Rappi anuncia una vez más su llegada a Wall Street
El presidente y cofundador del unicornio, Simón Borrero, reitera por quinto año en línea su plan de dar un salto a la Bolsa de Nueva York en 2026. Algunos analistas descreen

¿La quinta será la vencida? Simón Borrero, presidente y cofundador del primer unicornio colombiano, ha insistido: Rappi se enlistará en la Bolsa de Nueva York en 2026. El anuncio no ha sorprendido a los seguidores de la multiplataforma del logo del mostacho, acostumbrados desde hace por lo menos cinco años al tanteo anual de las directivas. La prensa colombiana, por su parte, ha hecho eco de la noticia. Y aunque la situación del negocio parece más estable que en años anteriores, más de un analista ha optado por la cautela.
Hasta hace un par de años las dificultades del unicornio, que inició con la aplicación de domicilios, eran conocidos. La empresa, dentro del modelo de las start-ups, no hacía más que pulverizar sumas ingentes de dinero sin delimitar en el horizonte el punto de equilibrio financiero. Lo que en el sector de la tecnología se ha denominado “quemar caja”. Pero los días del dinero abundante y barato llegaron a una suerte de ocaso en el mundo entero y desde entonces la empresa ha manejado un perfil más discreto. También se ha centrado en potenciar su unidad de negocio financiero.
Los ingresos totales de Rappi, en 2023, ascendieron a 1,8 billones de pesos, mientras que las pérdidas acumuladas suman 1,2 billones. Así mismo, a la línea fundacional de domicilios se ha unido una cartera de servicios que van desde productos de comercio electrónico o intermediación de seguros, hasta una agencia de viajes. No todas, sin embargo, han dado los resultados esperados. Fuentes cercanas a la compañía aseguran, de hecho, que hoy a lo sumo solo dos de ellas nutren el motor de la empresa. La gran pregunta es cuál va a ser la narrativa a futuro de cara a los inversionistas internacionales para un proyecto tecnológico que ya pasó por su etapa de mayor visibilidad.
De acuerdo con la revista Forbes, la valoración de la empresa supera los 5.000 millones de dólares y en 2024 podría arrojar, por fin, beneficios por primera vez desde su fundación en 2015. Se trata de una compañía con operación en 9 países de Latinoamérica y más de 30 millones de usuarios. Pero los más escépticos inciden en que se trata de un negocio que ha ido ganando tamaño en paralelo a estrechos márgenes. Federico Sandler, alto ejecutivo y parte del equipo que lideró la salida a bolsa de Nu, resume desde Argentina: “Rappi es una compañía con una experiencia de usuario muy buena, pero que depende mucho de descuentos y cupones para atraer tráfico. El negocio de los domicilios y de comida tiene márgenes muy pequeños y necesita mucho volumen”.
A su juicio, la compañía se ha quedado corta en el desarrollo del área financiera, o de fintech: “Dada la cantidad de usuarios que tienen y la información, no solo de los vendedores, pero también de los compradores, no han logrado ejecutar sobre el proyecto de la tarjeta de crédito, donde está el profit pool (bolsa de beneficios) más grande en Latinoamérica”. Para Sandler, ha predominado el bombo publicitario por encima de la efectividad. “Es un negocio interesante, pero no sé si digno para hacer un IPO [oferta inicial de acciones en la bolsa]. Además, MercadoPago, el brazo fintech de MercadoLibre, ya está replicando esto mismo en varios lugares con mucha más escala y muchos más ingenieros en su logística”.
¿Cuál será, entonces, la base de la estrategia de Rappi si decide hacerse pública? ¿Tendrá fuerza para ser exitosa? La opinión de seis analistas consultados está dividida. Uno de ellos juzga que es el momento adecuado. Los otros cinco descreen de la llegada a Wall Street y aseguran que el camino para ello es más largo y complejo de lo que parece. El entorno no es el mejor, añaden, para los emprendimientos tecnológicos interesados en enlistarse: si hace unos cinco años un IPO era rápido y vertiginoso, hoy atraviesa más de un reparo tras la quiebra en California del Silicon Valley Bank (2023).
Los días de las historias de los grandes fondeos y los excesos de capital de alto riesgo se diluyeron ante la alta posibilidad de metástasis de una entidad comercial que cobijaba parte importante del mundo de las start-ups. El modelo, muy exitoso a la hora de impulsar talento e innovación, se empezó a secar. Los proyectos tardaron más tiempo en reembolsar a sus inversionistas y muchos emprendedores que se subieron a la vertiginosa ola no llegaron a buen puerto.
El ejecutivo y analista en tecnología Iván Hässig es uno de los que cree que Rappi ha pasado la página de aquellos días de euforia. Sostiene que la plataforma ha dejado la etiqueta de “emprendimiento” para comportarse como “una empresa seria”. Recuerda, así mismo, que los últimos estados financieros muestran cierto balance. “Están siguiendo el esquema de NuBank. Es más, la valoración ya no es la de una plataforma de domicilios, sino la de una fintech. Un negocio más atractivo”, señala Hässig.
Quienes conocen las tripas del proceso para llegar al parqué de la Bolsa de Valores de Nueva York aseguran que tarda como mínimo un año. Por eso, en caso de que el quinto anuncio vaya en serio, se concretará a finales de 2026. ¿Cuáles serían para Rappi las ventajas de estar allí? Es una de las dos formas para que algunos de los inversores que ya tiene, como el japonés SoftBank, recuperen su dinero. La otra es que alguna compañía la absorba. De esta forma, el anuncio de Borrero también se entiende como un bálsamo pasajero para cientos de personas que necesitan una o dos gotas de tranquilidad sobre el futuro de su dinero. “La de Rappi es una situación muy apretada. No sé qué inversor podría creer que el valor de la empresa se va a multiplicar”, finaliza Sandler, señalando sus dudas sobre el apetito por las acciones.
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