Trump contra Colombia
Es indispensable unirnos para evitar una catástrofe y hacerle caer en cuenta a Estados Unidos que merecemos respeto. Nuestra lucha contra el narcotráfico ha sido heroica, mientras ellos no han logrado combatir las drogas en su propio país

El editorialista del periódico El Espectador del pasado 20 de octubre calificó de correctas las reacciones del presidente Gustavo Petro y su ministra de Relaciones Exteriores, exigiendo respeto al presidente Donald Trump y al mismo tiempo enfatizando en los lazos de amistad entre las dos naciones, recordando un principio esencial: la relación de nuestro país con el del norte lleva décadas de fortaleza y lazos económicos, militares y culturales que no se pueden echar por la borda. Así, también tildó de irresponsables a los candidatos presidenciales y a los miembros del Congreso que aprovecharon la crisis peligrosa de las dos naciones para atacar al Gobierno nacional sobre sus procesos de paz, los cuales por equivocados e inconvenientes que sean no justifican la acusación a Petro de ser un líder del narcotráfico. Los peligros que se derivan de aplicarse las amenazas de Trump en materia de aranceles pueden ser lamentables. La mayoría de nuestras exportaciones perderían competitividad y el desempleo se dispararía.
Es indispensable unirnos de verdad para evitar una catástrofe y hacerle caer en cuenta al mentiroso del norte que merecemos respeto. Nuestra lucha contra el narcotráfico ha sido heroica y respetable para el mundo entero. Las dificultades que afectan la relación Estados Unidos-Colombia son la más graves desde la pérdida de Panamá, afirma el profesor Fernando Cepeda.
Según el senador Lindsey Graham, de lo que se trata es de castigar a Colombia en donde nos duele: el bolsillo. Tiene razón el senador norteamericano. El bolsillo es lo que golpea la producción colombiana. Por fortuna, parece que los asesores del presidente Trump le han convencido de que un aumento de aranceles perjudica a los colombianos amigos de los Estados Unidos y no a los narcotraficantes.
En medio de este despelote, Estados Unidos destruye embarcaciones en el Caribe sin constatar aparentemente quiénes van en ellas y qué llevan, aunque ellos -los gringos- adviertan que se trataba de embarcaciones repletas de droga con rumbo a Estados Unidos. El Presidente Petro considera que se trata de asesinatos.
Muy oportuno y útil el recorderis del columnista Vladdo en El Tiempo de la advertencia de Álvaro Gómez Hurtado formulada en 1979 en la ciudad de Washington, en el sentido de que el problema de la droga se origina en la inmensa capacidad de compra que han demostrado los consumidores norteamericanos. Si, de pronto, este factor puramente económico se eliminara, todo el asunto cambiaría de aspecto, dijo Gómez.
Hoy -dice Vladdo- Donald Trump confirma las advertencias de Gómez con una reencauchada guerra contra las drogas, más absurda y más violenta. En las últimas semanas ha ordenado atacar con misiles pequeñas embarcaciones, asegurando que transportan drogas. A los tripulantes los llama terroristas y celebra sus muertes como si fueran victorias militares. Lo más grotesco -agrega Vladdo- es declarar una guerra contra las drogas en el extranjero, pero no hacer nada en su propio país. Al fin de cuentas, concluye, la tal guerra de Trump no es contra las drogas, sino contra la verdad, y mientras Estados Unidos siga matando mulas sin limpiar su casa, solo seguirá socavando su credibilidad. Sabio análisis el de Vladdo.
Daniel Coronell, el periodista de mayor rango profesional, ha entrevistado siete veces al Presidente Petro y dice que nunca había tenido una conversación tan difícil con él como la del lunes pasado. Las evasivas arrancaron desde las primeras respuestas. “Evadía cada pregunta y respondía con largas disquisiciones de historia, de geografía, de economía, de matemáticas. Como si estuviera más interesado en oírse él mismo que en responder sobre las consecuencias concretas de la relación con Estados Unidos. Desde que lo conozco Petro ha vivido con la sensación de que en cualquier momento pueden matarlo”. Y, así, Coronell continúa relatando lo tortuoso de la entrevista. El único momento de sosiego fue cuando habló de sus deseos de ser inolvidable.
“Nunca en todos estos años y entrevistas”, remata el periodista, “he visto al presidente Petro tan alterado como este lunes. No es el mejor estado de ánimo para manejar una crisis de las dimensiones que puede tomar en los próximos días”. Hasta aquí una síntesis de las notas que sobre la entrevista publicó en el Reporte Coronell de la W.
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