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Kilmar Abrego García relata torturas físicas y psicológicas sufridas durante su detención en la cárcel de El Salvador

El salvadoreño deportado por error por la Administración Trump fue golpeado y obligado a pasar la noche arrodillado mientras estuvo prisionero en el Cecot, según sus abogados

Una manifestante sostiene un retrato de Kilmar Abrego García frente al juzgado federal en Nashville, Tennessee, el 25 de junio de 2025.
Patricia Caro

Deportado por error. Encarcelado. Devuelto a Estados Unidos. Detenido. Acusado de tráfico ilegal de personas. Y, según se ha conocido ahora, torturado. Es la última revelación de la penosa experiencia que ha vivido Kilmar Abrego García desde que fue expulsado del país el 15 de marzo. Según la información que han añadido sus abogados al caso civil abierto en Maryland contra su deportación, el salvadoreño de 29 años sufrió torturas cuando fue encarcelado en el Centro de Confinamiento para Terroristas (Cecot) a su llegada a El Salvador.

Abrego García se convirtió en un símbolo de las injusticias cometidas en las deportaciones de la Administración Trump, después de que el propio Gobierno admitiera que su expulsión se realizó por un error administrativo. Desde entonces, no obstante, se ha empleado a fondo en presentar al salvadoreño como un delincuente. Abrego García se encuentra detenido en Tennessee a la espera del juicio por un supuesto caso de tráfico ilegal de personas.

Según la declaración que presentó su defensa el miércoles por la noche en un tribunal de Maryland, a su llegada a la cárcel Abrego García fue pateado y golpeado y al día siguiente tenía moratones y bultos visibles por todo el cuerpo. Dijo que él y otras 20 personas fueron obligados a arrodillarse toda la noche y que los guardias golpeaban “a cualquiera que cayera por agotamiento”.

Él y otros presos estuvieron confinados en literas metálicas sin colchones en una celda abarrotada, sin ventanas, pero con luces intensas que permanecían encendidas las 24 horas. También se le negó el acceso al baño.

La tortura que relata Abrego García también fue psicológica. Al llegar, los funcionarios le avisaron de que nadie salía de allí y le dijeron repetidamente que lo trasladarían a celdas con pandilleros que lo harían trizas. El salvadoreño afirmó haber visto a otros presos agredirse violentamente y haber escuchado gritos durante toda la noche. En sus primeras dos semanas allí, perdió más de 30 libras (13 kilos).

El relato fue incluido en los documentos presentados ante la jueza Paula Xinis, que lleva desde Maryland la demanda que interpuso en marzo la familia de Abrego García contra su deportación. El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, ha rechazado en la tarde de este jueves que esos hechos hayan ocurrido en la megacárcel: “El hombre no fue torturado, ni perdió peso. De hecho, las fotos muestran que engordó durante su detención. Hay muchas imágenes de diferentes días, incluida su reunión con el senador Van Hollen, quien confirmó que el hombre parecía estar bien”, ha publicado el mandatario en X.

Los hechos descritos por sus abogados confirmarían la reputación que tiene la mega prisión, famosa por la violación de los derechos humanos que sufren los reclusos. El Cecot fue ideado por Bukele para encerrar a los supuestos pandilleros y fotos y testimonios han revelado desde su inauguración las deplorables condiciones en que se mantiene a los presos.

El presidente Trump, empeñado en conseguir la mayor deportación de la historia, envió a más de 200 venezolanos y salvadoreños al Cecot el 15 de marzo sin un juicio previo, acusándoles de ser miembros de las pandillas criminales Tren de Aragua y la mara Salvatrucha. Esta última, conocida como MS-13, es la pandilla a la que el Gobierno de Trump acusa a Abrego García de pertenecer. Nunca ha mostrado pruebas de ello y el salvadoreño lo ha negado siempre.

Grupos sociales, religiosos y algunos políticos —el senador demócrata por Maryland Chris Van Hollen incluso visitó a Abrego García en El Salvador— exigieron al Gobierno que le llevara de vuelta a Estados Unidos. Trump se negó a hacerlo e incluso desobedeció las órdenes judiciales, incluidas las dictadas por el Tribunal Supremo, que le obligaban a facilitar su retorno.

Testigo cuestionable

Después de casi tres meses, el 6 de junio, la Administración Trump retornó a Abrego García a Estados Unidos, pero, más que para enmendar su error inicial, para enfrentar nuevos cargos de tráfico ilegal de personas. La acusación se basa en un video de 2022 durante un control de tráfico en Tennessee. En él aparece Abrego García conduciendo un coche con otros nueve migrantes indocumentados. Los agentes dejaron que el salvadoreño continuara su camino, pero ahora el Departamento de Justicia lo usa como prueba de que formaba parte de una red de tráfico de personas sin papeles.

Uno de los testigos que usará la fiscalía en su contra es un delincuente que ya había sido deportado y enfrentaba una nueva expulsión. A cambio de su testimonio, se anulará su orden de deportación.

Abrego García se ha declarado inocente y la jueza que lleva el caso en Nashville, Barbara Holmes, le concedió la libertad, pero le mantiene detenido a petición de sus abogados, que temen que si sale en libertad sea deportado. El salvadoreño permanecerá bajo custodia hasta que empiece el juicio, a mediados de julio. Portavoces del Departamento de Seguridad Nacional ya han asegurado que tienen intención de volver a deportarlo. No quedó claro si esperarán o no a que se celebre el juicio penal, como quiere el Departamento de Justicia.

La deportación, en todo caso, se hará a un tercer país, ya que Abrego García tiene una protección judicial desde 2019 que prohibía su deportación a El Salvador por un temor fundado de sufrir represalias por parte de las pandillas.

En los próximos días, se celebrarán dos audiencias —una en Maryland y otra en Tennessee— que ayudarán a determinar el destino de Abrego García.

La primera está programada para el lunes ante la jueza Xinis, quien considerará, entre otras cosas, la solicitud de mantener a Abrego García en Estados Unidos.

La segunda audiencia está programada para el 16 de julio ante el juez Waverly D. Crenshaw Jr., juez de distrito a cargo del caso penal. Crenshaw reconsiderará la decisión de Holmes de liberar a Abrego García de la custodia penal.

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Sobre la firma

Patricia Caro
Periodista en Washington, especializada en temas latinos y de inmigración. Forma parte del equipo de la edición de Estados Unidos de EL PAÍS. Fue corresponsal de la Cadena SER en Brasil. Trabajó como redactora de Economía Internacional en el diario Cinco Días.
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