“Hoy cae ese man”: el Clan del Golfo planea un atentado contra el director de la Policía
Fuentes de inteligencia policial señalan que el general Carlos Fernando Triana ha sido blanco de amenazas por parte de grupos armados. En los últimos dos meses, el grupo ilegal ha asesinado a 17 uniformados


La escala de violencia del Clan del Golfo contra la Policía de Colombia ha llegado a su máximo punto. Este jueves, esa institución ha confirmado que fuentes de inteligencia detectaron un plan para asesinar a Carlos Fernando Triana, su director nacional. Desde que llegó al cargo, en febrero de 2025, la institución ha reportado el recrudecimiento de un plan pistola, con el que el mayor grupo armado ilegal del país busca que terceros asesinen a policías, pagando por los asesinatos, al estilo de Pablo Escobar en la década de los noventa.
Entre abril y mayo, la Policía ha reportado el homicidio de al menos 17 de sus hombres. El general Triana ha señalado como responsable al Clan del Golfo, el grupo de origen paramilitar que se hace llamar Ejército Gaitanista de Colombia. Ahora, la inteligencia policial ha revelado un chat de WhatsApp, en el que el emisor se refiere al plan para asesinar al general con la detonación de una granada: “Ese man debe irse de viaje hoy”, se lee. “Hoy sí o sí cae”.
El brigadier general Carlos Fernando Triana, oriundo de La Peña (Cundinamarca), encabeza la institución tras el retiro del general William René Salamanca. Antes había ocupado cargos clave como comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, inspector general de la Policía o director de la Escuela de Cadetes. Hasta ahora, no se ha pronunciado por la amenaza de asesinarlo.
La institución explica que, ante esa y otras pruebas, ha robustecido la seguridad de Triana y de sedes de la institución como la comandancia de la Policía Metropolitana de Bogotá, que podrían estar en riesgo. Vía WhatsApp, confirma que, aunque las amenazas e intimidaciones son materia de investigación, “se trata de una retaliación de grupos delincuenciales asociados al narcotráfico”. El vocero de la entidad señala que la causa es que han obtenido buenos “resultados operativos” contra ellos en los últimos meses.
La ofensiva del Clan del Golfo contra estaciones y uniformados es un espejo de la ofensiva criminal del narcotraficante Pablo Escobar en su pulso contra el Estado colombiano por la extradición. Hace más de tres décadas, quien entonces era un poderoso capo prometió pagar cientos de dólares por cada policía muerto. De acuerdo con la Policía, hoy el Clan paga dos millones de pesos (unos 478 dólares) por cada uniformado asesinado. Por ello el propio Triana, quien ha informado al país de esa estrategia de los ilegales, ha confirmado que su institución ha tomado medidas como la autorización para que los uniformados porten sus armas de dotación cuando están fuera de servicio.

Además del plan pistola, otros grupos ilegales han arreciado ataques contra puestos de la Policía, en un intento de hacerse al control total de las zonas en las que se encuentran. Uno de los ataques más recientes ocurrió en Cali, la tercera ciudad del país. La noche del 18 de mayo un artefacto explosivo detonó en el barrio Los Lagos, al oriente de la ciudad y en inmediaciones de una sede de la entidad. Tres policías quedaron heridos en el que el alcalde Alejandro Éder catalogó como “ataque terrorista”.
La táctica de presionar la salida de la Policía no es nueva. A finales de los noventa, las extintas FARC —en un periodo de crecimiento— lanzaron ofensivas contra estaciones policiales en numerosos municipios, obligando a la institución a retirarse de varias de ellas. En esos ataques, que en ocasiones incluyeron el uso de armas explosivas rudimentarias como los cilindros bomba, murieron decenas de civiles. La guerrilla, por entonces, exigía que la Policía abandonara las zonas urbanas y culpaba al Estado por esas muertes, argumentando que la ubicación de las bases era la causa del daño.
Así como el plan pistola, esa ofensiva se repite. El 15 de abril, en Morales (Cauca), una de las zonas de mayor control de los grupos ilegales, la estación de policía fue atacada con drones que detonaron varias cargas sobre el lugar. Un integrante de la institución murió. En el mismo mes, otra estación fue atacada en el municipio de Cajibío, cuando drones sobrevolaron la zona donde estaban los uniformados y estallaron sobre ellos. La lista sigue.
El presidente Gustavo Petro se ha pronunciado por los ataques de grupos a la Fuerza Pública, aunque no frente al plan para asesinar al director. En su cuenta de X, expresó hace varias semanas que “el Clan del Golfo, como respuesta a la caída de varios de sus jefes, decidió matar hijos del pueblo. Lleva 27 policías y militares asesinados bajo el plan pistola”.
La situación es un desafío significativo para la política de seguridad del presidente, muy criticada por los expertos. También aumenta la presión sobre la llamada paz total, su propuesta de negociar en paralelo con todos los grupos armados y cuyas mesas permanecen congeladas o con varios tropiezos en su continuidad. El mandatario, además, ha denunciado públicamente intentos de atentado en su contra, incluyendo planes para derribar su avión presidencial con misiles adquiridos por narcotraficantes.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
