Ir al contenido
_
_
_
_

Sin agua para bañarse y solo sándwiches para comer: afloran las primeras denuncias por las malas condiciones en Alligator Alcatraz

Tras abrir hace una semana, los primeros inmigrantes en llegar al centro de detención en los Everglades de Florida se quejan de que reciben un trato “abusivo”

Interior del centro de detención para migrantes Alligator Alcatraz.

El controversial centro de detención de inmigrantes Alligator Alcatraz, en Florida, ha tenido un arranque complicado, empañado por denuncias de malas condiciones y falta de acceso a las autoridades y la prensa local. Las operaciones empezaron oficialmente el 2 de julio, tras una visita de espaldarazo del presidente Donald Trump.

El Gobierno de Florida levantó en menos de dos semanas el centro de detención en un antiguo aeropuerto en el medio de una reserva ecológica en los Everglades, al oeste de Miami, donde instaló carpas de lona con literas en celdas de alambre entrelazado, baños portátiles y generadores eléctricos. La construcción desató protestas de medioambientalistas y tribus locales durante los pocos días que duró. Además, la negativa de acceso a las autoridades locales generó críticas sobre falta de escrutinio público y garantías claras de legalidad.

Un hombre que se encuentra detenido ahí desde el jueves 3, cuando comenzaron a llegar los primeros reclusos, asegura que no tiene cómo bañarse o lavarse los dientes, que la comida consiste exclusivamente de sándwiches “con un pedacito de jamón”, y que a veces falla la electricidad, dijo su esposa a EL PAÍS.

“Si alguien necesita ir a la enfermería, lo llevan esposado de manos y pies, es un abuso”, añadió la mujer. Su marido, de nacionalidad mexicana, fue detenido el 27 de junio por conducir sin licencia cuando iba a su trabajo, un sitio de construcción cerca de Tampa. Luego fue trasladado a Clearwater, Naples, Miami —donde pasó dos noches “en un lugar pequeñito”— y finalmente a Alligator Alcatraz el 3 de julio, contó la mujer, que “tiene la esperanza” de que lo deporten pronto “a México, y no a otro lado, como El Salvador o no sé dónde”.

El hombre de 38 años y padre de cuatro hijos vive en Estados Unidos hace 20 años. Fue arrestado en 2014 por conducir bajo los efectos del alcohol. Según su esposa, es una persona trabajadora que no hace daño a nadie. “Lamentablemente, hay personas que se equivocan al ser jóvenes, pero todos tienen derecho a rectificar”, dijo.

En una grabación de una llamada desde el centro de detención se le escucha decir: “Si me pasa algo, tienes toda mi información ahí, los demandas, porque esto aquí no sirve, no sirve para nada”.

Trailers del Alligator Alcatraz.

Reportes sobre las condiciones del centro y de que un detenido había sido trasladado al hospital generaron reacciones de funcionarios estatales y del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), que desmintieron la información como “fake news” y señalaron en redes sociales a la reportera de lo que describieron como “teorías conspirativas”.

El DHS escribió en X que “medios de noticias falsas” estaban “promoviendo una falsa narrativa” sobre “extranjeros ilegales criminales condenados por violación, homicidio y delitos sexuales contra menores”, junto a un artículo del Miami Herald que recogió el testimonio de familiares de tres detenidos en el centro.

El DHS añadió que “mantiene estándares de detención más altos que la mayoría de las prisiones estadounidenses que albergan a ciudadanos del país” y “a todos los detenidos se les proporciona alimentación adecuada, atención médica, y se les brindan oportunidades para comunicarse con abogados y familiares”. Un portavoz del Estado de Florida remitió a EL PAÍS a esos comunicados.

El condado Miami-Dade, propietario del Aeropuerto Dade-Collier, donde se levantó el centro, quedó al margen de los planes del Estado, que ocupó las instalaciones citando poderes de emergencia del gobernador Ron DeSantis. El lunes, la alcaldesa de Miami-Dade, la demócrata Daniella Levine-Cava, solicitó formalmente acceso al centro, en una carta al fiscal general de Florida, James Uthmeier. La alcaldesa dijo que estaba “profundamente preocupada por la alarmante cantidad de muertes y emergencias médicas en los centros de detención de inmigrantes en Florida y en todo el país”.

Al menos cinco personas han muerto bajo custodia de inmigración en Florida en lo que va de año, un repunte significativo con respecto a años anteriores. También se ha reportado hacinamiento en los centros de detención de inmigrantes, generando preocupación sobre las condiciones.

Legisladores estatales demócratas que intentaron visitar el centro la semana pasada fueron rechazados por funcionarios estatales que alegaron preocupaciones de seguridad. Este miércoles, el Gobierno de Florida emitió una invitación formal a legisladores estatales y miembros del Congreso para un recorrido por las instalaciones el sábado próximo, reportó el Miami Herald.

Un portavoz del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) indicó a este periódico que el Estado de Florida es quien está a cargo de Alligator Alcatraz. “El ICE no administra esta instalación. La instalación es gestionada por el Estado de Florida a través de la División de Manejo de Emergencias. Florida cuenta con miembros de la Guardia Nacional que operan bajo el programa 287(g) y han sido capacitados para desempeñar funciones de detención”, dijo en un comunicado.

“Bajo el liderazgo del presidente Trump, estamos trabajando a toda velocidad en formas innovadoras y rentables de cumplir con el mandato del pueblo estadounidense de llevar a cabo deportaciones masivas de inmigrantes ilegales con antecedentes criminales”, agregó.

La esposa del hombre de Tampa detenido dijo que “ninguna persona, por más mala que sea”, merece ese trato. “Si los van a deportar, que los deporten, pero no que los tengan tan mal. No se merecen que esté así. Venimos a trabajar, no a que nos traten como animales. Ahora un animal tiene más derechos que las personas”, agregó.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_