La crispación derrota el llamado de Petro a la concordia
Los congresistas y precandidatos de la oposición colombiana rechazan la convocatoria presidencial a una reunión tras el atentado contra el senador Miguel Uribe


“Debían haber venido, y no hacer shows en otros espacios que solo sirven para ganar likes”, dijo el ministro del Interior, Armando Benedetti, este lunes a finales de la tarde. Se refería a las cabezas de nueve partidos políticos independientes o de oposición y, sobre todo, a varios precandidatos presidenciales que habían optado por no aceptar la invitación del Gobierno a una reunión sobre garantías electorales este lunes, menos de 48 horas después del atentado que tiene al senador Miguel Uribe Turbay entre la vida y la muerte. Esa ausencia es tan solo uno de los ejemplos de que el llamado del presidente Gustavo Petro a la concordia, que lanzó la noche del crimen en una esperada alocución, y que retomaron voces de todas las orillas, ha sido derrotado por la crispación de un país que se enfrenta al renacer de la pesadilla de los magnicidios y de una política que ya traía una muy alta tensión.
El sábado el país político estaba enfrentado por lo que desde la oposición habían llamado un “golpe de Estado” presidencial: un decreto, criticado por juristas de todas las orillas, para convocar a una consulta popular, cuando la Constitución exige para ello un aval del Senado. Petro había amenazado públicamente a sus ministros con sacarlos del cargo si no firmaban, mientras opositores como Miguel Uribe habían anunciado denuncias a quienes lo hicieran. Tras el atentado, el tono presidencial cambió. “Lo que hoy más cabe es que todos los colombianos nos centremos con la energía de nuestro corazón, con nuestras ganas de vivir, energías que juntas operan, en que siga vivo el Dr. Miguel Uribe Turbay”, dijo Petro el sábado. Todos sabemos que hay una distancia política entre la familia Uribe Turbay y el Gobierno. Pero es distancia política, y la política es libre y siempre hemos defendido que sea libre de violencia (...) La primera responsabilidad del Presidente de Colombia es cuidar la vida de su propia oposición, respetarlo y hacer que viva y no escatimar ningún esfuerzo en ello”. Era un giro hacia la distensión.
El domingo, su canciller, Laura Sarabia, fue más allá. En un mensaje rechazando la violencia en la política, aceptó su responsabilidad. “Reconozco que como líder y representante internacional de este país, he fallado. Muchos hemos fallado (...) Este atentado es un llamado a nuestras responsabilidades, nos compromete a trabajar incansablemente por corregir nuestros errores, por desescalar el discurso que incita al odio y a la ira, en público y en privado”, dijo en redes sociales. “Propongo, desde lo personal, erradicar el odio desde el lenguaje y el trato cotidiano”, añadió. Horas más tardes, la secundó el encargado de Defensa, Pedro Sánchez. “La invitación es a que seamos responsables en el lenguaje. Si hemos cometido alguna falta, para eso está la justicia” dijo a la salida de un consejo de seguridad convocado por Petro.
Allí mismo la directora de la Presidencia, Angie Rodríguez, convocó a dos reuniones este lunes: la sesión, previamente definida, de la comisión de garantías electorales a las 2 de la tarde; a las 5 de la tarde una reunión entre el presidente y los voceros de los partidos políticos y los presidentes del Senado y la Cámara de Representantes. Una foto de Petro con el presidente del Congreso, el conservador Efraín Cepeda, habría sido la prueba de una tregua política, de una concordia posible: se han acusado mutuamente de ser antidemócratas, de buscar avasallar la rama del Estado que representa el otro. Petro incluso ha tildado a Cepeda de “HP” o “neoesclavista”. La búsqueda de una paz política parecía cotizar al alza.
Pero este lunes, en apenas horas, esa esperanza se quebró. Desde el Ejecutivo desapareció la convocatoria a la cumbre política de las 5 de la tarde. La reunión previamente establecida y más técnica, en la que fungen como anfitriones no solo el Ejecutivo sino entidades independientes del Estado como la Defensoría del Pueblo o la Procuraduría General, se mezcló con el llamado más político. Precandidatos independientes u opositores, como Sergio Fajardo o Vicky Dávila, se negaron a asistir. A cuentagotas, y luego en una rueda de prensa conjunta, ocho partidos se negaron a acudir a la reunión de la comisión de garantías. Petro hizo un trino que molestó a los congresistas opositores, pues se sintieron señalados del contexto que habría producido el atentado contra Uribe Turbay. “El actual clima de tensión nace cuando 8 senadores de la comisión VII del Senado, decidieron, sin discutir, hundir la reforma laboral aprobada en la Cámara de Representantes”, escribió, en referencia a la derrota legislativa que llevó a su propuesta de una consulta popular. El tono fue subiendo.
Prueba de ello es que Benedetti, hacia el mediodía, mantenía un tono conciliador, similar al de Petro el sábado. “Si los partidos quieren rechazar nuestras invitaciones, igual seguiremos insistiendo y seguiremos invitándolos”, decía entonces. Horas más tarde, los ocho partidos anunciaron que desconocen al Gobierno como garante de las elecciones y pidieron al Procurador -un antiguo secretario del Senado que llegó al cargo gracias a que Petro lo postuló- asumir ese rol. Benedetti cambió radicalmente su discurso. “El presidente le ha bajado el tono, pero se comprometió a hacerlo aún más. Lo que yo no veo es que pase eso por parte de la oposición, porque el oportunismo ha sido grande”, anotó. Aunque elogió la “prudencia” del expresidente Álvaro Uribe y su partido, dijo que “los otros” han sido irresponsables.
La crispación sigue. Este martes se espera que la plenaria del Senado, que el lunes suspendió los debates legislativos para hacer una sesión informal en honor a Uribe Turbay, retome el debate de la reforma laboral que revivió el mismo día en que rechazó la consulta popular, en una votación que el Gobierno ha calificado de fraudulenta. El exfiscal Eduardo Montealegre, cerebro de la tesis según la cual el Ejecutivo puede convocar a la consulta vía decreto, está listo para asumir como ministro de Justicia. Ese “decretazo” tiene la firma de todos los ministros desde el sábado, ha dicho Benedetti, y en cualquier momento lo puede emitir Petro. Todo está listo para que se rompa del todo la tregua política que produjo el atentado contra Miguel Uribe Turbay.
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