La clase política repudia el atentado contra Miguel Uribe Turbay

El atentado sufrido este sábado por Miguel Uribe Turbay, un precandidato presidencial de la derecha colombiana, ha provocado el rechazo unánime de toda la clase política. El senador Uribe, según las primeras informaciones, recibió disparos en la cabeza por parte de unos sujetos armados que han sido detenidos en el mismo lugar de los hechos, al occidente de Bogotá. Ha sido ingresado de urgencia en un hospital, donde se encuentra grave.

“Atentaron contra una esperanza de la Patria, contra un gran esposo, padre, hijo, hermano, contra un gran compañero de trabajo”, lamentó en X el expresidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), fundador del Centro Democrático, el partido de Uribe Turbay. “Pedimos a Dios por la recuperación de Miguel. Nuestra confianza en los médicos, en las Fuerzas Armadas, la Justicia. Apelamos a la reflexión ciudadana”, añadió en su escueto mensaje. El expresidente Juan Manuel Santos (2010-2018) también expresó su condena. “A donde hemos llegado (...) Un llamado a la calma, a rodear las instituciones y a defender nuestra democracia”, escribió el también Nobel de Paz.

El senador Uribe Turbay está siendo atendido de urgencia y la persona que disparó fue capturada, confirmó el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, al expresar su solidaridad con la familia y rechazar el ataque. “Toda la red hospitalaria de Bogotá está en alerta en caso de requerir un traslado”, añadió. “La violencia política le ha costado demasiada sangre a nuestro país. Es una historia dolorosa que todos conocemos y hemos sufrido en mayor o menor medida”, se lamentó el alcalde, hijo del político Luis Carlos Galán Sarmiento, asesinado cuando era candidato presidencial en 1990.

El presidente Gustavo Petro, quien canceló el viaje a Francia que tenía programado para este sábado, se sumó al repudio. “Respeten la vida, esa es la linea roja. Colombia no debe matar a sus hijos, porque ellos tambien son hijos nuestros. Mafias de la tierra, costras de la humanidad. Que vivan tranquilas las familias árabes que llegaron a Colombia”, escribió en X, en referencia a los ancestros del senador de oposición a su Gobierno, y en especial a su madre, la periodista Diana Turbay, asesinada en 1991. “Colombia da la bienvenida al mundo, y no mata a quienes vienen de todos los rincones del planeta. Mi solidaridad a la familia Uribe y a la familia Turbay. No se como mitigar su dolor. Es dolor de madre ida y de patria”, añadió el mandatario.

El Gobierno ya había reaccionado para entonces con un comunicado oficial. “Este acto de violencia es un ataque no solo contra la integridad personal del senador, sino también contra la democracia, la libertad de pensamiento y el ejercicio legítimo de la política en Colombia”, señaló. “Todo acto que pretenda acallar mediante la intimidación o la violencia a quienes participan en la vida pública es inaceptable y merece el más profundo repudio por parte del Estado y la ciudadanía”, añadió. El Ejecutivo también reiteró su “compromiso irrestricto” con la protección de todos los líderes políticos. Tras solicitar las investigaciones de rigor, el Ejecutivo pidió unión y rechazar cualquier forma de violencia política: “Solo a través del diálogo, la legalidad y el respeto por la vida podremos avanzar hacia un país más equitativo y en paz”.

La primera miembro del gabinete en rechazar el atentado había sido la canciller, Laura Sarabia. “La violencia nunca podrá ser el camino (...) Espero sinceramente que se encuentre bien y fuera de peligro. Nada justifica el uso de la violencia en una sociedad que busca construir en paz”. A continuación escribió Roy Barreras, expresidente del Congreso y también aspirante a suceder al presidente Petro: “Gravísimo lo de Miguel Uribe! Dios quiera que se recupere! Y el esquema de seguridad ? Y el responsable ? A Miguel que lo salven ! A la familia fortaleza! Y al culpable que lo capturen!!!”. Lo siguió el exsenador Gustavo Bolívar, otro de los aspirantes del Pacto Histórico, quien pidió reforzar los esquemas de seguridad de los candidatos: “La violencia no puede seguir poniendo la agenda de las elecciones en Colombia”.

“Atentar contra la vida de un dirigente político es atentar contra el país y su democracia”, subrayó el ministro de Defensa, el general en retiro Pedro Sánchez, quien anunció una reconmpensa de 3.000 millones de pesos (unos 750.000 dólares) por información sobre los responsables. También convocó una reunión extraordinaria con la cúpula militar y policial “para trazar la estrategia para atender esta situación”.

Los compañeros del partido de Uribe Turbay, el Centro Democrático –la formación fundada por el expresidente Uribe Velez, que no guarda ningún parentesco con la víctima–, han repudiado de inmediato lo ocurrido. “Rechazamos este acto cobarde y exigimos a las autoridades una pronta investigación para dar con los responsables. La violencia no puede tener espacio en nuestra democracia”, ha dicho el también expresidente Iván Duque (2018-2022).

“Rechazo vehementemente este acto criminal...Pedimos a Dios por su recuperación”, señaló la senadora María Fernanda Cabal, otra de las precandidatas del partido. “No nos van a silenciar ni arrebatar la democracia los violentos. Esto es consecuencia del ambiente de odio y estigmatización que ha promovido el gobierno de Gustavo Petro contra quienes pensamos distinto. Exigimos garantías para la vida y la participación política de toda la oposición. Colombia no puede tolerar este nivel de violencia política”.

La exalcaldesa de Bogotá Claudia López, candidata presidencial de centro que ha optado por presentarse por firmas, condenó enfáticamente todo acto de violencia: “Le exijo al Gobierno garantías para todos. La polarización no es un juego”, escribió en redes sociales junto a las oraciones por la pronta recuperación de Uribe Turbay.

De izquierda a derecha, todo el espectro político ha repudiado el atentado, que recuerda otras épocas de extrema violencia en un país que ha sufrido varios magnicidios. Los atentados se hicieron particularmente habituales en la campaña para las elecciones de 1990, en la que fueron asesinados tres candidatos presidenciales, entre ellos el amplio favorito para llegar a la Casa de Nariño, Luis Carlos Galán –el padre del alcalde de Bogotá–. “Nos devolvemos 20 años. Repudiable atentado contra senador Miguel Uribe. Toda violencia es repugnante”, dijo el exsenador Humberto de la Calle, negociador del acuerdo de paz con la extinta guerrilla de las FARC. “El país ha entrado en una espiral de violencia verbal que ahora llega al atentado personal”, se lamentó.

“Propongo a todos los partidos políticos de Colombia una reunión de urgencia para que en conjunto rechacemos la violencia en la política y acordemos medidas para defender la democracia”, escribió en sus redes sociales la senadora oficialista María José Pizarro, otra de las aspirantes a sueceder a Petro. Ella es la hija de Carlos Pizarro Leongómez, otro de los candidatos presidenciales asesinados en la sangriente campaña de 1990. “Esta historia no se puede repetir”.