Alerta por la transferencia de trabajadores de FEMA al ICE en plena temporada de huracanes
Funcionarios federales que trabajan en la respuesta a desastres son reasignados para ayudar en las deportaciones de migrantes


La tormenta tropical Erin, ubicada hasta la noche de este martes a unos 2.440 kilómetros (1.520 millas) al este de las Antillas, podría convertirse en huracán este jueves, según las previsiones de los meteorólogos, que esperan que cobre fuerza en los próximos días a medida que se acerca al Caribe y al continente americano. Mientras se avecina el primer ciclón de la temporada, los expertos temen los efectos que puede tener la reasignación de funcionarios de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por las siglas en inglés) al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
La campaña contra la inmigración encabeza la agenda del presidente Donald Trump, que durante este mandato ha priorizado las necesidades del ICE en detrimento de otras agencias. Una de las afectadas es la FEMA, que se encarga de organizar las respuestas a los desastres naturales, como los huracanes y que, al igual que el ICE, depende del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
Docenas de sus empleados han recibido una notificación en la que se les insta a dejar sus puestos para incorporarse a la agencia que está a cargo de las detenciones y deportaciones de inmigrantes.
“La decisión de la Administración Trump de trasladar al personal de FEMA al ICE al entrar en la temporada alta de huracanes es una medida imprudente que pone vidas en riesgo, especialmente en las comunidades latinas que son desproporcionadamente vulnerables a huracanes e inundaciones”, afirma Elice Rojas-Cruz, directora general de Climate Power En Acción.
Los funcionarios afectados forman parte del equipo de recursos humanos y del equipo de seguridad de la FEMA, y el DHS les ha ordenado que acepten sus nuevos puestos o se enfrenten a ser despedidos. Reasignar funcionarios de la FEMA a otras agencias, incluso el ICE, no es algo nuevo, pero siempre fue una opción voluntaria, no obligatoria, como es el caso ahora.
Una ex gerente de la FEMA explicó en una entrevista a la cadena ABC que la práctica habitual era solicitar la autorización de un superior para asegurar que no impactaría negativamente en las funciones durante una época de huracanes. “Mi preocupación es saber si la FEMA tendrá la opción de recuperar a esos empleados en caso de que sea necesario por el impacto de una tormenta grande”, planteó Deanne Criswell.
A la petición de este periódico para comentar la medida, el DHS envió la respuesta oficial, adjudicada a un portavoz del departamento. “El DHS está adoptando una estrategia de colaboración integral para reclutar a 10.000 nuevos agentes del ICE. Para apoyar esta iniciativa, algunos empleados de la FEMA serán asignados temporalmente al ICE durante 90 días para ayudar con la contratación y la verificación de antecedentes. Su despliegue NO interrumpirá las operaciones críticas de la FEMA”.
Sin embargo, la agencia ya hace malabarismos para atender las necesidades de los desastres actuales, como las inundaciones de Texas del mes pasado, que dejaron 135 muertos.
La FEMA ya había perdido a unas 2.000 personas en los últimos meses, desde que el Gobierno anunció su intención de reducir el papel de la agencia en la respuesta a desastres y transferir la autoridad a los Estados.
“La FEMA ya ha perdido a miles de empleados. El personal que será asignado al ICE desempeña un papel vital en la rápida movilización de la respuesta local ante desastres, y retirarlos retrasa el apoyo crucial cuando cada segundo cuenta. Esto no es solo una mala planificación, sino una maniobra política con consecuencias reales y peligrosas para millones de estadounidenses”, opina Rojas Cruz, de Climate Power En Acción.
Las amenazas del cambio climático
El cambio climático está elevando la temperatura de la superficie del mar y aumentando la intensidad de los huracanes, lo que provoca inundaciones más graves, vientos más fuertes y lluvias más intensas. La FEMA se encarga de organizar los recursos locales donde ocurren los desastres, facilitar contratos, asignar tareas… Los trabajadores de recursos humanos que serán transferidos al ICE son esenciales para movilizar a la comunidad del lugar donde ocurre el desastre.
También afectará a la gestión de la emergencia el traslado del personal de seguridad, que supervisa que las instalaciones son seguras para refugiar a las personas en caso de necesidad, para lo que trabajan en cooperación con la policía local.
Pero urgentes son también las necesidades del ICE si quiere cumplir con el objetivo del Gobierno de expulsar a un millón de migrantes en el primer año del segundo mandato de Trump. Los agentes federales no dan abasto y no consiguen cubrir la cuota de 3.000 detenciones por día, por lo que el DHS ha lanzado una campaña de reclutamiento con bonificaciones de hasta 50.000 dólares durante tres años, 60.000 dólares en préstamos para estudiantes y beneficios para la jubilación. También ha eliminado las restricciones de edad mínima para trabajar en la agencia.
Según The Washington Post, el DHS ha transferido a más de 100 personas al ICE: la mitad del departamento de recursos humanos de la FEMA y unas 50 personas de su equipo de seguridad. En vez de ayudar a la población en situaciones de emergencia, pasarán a colaborar en las detenciones y deportaciones de migrantes, una misión muy diferente de para lo que fueron contratados.
Desde que Trump regresó a la Casa Blanca, en enero de 2025, los recortes de empleos y las renuncias en la FEMA redujeron el número de empleados con capacitación y experiencia vitales en desastres. Los nombramientos políticos para puestos de alto nivel en la agencia y en el DHS carecían de capacitación y experiencia en gestión de emergencias, según critican los expertos, que también señalan al exceso de burocracia como un obstáculo añadido.
“Una nueva política que exige que todas las compras superiores a 100.000 dólares sean aprobadas personalmente por la secretaria del DHS, Kristi Noem, ya provocó más renuncias. En la respuesta a desastres, la demora en la espera de una firma para avanzar en la cadena de mando puede costar vidas”, explica en un artículo Susan L. Cutter, directora del Instituto de Vulnerabilidad y Resiliencia de la Universidad de Carolina del Sur.
Cuando se cumplen 20 años del devastador huracán Katrina, que provocó la muerte de más de 1.000 personas en el sur del país, los expertos temen que los avances que ha habido en la respuesta a los desastres en las dos últimas décadas se anulen con la política de transferir a los Estados la gestión de las situaciones de emergencia. “La capacidad de respuesta de la FEMA no está rota y si intentas arreglar algo que no está roto podemos volver a la situación antes de Katrina, y ya vimos como resultó”, manifestó Criswell.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Más información

El sector del tabaco en Cuba se alista para otra temporada de huracanes
