El ICE continúa su asedio a las comunidades migrantes de Los Ángeles

El silencio puede ser muy costoso en Estados Unidos. Es por eso que en los días recientes hemos visto a políticos, celebridades y deportistas alzando la voz en contra de las redadas que el Gobierno de Donald Trump está llevando a cabo en toda la región metropolitana de Los Ángeles. En medio de todos los mensajes de solidaridad, había un gran ausente, los Dodgers, uno de los equipos más populares del país y muy seguido entre los latinos aficionados al béisbol. La organización había mantenido un perfil bajo mientras agentes del Servicio de Control de Inmigración (ICE por sus siglas en inglés) realizan detenciones en varios puntos del sur de California, con un foco especial en Los Ángeles. Ese silencio ha terminado este jueves, cuando el equipo reveló que negó el paso de los agentes federales al aparcamiento de su estadio.

“Esta mañana, agentes del ICE llegaron a Dodger Stadium y solicitaron permiso para ingresar al estacionamiento. La organización les negó la entrada a nuestra propiedad”, aseguró el equipo en sus redes oficiales. El Gobierno de Trump, sin embargo, asegura que los elementos federales estuvieron “brevemente” en el estacionamiento del estadio y que su presencia no respondió a ningún operativo. “Esto no tiene nada que ver con los Dodgers”, aseguró el Departamento de Seguridad Interior. El equipo se enfrenta la tarde de este jueves a los Padres de San Diego, uno de los encuentros más seguidos en California.

El ICE negó su presencia en el estadio, ubicado en el centro de Los Ángeles. Esto a pesar de que varios periodistas estuvieron presentes en el sitio y tomaron imágenes y videos de varios enmascarados con chalecos blindados afuera de vehículos sin sellos de la agencia de la policía de migración. A la zona llegaron también varios manifestantes con pancartas exigiendo la salida de la fuerza federal de Los Ángeles, una ciudad en la que el 40% de su población se identifica como latino o hispano. La Administración confirmó después que se trataba de agentes de la Patrulla Fronteriza, una de las muchas corporaciones encargadas con la persecución de indocumentados.

Este incidente se registra en medio de un agudo incremento de las redadas en la ciudad, que han dejado 330 personas detenidas para su deportación hasta el pasado 11 de junio. Immigrants Defenders, una organización de ayuda legal sin fines de lucro, ha anunciado la tarde del jueves que sus abogados están trabajando en “docenas de casos” de personas que han sido detenidas en Los Ángeles en las últimas 24 horas.

Entre las detenciones que están siendo analizadas por el centro se encuentra la de Javier, un hombre enfermo con cáncer quien lleva 20 años en Estados Unidos y no tiene antecedentes penales. Los activistas afirman que el paciente se perderá una cita de quimioterapia programada para este viernes si el ICE lo mantiene bajo su custodia. Otro de sus clientes es un obrero que tiene el asilo desde hace años y que ha sido dos veces detenido en una semana por agentes de migración. Las labores del centro han facilitado su puesta en libertad tras ocho horas y antes de que fuera trasladado fuera de Los Ángeles.

Decenas de agentes realizaron la mañana de este jueves una redada en un Home Depot en Hollywood, sobre la famosa avenida Sunset. Los medios aseguran que en el operativo en el estacionamiento de la tienda de materiales de construcción fueron detenidos al menos diez personas, entre ellas una mujer embarazada que estaba con su marido trabajando en un puesto ambulante afuera del comercio.

Los testigos documentaron con sus cámaras móviles la presencia de elementos del ICE minutos antes de las 08.00. Estos aprehendieron rápidamente a las personas que estaban afuera del comercio. Uno captó el momento en que un agente derribó a una persona sin aviso, empujándole la cara al suelo antes de llevárselo a una de las camionetas de la agencia. El ICE no dio detalles de los detenidos, se limitó a decir que es uno de los operativos regulares que están llevando a cabo en Los Ángeles desde hace día.

Los Home Depot de toda la zona metropolitana son uno de los objetivos predilectos de las fuerzas federales contra la inmigración irregular. Stephen Miller, el cerebro detrás de la maquinaria de deportaciones de Trump, ordenó desde la Casa Blanca reforzar los operativos en este tipo de comercios. También en las tiendas de conveniencia de los barrios. Desde que el mandato fue subrayado desde Washington, más personas han desaparecido de las calles de Los Ángeles.