo cubano bajo un régimen comunista”.

El anuncio, además, fue claro al adelantar que impondrá restricciones legales al turismo estadounidense a Cuba, aunque la isla dista de ser aquella que recibía cruceros y decenas de vuelos diarios con visitantes del norte deseosos de conocer el último bastión comunista de occidente. Por eso, el economista cubano Omar Everleny Pérez Villanueva, exdirector del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de La Habana, cree que estas medidas anunciadas el lunes por Trump son una gota más en el vaso que el republicano viene llenando desde hace tiempo, y que ha llevado a su Gobierno a tomar otras medidas como la restricción de visados a personas relacionadas con Cuba; la reactivación del Título III de la Ley Helms-Burton, que permite a los estadounidenses tomar acciones legales contra empresas o personas que manejen “bienes confiscados por el régimen cubano” después de 1959; o la prohibición del envío de remesas a Cuba a través de la empresa Orbit S. A.

“Todas estas nuevas medidas tienden a reforzar el bloqueo de Estados Unidos hacia Cuba, pero no sería un gran golpe porque ya eso se viene ejecutando”, afirma Everleny. “Es decir, muchas de las empresas extranjeras que tienen vínculos con Cuba ya han sido presionadas y al país ya no vienen turistas norteamericanos como antes”.

El economista cree que la inversión extranjera en el país se verá todavía más afectada en un momento en el que el turismo ha decaído notablemente (si en 2018 llegaron 4,6 millones, en 2021 el país recibió 2,2 millones). Sin embargo, no cree que esto se deba solo al embargo. “Muchas grandes empresas se han limitado a venir, pero no solo por las sanciones de Trump, sino por la no credibilidad del Gobierno cubano, que al final no les paga”, dice el economista. “Antes de este memorando, se puede ver que, en los últimos cinco meses, el turismo ha caído casi el 30%, y esta tendencia tiene múltiples factores, como la fuerte crisis económica interna, los apagones, la falta de calidad de los servicios. Hay una serie de cosas que están conspirando contra el desarrollo del turismo en Cuba. Es una mezcla, no se puede decir que esas medidas sean la única razón por la que no hay turismo o inversión extranjera”.

El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, tildó en X la política como “un acto criminal y una violación de los derechos humanos de toda una nación“. Lo que queda claro es que, en última instancia, a quien perjudica es a la familia cubana, enfrascada en lidiar con horas de apagones, con la escasez de medicinas o alimentos. “Si tú presionas a las empresas que dan cierto oxígeno y ahora no lo puedan hacer, evidentemente afectará al cubano de a pie”, sostiene Everleny.

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Sobre la firma

Carla Gloria Colomé
Periodista cubana en Nueva York. En EL PAÍS cubre Cuba y comunidades hispanas en EE UU. Fundadora de la revista 'El Estornudo' y ganadora del Premio Mario Vargas Llosa de Periodismo Joven. Estudió en la Universidad de La Habana, con maestrías en Comunicación en la UNAM y en Periodismo Bilingüe en la Craig Newmark Graduate School of Journalism.
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