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Joan Manuel Serrat
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

¡El sur y Serrat también existen!

Este diciembre se cumplen 40 años desde que el cantante Joan Manuel Serrat lanzó un disco que parece más vigente que nunca ante los embates de Trump

Serrat y ‘El sur también existe’

El próximo sábado 27 de diciembre, la víspera del Día de los Inocentes, Serrat celebra 42 años de haber cantado hace 40 El Sur también existe. Un disco grabado en 1985, ilustrado con un reluciente arco iris en la parte inferior de su carátula, es decir al revés, contiene otros nueve poemas de Mario Benedetti, como un tributo a su obra. Pero es también un reconocimiento a la resistencia de los pueblos del Cono Sur contra los embates de la hegemonía estadounidense y sus sangrientos legados dictatoriales desde la década de los años sesenta hasta los ochenta en Argentina, Chile, Bolivia, Uruguay, Perú y Brasil. Legados que hoy pretende reeditar Trump con su Doctrina Nacional de Seguridad y su corolario intervencionista, pero ahora en forma más sutil y cínica, desplegando todas las formas de lucha. Desde las ejecuciones extrajudiciales contra famélicos lancheros, sindicados de ser peligrosos narcoterroristas y así forzar a Maduro para que ceda el paso a María Corina Machado y controlar estratégicamente las mayores reservas planetarias de petróleo en nombre del premio Nobel de la Paz. Pero también lo hace otorgando “generosos prestamos electorales” a Milei en Argentina y brindando arteros apoyos en Honduras a favor de su candidato, Nasry Asfura, para después reclamar su pírrico y cuestionado triunfo: “Apoyé a alguien que no iba en la delantera y ganó las elecciones”.

Colombia, blanco electoral del 2026

Todo lo anterior presagia un horizonte tan incierto como peligroso para las elecciones del 2026 en Colombia, al punto que las puede convertir en un laboratorio político más explosivo que una “fábrica de cocaína”, para utilizar su sibilino lenguaje criminal y empresarial. Lo hará, seguramente, promoviendo incondicionalmente en segunda vuelta al candidato de la extrema derecha contra el “comunista” de la extrema izquierda, todo en nombre de la “libertad y la democracia”. Obviamente, la libertad para invertir y expoliar las riquezas naturales del “país de la belleza” y consolidar la cacocracia que él gobierna a su antojo en nombre de MAGA y AMERICA FIRST. Probablemente tengamos las primeras elecciones pro y antimperialistas de nuestra historia reciente. Por eso los versos de Benedetti son hoy más actuales que nunca: “Con sus ventas navideñas, su culto a Dios padre, y de las charreteras, con sus llaves del reino el norte es el que ordena” y más adelante sentencia: “Pero aquí abajo, abajo cada uno en su escondite hay hombres y mujeres que saben a qué asirse aprovechando el sol y también los eclipses apartando lo inútil y usando lo que sirve. Con su fe veterana el Sur también existe”, y sobre todo resiste.

¡Feliz cumpleaños “nanogenario”!

Pero todo lo anterior no es más que un pretexto para celebrar los 82 años del “nanogenario” —parafraseando el cariñoso “nano” de su madre Ángeles y su padre Josef— como lo llamaban en su casa de Poble Sec, barrio popular de Barcelona, donde nació el 27 de diciembre de 1943, en la calle poeta Cabanyes. Por eso también se lo llamó “el noi del Poble Sec”, “el chico del Pueblo Seco”. Un chico que con su poesía y música nos ha regalado generosamente alegría y rebeldía para gozar con dignidad la vida. Así lo canta en Defensa de la alegría, otro de los poemas de Benedetti en ese LP sureño: “Defender la alegría como un estandarte, defenderla del rayo y la melancolía, de los males endémicos y de los académicos, del rufián caballero y del oportunista… defender la alegría como una certidumbre, defenderla a pesar de Dios y de la muerte, de los parcos suicidas y de los homicidas y del dolor de estar absurdamente alegres”. Alegría que también entona Serrat en muchas de sus canciones, como Hoy puede ser un gran día, “Plantéatelo así, Aprovecharlo o que pase de largo, Depende en parte de ti” o en “De vez en cuando la vida toma conmigo café y está tan bonita que da gusto verla. Se suelta el pelo y me invita a salir con ella a escena… y nos sentimos en buenas manos; se hace de nuestra medida, toma nuestro paso y saca un conejo de la vieja chistera y uno es feliz como un niño cuando sale de la escuela”.

“Llegar a viejo”

Todo ello, sin caer en la cursilería de la autoestima y reconociendo el implacable paso del tiempo, como lo canta en Llegar a viejo: “Si se llevasen el miedo, y nos dejasen lo bailado para enfrentar el presente... Si se llegase entrenado y con ánimo suficiente... Y después de darlo todo -en justa correspondencia- todo estuviese pagado y el carné de jubilado abriese todas las puertas... Quizá llegar a viejo sería más llevadero, más confortable, más duradero… Quizá llegar a viejo sería todo un progreso, un buen remate, un final con beso. En lugar de arrinconarnos en la historia, convertidos en fantasmas con memoria... Si no estuviese tan oscuro a la vuelta de la esquina... O simplemente si todos entendiésemos que todos llevamos un viejo encima”.

En su prolífica, apasionada y musical poesía nada quedó excluido, menos olvidado. En ella están desde las populares melodías de su telúrica Cataluña Canción de matinada y ese Mediterráneo que “a fuerzas de desventuras” tiene “un alma profunda y oscura”, pasando por la pasión romántica de Lucía “si algún día después de amar, amé, fue por tu amor Lucía” a la desgarradora y nostálgica Piel de Manzana: “A esa muchacha que dio a morder su piel de manzana cuando Cupido plantaba un nido en cualquier ventana… que tuvo al barrio guardando cola y revoloteando como polillas en las farolas. A esa muchacha que fue “Piel de Manzana” se le quebró el corazón de porcelana, se le bebieron de un trago la sonrisa. La primavera con ella tuvo prisa… Muchachas tristes que florecisteis en mis aceras, bien poco ha escrito en vuestros cuadernos la primavera... y llega el invierno”.

“Buenos tiempos”

Hasta el Serrat crítico y premonitorio de Buenos Tiempos, canción escrita y entonada con la fuerza de su vibrato en 1987, en su LP Bienaventurados que resume, mejor que cualquier análisis del más sesudo de los politólogos, los tiempos que corren, con 38 años de antelación: “Corren buenos tiempos, buenos tiempos para la bandada de los que se amoldan a todo con tal que no les falte de nada. Tiempos fabulosos, fabulosos para sacar tajada de desastres consentidos y catástrofes provocadas… Tiempos como nunca para la chapuza, el crimen impune y la caza de brujas… Corren buenos tiempos, buenos tiempos para esos caballeros locos por salvarnos la vida a costa de cortarnos el cuello… Corren buenos tiempos, buenos tiempos preferentemente para los de toda la vida para los mismos de siempre”.

“Por las paredes, mil años hace…”

Por último, gracias, Nano, por advertirnos que no podemos seguir jugando a ser ciudadanos tan cándidos e inocentes, viviendo un interminable 28 de diciembre, al ir cada cuatro años a depositar un voto en una urna esperando que todo cambie. Desde 1978 nos lo cantas y recuerdas en “por las paredes (mil años hace…): “Que la ignorancia no te niegue, que no trafique el mercader con lo que un pueblo quiere ser. Lo están gritando siempre que pueden, lo andan pintando por las paredes...”. Y ahora aparecen en cientos de gigantes vallas en carreteras y ciudades, con rostros sonrientes de miles de candidatos y candidatas al Congreso, que desfiguran y saquean el paisaje de “Colombia el país de la belleza” en nombre de la “democracia”, la “lucha contra la corrupción” y la “seguridad”. ¿Pasará usted por inocente hasta el 2030?

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