Un centenar de personas han sido deportadas desde Alligator Alcatraz en menos de un mes
Algunos detenidos acusan a las autoridades de estar “casi obligando” a que firmen acuerdos para ser expulsados y que, para acceder a un tribunal de inmigración deben, ser trasladados a Miami, lo que conlleva una espera de un mes

Unas 100 personas han sido deportadas desde Alligator Alcatraz, el controvertido centro de detención de migrantes levantado a las carreras por el Gobierno de Florida con carpas y tráileres en los vastos pantanos de los Everglades. El gobernador de Florida Ron DeSantis anunció el viernes que habían comenzado los primeros “dos o tres” vuelos a diferentes países, sin especificar cuáles, y que esperaba que aumentaran pronto para seguir expulsando a los cientos de detenidos que están ahora mismo en el centro. Algunos de ellos dijeron a EL PAÍS que las autoridades los están presionando, “casi obligando”, a que firmen acuerdos para ser deportados, y que para acceder a un tribunal de inmigración deben ser trasladados a Miami, lo que conlleva una espera de un mes.
Este lunes, en una audiencia de una demanda que alega que los detenidos no tienen acceso a la justicia y están siendo retenidos sin cargos, un juez federal solicitó más información para “llegar al fondo” sobre los acuerdos legales que rigen las operaciones en el centro de detención. A medida que avanza ese proceso judicial, no está claro qué autoridades locales, estatales o federales están a cargo de qué, pese a que en menos de un mes de operación ha recibido ya a cientos de personas.
Los abogados de los demandantes, que incluyen la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) y Americans for Immigration Court, señalan que solucionar estas incógnitas jurídicas se trata de una “emergencia” pues, de acuerdo a lo declarado en las audiencias, la corte de inmigración no tiene jurisdicción sobre lo que sucede en el remoto centro de detención. Así que ahora, en la práctica, los detenidos están en el centro de un limbo jurídico.
El centro fue levantado en apenas ocho días en una antigua pista de aterrizaje en medio de una reserva natural en los extensos humedales al oeste de Miami, buscando agradar al presidente Donald Trump, que dio su espaldarazo en una visita a las instalaciones para su inauguración el 2 de julio. El Gobierno de Florida empezó a trasladar a detenidos ahí casi inmediatamente, sin proporcionar información detallada y recurrente al condado Miami-Dade, propietario oficial del sitio, ni a legisladores locales que pidieron acceso tras denuncias sobre malas condiciones, poca higiene, y malos tratos.
Los abogados del Estado de Florida argumentaron que desde que fue presentada la demanda en cuestión hace menos de dos semanas, los detenidos han empezado a reunirse con sus abogados en persona y en salas de videoconferencia, de acuerdo a AP. El juez federal que preside el caso, Rodolfo A. Ruiz II, ha pedido a los grupos de derechos civiles que consoliden los alegatos y agendó una nueva audiencia para el 18 de agosto.
Presiones para aceptar la deportación bajo condiciones deplorables
“La única opción que están dando es deportación. No quieren decir nada, no quieren dejar entrar a nadie. Ni siquiera hacer las llamadas con los abogados”, dice un venezolano de Tampa detenido en Alligator Alcatraz que pidió proteger su identidad por temor a represalias y que asegura que su esposa es ciudadana estadounidense. “Lo único que me dicen es que no tengo solución de nada, que la solución más probable que tengo es la deportación. Yo no quiero deportarme, yo estoy aquí en proceso de arreglar mis papeles y todo”, agregó.
El hombre, que dice que fue detenido por un problema de tránsito, aseguró que tiene un abogado, pero que no lo dejan empezar el proceso hasta que supuestamente lo transfieran de prisión para la central en Miami. “Pero entonces dicen que es un mes [de espera]... Cuando vamos a la central de Miami, ahí es que comienza la detención. Pero esto aquí es una retención y aquí no tenemos proceso de nada”, argumentó.
Sus familiares, abogados y todas las personas que lo buscan por la página web del Servicio de Inmigración y Aduana (ICE), no lo encuentran en el sistema, aseguró. “Ellos te ofrecen una deportación voluntaria, cuando es mentira, cuando nosotros tenemos el derecho de pelear un caso y también de salir con una fianza. Yo tengo dos hijos”, dice.
Dos hermanos mexicanos detenidos en el centro desde comienzos de mes por un incidente de tránsito en Orlando, Carlos Martín González, de 26 años, y su hermano Óscar Alejandro, de 30, ya se encuentran en México, informó la cancillería el lunes. Ninguno enfrenta cargos en su país. Sus familiares denunciaron que los hermanos no habían tenido acceso a abogados de inmigración, ni al consulado ni a la propia familia, y que les estaban violando sus derechos constitucionales.
Otro recluso cubano relata que la comida consiste en galletas de sal, sándwiches y en ocasiones una manzana, y que les permiten bañarse cada tres o cuatro días, menos de cuatro minutos por persona. Algunos recién llegados pasan varios días sin cepillo de dientes. El domingo, como apenas les dan tiempo a comer, cuenta el hombre cubano, un recluso “comió apurado y saliendo del comedor, se desplomó”. Los guardias le dieron RCP. “No hay bomberos aquí adentro ni nada. El hombre tenía los ojos blancos y todo. Lo llevaron cargado para afuera y no lo han traído más”, cuenta. Si una persona se demora comiendo, le quitan la comida y la botan, agregó. La cena es a las 6 pm y no comen nada más hasta la 7 am, agregó.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) dijo a EL PAÍS a principios de mes que el ICE no administra la instalación de Alligator Alcatraz, sino que es el Estado de Florida a través de la División de Manejo de Emergencias. “Florida tiene oficiales de la Guardia Nacional operando bajo el programa 287(g) y capacitados para desempeñar funciones de detención”, ahondó en un correo electrónico. El juez Ruiz dijo el lunes que eso ”es parte del problema: ¿quién está haciendo qué en esta instalación?”, reportó la AP.
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