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El Senado aprueba la reforma laboral con todas las exigencias de Petro y luego hunde su consulta popular

La plenaria da el visto bueno al aumento de los recargos nocturnos para todas las empresas, garantiza el pago del 100% en festivos y dominicales, devuelve el contrato laboral a los aprendices del SENA y elimina la posibilidad de la contratación por horas

Senadores del Pacto Histórico y el ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, celebran la aprobación de la reforma laboral, este martes.
Juan Miguel Hernández Bonilla

El Senado de la República ha aprobado en la noche de este martes la reforma laboral propuesta por el Gobierno con todas las exigencias hechas por el presidente Gustavo Petro. Con esta decisión, el primer mandatario de izquierda en la historia reciente de Colombia logra una inesperada victoria legislativa que le devuelve oxígeno en medio del caos político que exacerbó el atentado al precandidato presidencial opositor Miguel Uribe Turbay. Para convertirse en ley, a la reforma que busca mejorar las condiciones laborales para más de 10 millones de trabajadores formales solo le falta la conciliación entre los textos que se aprobaron en la Cámara y en el Senado. Tiene para ello lo que resta de la semana porque este viernes, 20 de junio, culminan las sesiones del Congreso.

Minutos después de la votación de la reforma, cuando los senadores del Pacto Histórico ya habían abandonado el recinto, el presidente del Senado, el conservador Efraín Cepeda, sometió a votación la segunda propuesta de consulta popular radicada por el presidente. La oposición hundió, con 52 votos por el No y solo 2 por el Sí, la pretención del presidente de convocar a las urnas para que la ciudadanía decida sobre las 12 preguntas relacionadas con las condiciones laborales y las 4 del sistema de salud. De esa manera, la mayoría del Senado reafirma su negativa de no permitir la consulta. Ya lo había hecho hace un mes en una votación que el Gobierno ha señalado de fraudulenta y por la que ha convocado a la consulta vía decreto. Esta criticada interpretación de las normas tiene al país en un choque legal.

Pese a la votación negativa de la consulta, el Gobierno se impuso a la oposición durante todo el resto de la jornada de discusión de la reforma. Con el apoyo de algunos senadores de las bancadas independientes, el oficialismo triunfó en las todas las votaciones importantes. La primera gran victoria celebrada por el Pacto Histórico, partido de Gobierno, y por sus aliados de los partidos Verde, Liberal, y La U, más algunos senadores de los opositores Cambio Radical y Conservador, fue la devolución del carácter laboral al contrato que tienen los estudiantes en formación técnica del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA). El ministro del Interior, Armando Benedetti, tuvo un papel determinante para conseguir los votos positivos que hacían falta. A inicios de la tarde, celebró ese primer logro: “Una noticia histórica. La plenaria del Senado ha aprobado en plenaria el artículo 23 de nuestra reforma laboral: las y los aprendices del SENA tendrán contrato laboral. Un derecho que se les quitó en 2003 y que ahora lo recuperamos. Les estamos cumpliendo a las y los jóvenes de Colombia!”, escribió el antiguo senador de La U en X. Esta decisión es una derrota para las grandes empresas, que desde el principio se opusieron a que ese contrato fuera laboral.

Un par de horas más tarde, el Gobierno volvió a ganar en una de las votaciones más importantes para el presidente, la eliminación de los artículos 37 y 38, que según el movimiento sindical fomentaban la contratación y la cotización por horas e incentivaban la precarización laboral. En una primera votación de ese asunto, los senadores oficialistas y los de oposición quedaron empatados en 47 votos. Apenas unos minutos después, en una nueva votación, el Gobierno logró cuatro apoyos definitivos para archivar esos artículos. Petro celebró ese avance en su cuenta de X: “El trabajo por horas destruye por completo todo el código sustantivo del trabajo. Lleva a los trabajadores y trabajadoras a la máxima explotación laboral (...) Si un contrato por tres meses es malo, imagínese uno por horas. Hasta ahora ha avanzado favorablemente el progresismo laboral en el Senado”.

Antonio Sanguino, ministro de trabajo de Colombia.

Los triunfos del Gobierno continuaron con la aplicación del aumento de la jornada considerada como nocturna, y que, por lo tanto, implica un sobresueldo, a todas las empresas. La oposición quería excluir a las micro y pequeñas compañías. Al final se aprobó el texto que salió de la plenaria de la Cámara de Representantes, que establece que los recargos nocturnos comenzarán desde la 7 de la noche. Hoy en día inician a las 9. El pago de los dominicales y festivos también aumentó del 75% al 100% como deseaba el presidente Petro. El último éxito del Gobierno fue la eliminación de la posibilidad de concentrar la jornada semanal de cuatro días, en lugar de los cinco actuales, una propuesta que habían liderado los partidos de la oposición, el Conservador y el Centro Democrático.

Los senadores de la oposición liderada por el Centro Democrático y Cambio Radical criticaron la aprobación de la reforma. “Condenan a la quiebra a las micro y pequeñas empresas. Condenan a la frustración de la ilusión de los aprendices del Sena”, dijo el senador uribista Carlos Meissel. Y concluyó: “Aprueban una pésima laboral en el congreso con dos tipos de votos: los dogmáticos fuera de la realidad y los que compra el Gobierno que después protagonizan escándalos”.

Tras conocerse la aprobación de la reforma laboral y el hundimiento de la consulta, Petro escribió en su cuenta de X que no retirará el decreto hasta que se apruebe la conciliación. “Sigue vigente la consulta popular por decreto hasta la votación de conciliación del proyecto”. El presidente y sus ministros han dicho varias veces que la consulta es el seguro de vida de la reforma laboral.

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Sobre la firma

Juan Miguel Hernández Bonilla
Periodista de EL PAÍS en Colombia. Ha trabajado en Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS, en Madrid, y en la Unidad Investigativa de El Espectador, en Bogotá. En 2020 fue ganador del Premio Simón Bolívar por mejor reportaje. Estudió periodismo y literatura en la Universidad Javeriana.
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