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El homicidio de un biólogo italiano cerca de Santa Marta pone el foco en la violencia que atenaza a la Sierra Nevada

Al asesinato de Alessandro Coatti se suma la denuncia por la retención de cinco trabajadores en el Parque Tayrona. Los hechos coinciden con la suspensión de los diálogos de paz anunciada por las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra

Alessandro Coatti
Valentina Parada Lugo

La Alcaldía de Santa Marta ha anunciado una recompensa de 50 millones de pesos (unos 11.300 dólares) a quienes entreguen información sobre el asesinato del biólogo italiano Alessandro Coatti, de 42 años. El cuerpo del científico, desmembrado, apareció este domingo en una maleta, abandonada en la vía al estadio Sierra Nevada, en la zona urbana de la ciudad. El turista, graduado de neurobiología molecular, trabajó por ocho años como científico de la Royal Society of Biology de Londres y había llegado a la Sierra Nevada el pasado 28 de marzo, como una parada en un recorrido por Suramérica en el que buscaba continuar sus estudios de la naturaleza. La embajada de Italia en Colombia acompaña a la familia, mientras las autoridades locales adelantan la investigación por el crimen.

Carlos Pinedo, alcalde del turístico municipio sobre el mar Caribe, se ha pronunciado para rechazar el caso. “Este crimen no quedará impune. Los delincuentes deben saber que en Santa Marta la criminalidad no tiene cabida. Los perseguiremos hasta que respondan ante la justicia”, puntualizó en su cuenta de X. Por el momento, la información sobre lo ocurrido es escasa. Las autoridades han informado que el viernes pasado se reportó la desaparición del ciudadano italiano, quien salió de un hotel en el centro histórico de la ciudad y no regresó. La Policía ha confirmado que su identificación fue posible, en parte, porque junto a su cuerpo estaba la manilla del lugar en el que se hospedaba. Ese mismo 4 de abril, las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (ACSN), un grupo de origen paramilitar que opera en Santa Marta y las zonas costeras de Magdalena y La Guajira, suspendieron los diálogos de paz con el Gobierno de Gustavo Petro.

La Royal Society of Biology, la principal organización de biólogos del Reino Unido, ha mostrado su rechazo al crimen y ha reseñado, en su página web, parte de la trayectoria de quien llegó a ser oficial superior de política científica. “Fue un científico apasionado y dedicado, que lideró el trabajo de zootecnia de la RSB, redactó numerosas presentaciones, organizó eventos y testificó ante la Cámara de los Comunes. Dejó la RSB a finales de 2024 para realizar un voluntariado en Ecuador y viajar por Sudamérica”, dice en el breve texto. Según información de las autoridades locales de Santa Marta, el día de su desaparición, Coatti se dirigía hacia al corregimiento de Minca, montaña arriba y conocido como capital ecológica de la Sierra Nevada. El diario romano Corriere della Sera ha dicho que no se descarta que investigadores de los carabineros de ese país se sumen a la investigación y que la Fiscalía de Roma abra un proceso por el homicidio.

La Sierra Nevada de Santa Marta es una elevación visitada por turistas por su riqueza natural, arqueológica y antropológica. Declarada una reserva de la biósfera por la UNESCO, a la vez ha sido lugar de cultivos ilícitos y economías criminales. Desde 2021, hace presencia allí las ACSN, que se presentan como una organización político-militar que cumple un “mandato” con las comunidades de la zona para proteger el ecosistema de otros grupos armados. Sin embargo, su actuar criminal ha impactado con extorsiones a las comunidades, asesinatos y desapariciones, así como tráfico de drogas ilegales. Son herederas de otras estructuras que, desde hace medio siglo, han dominado la zona a través de la violencia y el miedo.

Luis Fernando Trejos, analista e investigador de la Universidad del Norte, explica que el desmembramiento “es uno de los repertorios de violencia que han venido utilizando las ACSN y el EGC (Ejército Gaitanista de Colombia) dentro de la guerra que libran desde hace años por el control de la ciudad de Santa Marta y la Troncal del Caribe”. Explica, también, que la novedad es que el cuerpo fue dejado en la ciudad y no en su zona rural, y que este tipo de violencia “busca enviar mensajes a la comunidad o a los competidores armados en el sentido de que ese es el castigo que recibe quien viola una norma establecida por un actor armado”.

En la misma región, varios ciudadanos denunciaron haber sido víctimas de un secuestro. El hotel Ecohabs Bamboo, ubicado en el Parque Tayrona, denunció en un comunicado de prensa que 18 hombres armados y encapuchados retuvieron a cinco de sus trabajadores. “Después de haber sido sacados del hotel, las víctimas fueron cubiertas con fundas de almohadas en sus rostros, siendo conducidas a ciegas hacia su destino en camionetas”. Las cinco personas, entre los que estaba el propietario del negocio, fueron liberados un día después. El secretario de Seguridad de Santa Marta, no obstante, ha señalado que la información del grupo antisecuestros (GAULA) de la zona es que no hubo tal delito, aunque las pesquisas continúan. La consejera para la Paz de esa ciudad, Jennifer del Toro, dijo también que “en Santa Marta no ha habido secuestro”.

Los dos hechos coinciden con el deterioro en la relación entre las ACSN y el Gobierno. Este grupo armado, reconocido como un heredero del paramilitarismo, ha pedido pista en la política de paz total del presidente Gustavo Petro. En los acercamientos para lograr diálogos de paz, en 2023 se pactó un cese al fuego y en agosto de 2024 el Gobierno anunció “un espacio de conversación sociojurídico”, el nombre destinado a los diálogos con aquellos grupos a los que no les reconoce estatus político y para los que no hay un marco legal definido. Desde entonces, poco se ha avanzado: los diálogos no han pasado de la etapa preliminar.

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Sobre la firma

Valentina Parada Lugo
Periodista de EL PAÍS en Colombia y estudiante de la maestría en Estudios Políticos de la Universidad Nacional. Trabajó en El Espectador en la Unidad Investigativa y en las secciones de paz y política. Ganadora del Premio Simón Bolívar en 2019 y 2022.
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