Los lanzamientos de Mauricio Cárdenas y Vicky Dávila reactivan la larga carrera para suceder a Gustavo Petro

La larga carrera para elegir al sucesor de Gustavo Petro en Colombia volvió a prender motores. El economista Mauricio Cárdenas, un exministro de varias carteras de origen conservador, ha sido el último en sumarse a la lista de candidatos que recogerán firmas para presentarse en las elecciones presidenciales del 2026. “Hoy las ganas no son suficientes para gobernar el país; se necesita también de canas, de trayectoria. La Presidencia no es una posición para llegar a aprender e improvisar. Colombia necesita optimismo, necesita soñar, y esa será nuestra misión”, aseguró Cárdenas, crítico del actual Gobierno, al formalizar este jueves su aspiración, independiente de los partidos políticos. La naciente campaña se reactiva, después de una semana de pausa por el atentado contra el precandidato opositor Miguel Uribe Turbay, que lucha por su vida en una clínica de Bogotá, y los temores de una nueva oleada de violencia política.

“El próximo gobierno deberá enfrentar crisis en varios frentes: fiscal, salud, orden público, apagón energético y descontento social. Todas estas problemáticas requieren de liderazgo y experiencia”, defendió Cárdenas (Bogotá, 63 años) durante el evento para inscribir su movimiento en la Registraduría. “Esto es, justamente, lo que quiero proponerle a Colombia, ser un gobernante con capacidad probada, que, además de transitar esas crisis, pueda hacer que los colombianos se enamoren de nuevo de su país”, añadió. En su dilatada carrera pública ha sido director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), ministro de Transporte, de Minas y Energía y de Hacienda, además de profesor de la Universidad de Columbia, en Nueva York. “La violencia no solo regresó a la política, sigue siendo la norma en gran parte del territorio nacional”, se lamentó Cárdenas.

No fue la única candidatura por firmas que se inscribió esta semana. La comunicadora Vicky Dávila (Buga, 52 años), una carta de los sectores de derecha más radicalmente opuestos a Petro, lo hizo el martes. “Ser valientes es decir la verdad, aunque tiemble la voz, es enfrentarse sin miedo a los violentos, a la corrupción, a las mafias y a los privilegios de siempre. También a la tragedia de la pobreza”, dijo la ahora política, que lleva meses preparando el terreno con un discurso que bebe de las ideas de figuras como el salvadoreño Nayib Bukele o el argentino Javier Milei. Dávila aseguró estar “con el corazón lleno de dolor por Miguel Uribe”, que es uno de los cinco precandidatos del Centro Democrático, el partido fundado por el expresidente Álvaro Uribe, con el que ha exhibido una fuerte afinidad desde su época en los medios de comunicación.

Los que optan por ese camino deben recolectar al menos un millón de firmas, un requisito que suele requerir una intensa actividad política en las calles, lo que precipita la campaña. Luego del atentado del sábado 7 de junio, cuando un sicario adolescente disparó contra Miguel Uribe en Bogotá, varias candidaturas por firmas que ya estaban en marcha suspendieron sus actividades, o bien en solidaridad con su familia o bien ante la falta de garantías de seguridad. Así lo hicieron aspirantes que ya habían inscrito sus respectivos movimientos, como Claudia López, exalcaldesa de Bogotá; David Luna, que renunció como senador de oposición para lanzarse como independiente; o Mauricio Lizcano, quien fue ministro de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, o TIC, hasta comienzos de año. Todos han retomado su agenda a lo largo de esta semana. E incluso los viajes. Claudia López, por ejemplo, estuvo en Popayán, la capital del convulso departamento del Cauca, y en otras ciudades del occidente colombiano, con un esquema de seguridad reforzado.

El actual desfile de candidatos en la Registraduría obedece a los tiempos del calendario electoral. Los aspirantes que optan por la inscripción por firmas, ajena a los partidos, deben presentar el equivalente al 3% del total de votos válidos en las presidenciales de 2022, unas 630.000 firmas, antes del 17 de noviembre. Después, la Registraduría tiene plazo hasta el 21 de enero de 2026 para verificar su validez –por lo que suelen necesitar en torno al doble para ahorrarse inconvenientes–. La primera vuelta de las presidenciales será el 31 de mayo del próximo año y la eventual segunda vuelta, de ser necesaria, el 21 de junio.

Las incipientes encuestas electorales todavía no muestran un líder consistente que se despegue decididamente de sus contendores. A la espera de que se decanten los bloques y las alianzas, a la cabeza de los primeros sondeos suelen aparecer Sergio Fajardo, el exalcalde de Medellín que lideró la fallida coalición del centro político en el 2022, y el exsenador Gustavo Bolívar, que se lanzó sin el guiño de Petro pero busca quedarse con la candidatura del oficialista Pacto Histórico. Ninguno de los dos contempla de momento el concurrido camino de las firmas.