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Texas comienza a conseguir respuestas sobre la reacción en las catastróficas inundaciones del 4 de julio

Legisladores estatales visitaron por primera vez la zona devastada para una audiencia en la que oficiales y ciudadanos locales testificaron sobre lo que sucedió para que el desastre dejara 136 muertos

inundaciones en texas mapa
Nicholas Dale Leal

El principal coordinador de emergencias del condado de Kerr (Texas) rompió su silencio este jueves en una audiencia extraordinaria en un centro de convenciones a pocos metros del mismo río Guadalupe que en la madrugada del 4 de julio se desbordó en cuestión de horas, arrasó con todo lo que tenía enfrente y dejó tras de sí un saldo de 136 muertos. Ante un panel de legisladores estatales que visitaba la zona devastada para buscar respuestas sobre lo que sucedió y una sala llena de residentes locales, que también testificaron, William Thomas admitió por primera vez que estaba enfermo y dormido cuando las lluvias intensas comenzaron a dibujar el panorama de la tragedia futura. Tras semanas de acusaciones cruzadas y especulaciones, y a pesar de que oficialmente la sesión solo ha sido indagatoria, la audiencia ha producido los primeros chivos expiatorios con nombres y apellidos.

Desde las horas que siguieron a las catastróficas inundaciones, la frustración de la comunidad y los senadores texanos se había concentrado en la falta de respuestas sobre por qué no se emitieron alertas locales adicionales a las del Servicio Meteorológico Nacimiento (NWS, por sus siglas en inglés). Pero también en por qué no estaba claro cuál había sido el paradero exacto de Thomas, el funcionario más importante en estas situaciones, en las horas críticas.

Entre la medianoche y las seis de la mañana del viernes 4 de julio, unas lluvias que se intensificaron muy rápidamente causaron el crecimiento súbito del río Guadalupe en esta área de colinas del centro de Texas, conocido como “el corredor de las inundaciones repentinas” por sus características físicas y climáticas. El NWS emitió varias alertas en esas horas, aumentando el nivel de la emergencia cada vez. Pero esos avisos, diseñados para llegar directamente a los teléfonos celulares de la zona, no surtieron efecto y muchas personas se percataron de la situación cuando el agua ya estaba entrando a sus hogares, casas rodantes o en los dormitorios de los numerosos campamentos de verano que se ubican en la zona. Los residentes han denunciado que nunca recibieron las alertas, probablemente porque la señal en esa zona es deficiente.

Dos niños y un adulto observan cómo el río Guadalupe en Kerrville, Texas, el 5 de julio de 2025.

Mientras todo esto sucedía, William Thomas, responsable en el condado de la reacción a emergencias, dormía en su casa, pasando una enfermedad. De acuerdo al testimonio dado por Thomas este jueves, comenzó a sentirse mal el 2 de julio y pasó el día 3 entero en cama. No participó en las llamadas de coordinación estatal sobre el clima previstas ese día y de cara al fin de semana festivo. Aseguró que sus supervisores sabían que estaría fuera de servicio.

Según su testimonio, fue su esposa quien lo despertó a las 5.30 de la mañana del 4 de julio tras recibir una llamada del coordinador de emergencias de Kerrville, Jerremy Hughes. Thomas dijo que se dirigió de inmediato a la oficina del sheriff y comenzó a coordinar la respuesta junto al centro de operaciones de emergencia del condado. “La situación evolucionó más rápido de lo que cualquiera podría haber previsto”, se justificó Thomas en una declaración escrita que leyó ante los legisladores al inicio de la jornada de 12 horas.

En efecto, para ese momento, no había vuelta atrás para el desastre. Testimonios recabados durante la audiencia indican que la primera llamada de auxilio desde Camp Mystic, el campamento de verano donde estaban 28 de las víctimas de las inundaciones, fue a las 3.57 a.m. La alerta del NWS declarando una emergencia por inundación repentina fue a las 4.03 a.m. Ninguna alerta adicional fue emitida por el condado.

Thomas defendió su decisión de no hacerlo, argumentando que el NWS ya había emitido más de una docena de alertas y que cualquier mensaje adicional habría sido redundante. El condado emitió su primera alerta recién el 6 de julio, advirtiendo sobre la posibilidad de nuevas crecidas del río.

El juez del condado, Rob Kelly, el funcionario electo local de mayor rango, también enfrentó cuestionamientos. Como máxima autoridad y responsable final de la gestión, reveló que estaba en su casa de lago preparando una reunión familiar cuando se desató la tragedia. “No recibimos ninguna alerta que sugiriera un evento extremo inminente”, dijo Kelly, quien afirmó haber regresado al condado al darse cuenta de la magnitud del desastre.

El teniente gobernador, Dan Patrick, fue uno de los asistentes más críticos. “Juez Kelly, yo no lo vi aquí el primer día”, le recriminó. “Vine desde Austin, estuve en esta sala, hablé con el sheriff, con el alcalde, tuvimos reuniones. Usted debió estar aquí dirigiendo la respuesta”.

La representante demócrata Ann Johnson, de Houston, fue más directa aún: “Las tres personas responsables de activar la alarma en el condado de Kerr estaban, en efecto, ausentes”. Se refería al juez Kelly, al sheriff—que según informes se despertó a las 4:20 a.m.—y al propio Thomas.

El contraste con el condado vecino de Kendall fue notorio durante la audiencia. El juez de ese condado, Shane Stolarczyk, testificó que su coordinador de emergencias, Brady Constantine, sí participó en las llamadas estatales del 3 de julio y que al final del día tenía un “mal presentimiento” sobre las condiciones climáticas.

Durante la audiencia, los funcionarios del condado de Kerr solicitaron ayuda para instalar antes del próximo verano un sistema de alertas de sirenas y sensores que no se vea afectado por la mala señal de celular y que midan en tiempo real el nivel del agua. En el pasado, los ciudadanos del condado habían rechazado instalar un sistema de este tipo por el costo que implicaría. Además, algunos dudan de su efectividad en un terreno desigual y arbolado.

La tragedia del 4 de julio dejó al descubierto no solo la fuerza devastadora de la naturaleza una vez más, sino que también demostró la fragilidad de los sistemas de emergencia en zonas rurales de Texas. La audiencia de la sesión legislativa extraordinaria —donde también se está abordando la redistribución de los distritos a la Cámara del Estado— no prometió culpables inmediatos, pero sí ha comenzado a dar respuestas sobre lo sucedido.

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Sobre la firma

Nicholas Dale Leal
Periodista colombo-británico en EL PAÍS América desde 2022. Máster de periodismo por la Escuela UAM-EL PAÍS, donde cubrió la información de Madrid y Deportes. Tras pasar por la Redacción de Colombia y formar parte del equipo que produce la versión en inglés, es editor y redactor fundador de EL PAÍS US, la edición del diario para Estados Unidos.
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