El nuevo aeropuerto de Lima inaugura en medio de controversias por su planificación

Después de 65 años, el aeropuerto internacional Jorge Chávez, en Lima, Perú, dejará de operar para dar paso a un nuevo terminal más amplio y moderno, ubicado en un terreno contiguo, en la ciudad portuaria del Callao. Sus operaciones iniciarán este domingo tras una serie de postergaciones, conflictos y reclamos. Este viernes, se realizó la ceremonia de inauguración con la participación de la presidenta, Dina Boluarte.

El nuevo terminal aéreo se convirtió en una necesidad cuando hace una década se comprobó que el tránsito de pasajeros crecía a un ritmo vertiginoso. Su ejecución, sin embargo, no ha estado exenta de polémica. El viejo aeropuerto siempre supuso un desafío para los viajeros. A diferencia de otros países, no se encuentra totalmente alejado de la ciudad. A ello se suma que el tráfico limeño ha dejado de tener horas pico para convertirse en un embotellamiento constante. En el nuevo terminal los obstáculos se han redoblado: su único acceso es por la avenida Morales Duárez, a través de puentes modulares sobre el río Rímac, en una zona de vías estrechas y poca iluminación.

Un aspecto que refleja la improvisación es que existirá una parada del Metro de Lima —un sistema público de trenes eléctricos— llamada “Aeropuerto”. Pero esta recién se inaugurará dentro de tres años y está ubicada frente al antiguo terminal. “Tener una estación llamada ‘Aeropuerto’ donde ya no va a estar el aeropuerto es el ejemplo más gráfico de nuestra falta de planificación como país”, dijo Carlos Gutiérrez, gerente general de AETAI, la asociación que representa a la industria aeronáutica en Perú.

A la salida del remozado Jorge Chávez, basurales y casas a medio construir que desafían la erosión de sus laderas recibirán a los nuevos turistas. La Municipalidad de Callao, en “apoyo al Ministerio de Transportes y Comunicaciones”, no tuvo mejor solución que construir un muro de 900 metros con paneles que llevan impresas imágenes de vegetación.

La marcha blanca del nuevo Jorge Chávez inició el 15 de mayo y estuvo a punto de padecer una tragedia el viernes pasado, cuando una presunta confusión del personal de control aéreo casi provoca la colisión de dos aviones, con más de 600 personas en riesgo. Un ascenso de emergencia de una aeronave proveniente de Panamá evitó el desastre cuando dirigía su aterrizaje a la pista 16 izquierda, del antiguo aeropuerto, la cual ya estaba cerrada.

Otra de las cuestiones que ha generado reclamos es la tarifa del nuevo aeropuerto, pues ahora los consumidores deberán pagar un impuesto por hacer escala en Lima. Se trata de la Tarifa Unificada de Uso de Aeropuertos (TUUA). Esta implementación contempla una tarifa de 11,32 dólares por pasajero en vuelos de transferencia internacional, y de 7,07 dólares en vuelos de transferencia nacional. La Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (ASPEC) la consideró “una carga económica adicional e injustificada para los usuarios del principal terminal aéreo del país”.

En 2014, la concesionaria alemana Lima Airport Partners comprobó que el Jorge Chávez recibía unos 17 millones de viajeros al año. Tres años después llegó a un acuerdo con el Ministerio de Transportes para extender el contrato hasta 2041 con la condición de construir un nuevo aeródromo que reemplace al antiguo, que funcionaba desde 1960.

No obstante, lo que se planteaba como una solución efectiva se ha convertido en un proyecto repleto de contratiempos. Inicialmente, se estimaron 2.000 millones de dólares de inversión, los cuales terminaron incrementándose hasta 2.400. Su inauguración estaba programada para el 18 de diciembre de 2024, pues se promocionaba su avance de hasta el 90% en julio del mismo año. Esta no se dio porque la International Air Transport Association (IATA) advirtió que “se estaban precipitando a que se produzca el quiebre del servicio total del terminal”, además de problemas con la seguridad y algunas obras inconclusas, por lo que se pospuso hasta el 30 marzo.

La inauguración nuevamente fue pospuesta debido a que Transportes realizó observaciones durante las pruebas de infraestructura y sistemas, específicamente en el sistema de combustible. Fue así como se llegó hasta el 1 de junio.

Cuando el nuevo Jorge Chávez parecía haber superado las críticas estructurales, de funcionamiento y hasta accesibilidad, un pronunciamiento a horas de su inauguración ha puesto nuevamente en alerta a los pasajeros. La Defensoría del Pueblo ha advertido que las vías de acceso al aeropuerto, en materia puentes modulares, podrían colapsar en cualquier momento debido al alto tránsito vehicular. Así también que una sola avería provocaría la paralización total del tránsito. Pese a las múltiples estrategias en los semáforos, la avenida Morales Duárez no deja de ser un cuello de botella, pues solo cuenta con dos vías en cada sentido.

Con este nuevo aeródromo, Perú confía en potenciar su comercio exterior y turismo, que representan el 2,9% de su Producto Bruto Interno. Según ha informado Lima Airport Partners, se estima llegar a los 38 millones de pasajeros en 2030 (casi el doble de su actual capacidad) y acercarse a los líderes de esta parte del mundo como São Paulo (40 millones) y Bogotá (46 millones). El principal objetivo es ser el aeropuerto que conecte a América del Norte y Sudamérica. Este domingo 1 de junio despegará el primer vuelo con destino a Atlanta, con 233 pasajeros a bordo. En su primer día de operaciones integrales también arribarán vuelos desde Madrid, São Paulo y Santiago de Chile.