El hallazgo de una fosa común con los cadáveres de ocho líderes religiosos en el Guaviare estremece a Colombia
La Fiscalía apunta a que las disidencias de alias Iván Mordisco ordenaron el homicidio múltiple por sospechas de vínculos con el ELN


Colombia ha despertado este miércoles conmocionada por la noticia del hallazgo el día anterior de una fosa común con ocho cuerpos en el Guaviare, una región controlada por las disidencias de las FARC que dirige alias Iván Mordisco, grupo que rompió con las negociaciones de paz con el Gobierno. La Fiscalía confirmó que los cadáveres corresponden a los líderes religiosos y sociales que habían desaparecido en abril después de haber sido citados e interrogados por los guerrilleros, por la supuesta sospecha de que se creara otro grupo delincuencial en la zona a través de apoyo del ELN.

El presidente, Gustavo Petro, manifestó en la noche del martes su “más profundo rechazo ante el atroz hallazgo” en la red social X. “Todo indica que fueron secuestrados y asesinados en medio de disputas territoriales por parte de grupos armados ilegales. Estos hechos son una grave afrenta al derecho a la vida, a la libertad religiosa y al trabajo espiritual y comunitario que tantas personas adelantan en regiones históricamente golpeadas por la violencia”, señaló. El mandatario hizo un llamado a “redoblar esfuerzos” para proteger la libertad de culto.
Los asesinados, miembros de una comunidad cristiana que había llegado de Arauca a Guaviare, según la fundación Pares, formaban parte de una misión religiosa y, de acuerdo con la comunidad de Arauca, realizaban tareas humanitarias en la zona, azotada por el conflicto armado. Las autoridades los identificaron, con un reconocimiento preliminar de sus familiares, como Jesús Valero, Carlos Valero, Marivel Silva, Isaid Gómez, Maryuri Hérnandez, Óscar Hernández, James Caicedo y Nixon Peñaloza Chacón.
La investigación apunta al Frente Armando Ríos, que, según la Fiscalía, recibió la orden “desde el círculo de confianza” de Iván Mordisco para llevar a cabo el homicidio múltiple. Se sospecha que la disidencia quería “evitar la posible conformación de una célula del ELN en la región”, aunque ninguna prueba demuestre que los ocho asesinados tenían vínculos con esa guerrilla.
Un fiscal ha explicado a la prensa que las autoridades dieron con la fosa gracias a la captura en mayo de un disidente guerrillero, en cuyo teléfono celular se encontraban imágenes de las personas desaparecidas. “Había imágenes de ellos con los integrantes de esta estructura [el Frente Armando Ríos] e imágenes de ellos ya asesinados”, ha indicado.
La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) ha rechazado los hechos: “La estigmatización y señalamientos contra líderes comunales y sociales alimenta el conflicto armado y silencia voces esenciales para la defensa de derechos humanos”, La ONU ha exhortado al Gobierno a tomar “todas las medidas posibles” para frenar este tipo de vulneraciones.
Por su parte, la Diócesis de San José del Guaviare y la Conferencia Episcopal Colombiana han emitido un comunicado en el que señalan que “este acto infame representa una grave afectación a la vida social y la paz de la región”. “Hacemos un llamado a los actores armados a buscar caminos de paz, que permitan mejorar la situación humanitaria”, han agregado.
El hallazgo ocurre en medio de una creciente disputa territorial entre las disidencias de Mordisco y las que dirige alias Calarcá, según ha resaltado la Defensoría del Pueblo. La entidad “ha hecho un llamado a los grupos armados que hacen presencia en la zona para que permitan medidas humanitarias que den un alivio a la población civil del departamento”.
El alcalde de Calamar, el municipio en el que se encontró la fosa común, ha manifestado en una entrevista con Noticias Caracol que “el llamado es vehemente al Gobierno Nacional”. “Es momento de que fije sus ojos en el departamento del Guaviare, en lugar de estar convocando a verbenas y que manifieste que no está pasando nada. Nos sentimos solos”, ha lamentado.
Petro estuvo en Guaviare a mediados de junio para presentar un documental sobre el Parque Chiribiquete, en el corazón de la Amazonía colombiana. El mandatario apeló a ambos grupos a volver a sentarse en la mesa de negociación. “La gente de Mordisco puede volver a hablar [...] y Calarcá dice que está dispuesto a que las comunidades sean libres. Listo, el primer punto de un acuerdo de paz posible en las regiones, no solo en Guaviare, sino también Caquetá, Putumayo, es revitalizar la selva y ayudar a que el campesinado libremente lo haga” dijo entonces.
De acuerdo con el conteo del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), esta constituye la masacre más numerosa registrada este año en el país. En más de una treintena de homicidios múltiples han fallecido más de 100 personas. El año pasado se registraron 76 masacres, con 267 muertos.
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