La espada de Bolívar no es del M-19
La espada no le pertenece a ese movimiento y, por tanto, dicho símbolo puede usarse por los sectores políticos que guarden respeto y lealtad a su memoria

La espada de Simón Bolívar es del pueblo de Colombia y por, lo tanto, su simbolismo les pertenece a quienes reconozcan en la figura histórica del Libertador al más grande de los neogranadinos, al Padre de la Patria. Por eso, es fundamental no caer en la simplificación que conduzca a la falsedad. No se puede usar a Bolívar como instrumento para dar mayor poder destructivo a la brutalidad de enfrentar a unos contra otros porque se desfigura de manera irreverente su perfil histórico.
El M-19, en un acto de violencia, se robó de la Quinta de Bolívar, el museo que recoge la memoria del Libertador, la espada, símbolo de la lucha por la libertad, para iniciar secuestros y crímenes dentro del marco del movimiento guerrillero, el 17 de enero de 1974, y causaron a partir de entonces acciones subversivas. Por eso, cuando el M-19 se integró a la vida democrática, la devolvió en un gesto de respeto a las instituciones.
La espada fue devuelta por Antonio Navarro Wolff, el 31 de enero de 1991 en ceremonia en la Quinta de Bolívar. En el empalme del presidente Petro con su antecesor, el Iván Duque, este último la llevó al lugar donde se encontraba la urna custodiada en el Palacio de Nariño. Todos recordamos que el primer acto del Gobierno de Petro fue ordenar al jefe de la Casa Militar de Palacio que trajeran a la Plaza de Bolívar la urna que contenía la espada, mandato que se cumplió al pie de la letra, innovando el orden de la ceremonia de posesión.
El pasado Primero de Mayo, fue desenvainada por el presidente Petro en un acto proselitista de respaldo a la Consulta Popular convocada por él, y que se halla en trámite legal en el Senado de la República. La espada no le pertenece al M-19 y, por tanto, dicho símbolo puede usarse por los sectores políticos que guarden respeto y lealtad a su memoria. Para los conservadores, Bolívar fue un tradicionalista y contrarrevolucionario. “La revolución -dijo- es un elemento que no se puede manejar porque es más dócil que el viento”.
Mucho se ha dicho que Bolívar fue el fundador del Partido Conservador, pero esa es una teoría que se estrella con los personajes que aparecen como los autores del estatuto partidista, porque uno de ellos, don Mariano Ospina Rodríguez, fue un conspirador contra el Libertador y participó en la Noche septembrina que quería eliminarlo. Lo conservador del Padre de la Patria era la conservación, porque las naciones hispanoamericanas habían nacido a la libertad con el pecado original de la revolución. El afán de Bolívar “puede sintetizarse en el anhelo de institucionalizar a los países que había libertado. Derrumbado el sistema político español, el intento de reemplazarlo por formas semimonárquicas no era una insensatez, sino acaso lo que hubiera convenido a estos países”.
Ojalá que todos los candidatos presidenciales invoquen la figura del Libertador, que es la única memoria que une de verdad a los colombianos enredados en la polarización que nos tiene mamados.
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