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Kombilesa Mi, el grupo que rescata la lengua palenquera a través del rap

La agrupación de San Basilio de Palenque, en Colombia, lanza su tercer álbum e inicia una gira internacional en Canadá

Integrantes de la agrupación Kolimbesa a Mi, en Bogotá.Vídeo: Andrés Zea
Daniela Díaz

En San Basilio de Palenque el silencio es un visitante inusual. En este corregimiento, a 70 kilómetros de Cartagena de Indias, la música marca la cotidianidad de una comunidad reconocida como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad porque representa siglos de lucha por la libertad de los antiguos africanos esclavizados. Aparecen picós - sistemas de sonidos típicos en la costa caribe colombiana- en las calles, a cualquier hora resuena una champeta en una casa y un reggaetón en otra. Andris Padilla o Afroneto, músico y líder social, lo resume en una frase. “Es inimaginable la vida del palenquero sin música, desde el nacimiento hasta la muerte”. Afroneto identificó en esa herencia la herramienta más poderosa para preservar su lengua y en 2011 creó Kombilesa Mi —que traduce “mis amigos”— que mezcla la herencia africana con ritmos como el rap, con tanto éxito que lanzan su tercer álbum e inician una gira internacional en Canadá. Antes de despegar, ofrecen un pequeño concierto en Bogotá, donde les acompaña la diáspora palenquera que llena el lugar y baila al ritmo de resistencia y poder negro.

Los poco más de 4.000 habitantes de Palenque hablan castellano y criollo palenquero, una lengua que se ha preservado por siglos gracias a la tradición oral. Pese a ser parte del patrimonio protegido por la Unesco, ha ido perdiendo hablantes. Las razones son varias y muchas de ellas estructurales, desde el racismo hasta la falta de políticas estatales para su preservación. Afroneto se niega a que eso suceda y encontró en la música la forma de evitarlo. Reunió a amigos de infancia, de barrio, de procesos comunitarios y artísticos de Palenque. Él y Keila Regina Miranda o KR son las voces principales; Martin Elías Maza Simarra Okoro MC está en el llamador, y el tambor alegre está en manos de Ali Fernando Navarro Salas Ali Mc Pm. La marímbula la toca Orlis Manuel Reyes, OMR; las maracas Edwin José Valdés, Lempito, y la batería tradicional, Kendri Cassiani, La reina de la tambora.

En más de una década de trayectoria, Kombilesa Mi ha recorrido la mayor parte de Latinoamérica y suma cuatro trabajos discográficos: Así es Palenque (2011); Esa palenquera (2019); Asina Gue (2025) y un EP, que han puesto bajo los reflectores de la escena musical nacional al llamado “primer pueblo libre de América”, ya que las autoridades coloniales aceptaron su autonomía limitada ya en el siglo XVIII. En el Palenque de Benkos, como le llaman los locales en honor al líder antiesclavista que logró esa libertad para el pueblo cimarrón, el bienestar colectivo es parte de su identidad. “Estamos organizados en cuadros, cada palenquero pertenece a uno, y allí prima la consideración por el otro, la ayuda mutua. Eso nos ha permitido a nosotros los negros, vivir en armonía, libres y con autonomía”, cuenta Ali MC.

Ese arraigo ha sido vital para que, en medio de la globalización y el empobrecimiento ―el corregimiento no cuenta ni con alcantarillado ni hay agua potable permanente― San Basilio de Palenque pelee por mantener su herencia africana y rebelde. “La cultura se ha enseñado de generación en generación. El conocimiento musical, lingüístico o artístico que hoy poseemos, nos los enseñaron gratis maestros de la comunidad. Siempre nos dijeron que nuestra forma de pagarlo era transmitiendo ese conocimiento”, explica KR. Para honrar esa promesa, en 2015 Afroneto y KR crearon la escuela AfroKR, donde enseñan música y danza tradicional a niños, niñas y jóvenes, además de educarles en costumbres de la diáspora africana como el uso de los peinados y trenzas. En la actualidad tienen 150 estudiantes.

Reinventar la tradición

La mayoría de los músicos de San Basilio de Palenque ha aprendido a tocar viendo a sus mayores, que han conversado las técnicas para usar instrumentos propios de su cultura como el llamador y la marímbula. Ese es el sustento de la reinvención de sonidos clásicos de la región que tienen el sello de Kombilesa Mi. “Hay canciones que desempolvamos, les damos un toque moderno y se vuelven éxitos. Ha pasado con géneros como el mapalé o el pica-pica”, explica Afroneto.

Su marca visual va en esa misma línea. En sus videoclips marcan la pauta de las telas africanas, los colores vivos, los peinados. Es una estética siempre presente, al igual que la relación con los elementos de la naturaleza como el agua o la tierra. A diferencia del resto de Colombia, en San Basilio el sueño no es americano. Basta con hablar con una o dos personas en el pueblo para saber que el gran deseo del palenquero es conocer lo que llaman el continente madre: África. En octubre de 2023, los integrantes de Kombilesa lo lograron y grabaron África Diverso Continente en Soweto, frente a la casa de Nelson Mandela en Johannesburgo, Sudáfrica.

Para Afroneto, esa conexión con el continente africano es casi inexistente para el resto de colombianos por el racismo tan arraigado. “La gente se niega a ello, y yo siento que es por desconocimiento. De ahí viene la discriminación. Este es un país por ley, pluriétnico y multicultural, es decir, hay varias culturas, varias lenguas, varias etnias, pero la gente no quiere aceptarlo. África es la cuna de la humanidad, todos tenemos en el fondo algo negro”. En Colombia no es raro ver actos de violencia contra las personas racializadas. Hace algunas semanas se hizo viral un hecho de grave racismo que sufrió un agente de tránsito en Cali, Valle del Cauca, donde un transeúnte le increpó y uso como insulto las palabras “esclavo” y “negro”. La propia vicepresidenta, Francia Márquez, ha recibido insultos de esa índole.

La lucha contra la discriminación es uno de los principales mensajes de Kombilesa Mi. No solo hacia afuera, sino para combatirlo en su misma comunidad, donde los más jóvenes han desistido de aprender su lengua porque la tildan de ser “un español mal hablado”. Asimismo, cada vez usan menos peinados tradicionales porque hay un fuerte rechazo a su pelo afro. Insistir en esa reivindicación no parecía estratégico para una agrupación independiente, sin una disquera poderosa detrás. Aun así, persisten. “Hacemos música por amor, no por competencia”, sentencia Okoro MC. Y resalta el componente pedagógico de su música: “Estamos aportando a que la conozcan personas que aún no se autorreconocen. Con nuestra música la gente aprende”, concluye.

Desde el anterior álbum de Kombilesa Mi ya han pasado seis años, varias colaboraciones con artistas nacionales e internacionales y un tiny desk. Sin afán, a su propio ritmo, fueron construyendo Asina Gué (Así es), su trabajo más reciente. “Nosotros hacemos la música como la comida bien hecha. ¿Tú sabes cómo? A fuego lento”, dice entre bromas Afroneto. Para los músicos, la principal preocupación en esta larga década de carrera es que su música se alinee con sus principios y refleje lo que se vive en su tierra.

De esa manera, dicen, han conseguido llegar donde muchos sueñan, con paciencia y un proceso creativo en red. En Kombilesa Mi, todos participan de una forma u otra, algunos con composiciones líricas, otros con beats, las ideas de cada uno convergen. Con los 10 sencillos que componen Asina Gué, el grupo se embarca en la gira oficial de lanzamiento que inicia con cinco fechas en varias ciudades de Canadá, como Toronto, Ottawa y termina en Montreal en el Festival de Jazz. Luego, esperan presentar en varias ciudades del país este disco y seguir siendo ejemplo para que más juventudes palenqueras puedan abrazar con orgullo sus raíces.

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Sobre la firma

Daniela Díaz
Es fotoperiodista colombiana, colaboradora en medios como NACLA, The Humanitarian y Al Jazeera, especializada en temas de género y construcción de paz.
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