Un venezolano deportado a El Salvador inicia trámites para demandar a la Administración Trump por expulsarlo sin el debido proceso
Según sus abogados, la queja administrativa de Neiyerver Rengel, repatriado a Venezuela por el canje de prisioneros con Estados Unidos, es la primera de su tipo


Neiyerver Adrián León Rengel, de 27 años, pasó cuatro meses encarcelado en El Salvador sin haber habido un juicio de por medio y ahora exige responsabilidades. Es uno de los más de 200 venezolanos que fueron deportados por la Administración Trump en marzo al país centroamericano sin que mediara una orden judicial. La semana pasada fue liberado y enviado a Venezuela en un intercambio de prisioneros entre ese país y Estados Unidos. Este jueves presentó una queja administrativa ante el Departamento de Seguridad Nacional, acusando a las agencias de inmigración estadounidenses de expulsarlo sin el debido proceso, según ha publicado The New York Times.
De acuerdo con sus abogados, es la primera queja oficial de los deportados que acabaron entre las rejas del Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), la megacárcel ideada por el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, para encerrar a los miembros de pandillas criminales.
Rengel relató los abusos y el maltrato que sufrió en los cuatro meses que estuvo encerrado en la prisión salvadoreña, célebre por la violación de los derechos humanos de los presos. El venezolano declaró en su denuncia que los guardias agredían a los detenidos en una zona sin cámaras para no dejar evidencia digital del abuso. Los agentes lo golpearon con puños y porras en el pecho y el estómago, y lo obligaron a presenciar cómo maltrataban brutalmente a otros presos, aseguró.
Según explicó Rengel, estuvo recluido con otros 20 detenidos venezolanos en una celda de unos tres metros cuadrados, que se limpiaba solo una vez por semana. Apenas se les permitía salir, no tenían acceso a medicamentos y no podían hacer ejercicio ni hablar con sus familiares o abogados.
Cualquier cosa podía llevar a palizas, dijo Rengel en una entrevista al diario desde su casa en el Estado de Miranda. “Si te pillaban jugando, te pegaban”, dijo. “Si hablabas, te pegaban. Si te reías, te pegaban. Si te duchabas, te pegaban”. Rengel, que ha presentado la denuncia con la ayuda de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (Lulac, por sus siglas en inglés) reclama 1,3 millones de dólares en daños y perjuicios.
Rengel ingresó a Estados Unidos en junio de 2023 a través de la aplicación CBP One, creada por el Gobierno del expresidente Jode Biden para gestionar las peticiones de asilo y eliminada por Trump. Había solicitado la residencia por el programa de Estatus de Protección Temporal (TPS), también cancelado por el republicano, y su solicitud aún estaba en trámite cuando fue detenido el 13 de marzo.
Los agentes migratorios le sorprendieron en el estacionamiento de su apartamento en Irving, Texas, donde trabajó como barbero, y le vincularon con la pandilla criminal Tren de Aragua por los tatuajes de su cuerpo. Fue uno de los migrantes que la Administración Trump detuvo y deportó a El Salvador sin un proceso judicial, alegando que pertenecían al grupo violento. Para ello, se apoyó en la Ley de Enemigos Extranjeros, una norma de 1798 que solo se ha utilizado en situaciones de conflicto bélico. La última vez, en la Segunda Guerra Mundial.
Comprobaciones posteriores han revelado que la mayoría de los migrantes deportados carece de antecedentes delictivos y que, en muchos casos, solo se usaron los tatuajes como prueba de su pertenencia a las pandillas, a pesar de que son diseños muy comunes en sus países de origen.
Los detenidos fueron enviados a El Salvador sin avisar a familiares ni abogados. La familia de Rendel demoró más de un mes en averiguar su paradero. El número de identificación de extranjero había desaparecido del sitio web que se utiliza para rastrear a los detenidos en el sistema de inmigración de Estados Unidos.
La brutalidad de los funcionarios del Cecot denunciada por Rengel coincide con la descripción que han hecho otros presos liberados. El salvadoreño Kilmar Abrego García, deportado por error a la prisión salvadoreña y devuelto a Estados Unidos, también ha declarado los malos tratos sufridos durante el tiempo que estuvo en el centro.
Por su parte, la Fiscalía General de Venezuela anunció el lunes que abrió una investigación formal contra Bukele tras las denuncias por presuntos malos tratos y violaciones de derechos humanos que hicieron otros venezolanos deportados por Estados Unidos.
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