La vuelta a la escuela presiona los presupuestos familiares en la primera gran prueba arancelaria
Las familias han anticipado compras más que nunca para buscar mejores precios y evitar mayores subidas en los gastos para empezar el año escolar


Uno de los emails que más temen los padres durante los meses del verano es el de la lista de material escolar para el comienzo del curso. Se suman a veces una nueva computadora, ropa y calzado que se unen también al pago de matrículas o mensualidades de jardines de infancia, algunas escuelas y universidades. Todo ello convierten a la vuelta a la escuela en el segundo gasto más importante anual de las familias. Este ritual comercial se complica este año con el matrimonio de los incrementos acumulados en los precios a lo largo de los últimos años y las subidas esperadas por los aranceles. La Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés) revela que los precios de libros educativos y materiales de escuelas, institutos y universidades eran ya en mayo un 9,4% más elevados que el año pasado.
El índice de inflación general en julio estaba en el 2,7%, pero el detalle de los datos con los que se elabora este promedio muestra que recuperar la rutina escolar este año está por encima de ese porcentaje en muchos gastos. Esos datos, además, se dieron cuando la última ronda de aranceles —impuesta el 7 de agosto— no había entrado en vigor.
Las estadísticas de la BLS señalan que, aunque los zapatos no están mucho más caros que el año pasado (0,2%) y la ropa de las niñas ha bajado de precio un 1,9%, la de los niños ha subido en ese mismo porcentaje. A la vez, quienes tengan los niños en edad de jardín de infancia o preescolar deben hacer frente a precios un 5,7% más elevados por matrícula y pagos.
Ante el temor de mayores subidas a corto plazo, más familias que nunca, el 67%, han anticipado parte del gasto en julio. Es lo que explica y refleja las estadísticas de la Federación Nacional de Comerciantes. En otras encuestas se revela que aunque no todo haya subido, sí hay potencial de precios más altos en computadoras y ropa, según ha estimado el Yale Budget Lab, por lo que se ha impuesto la anticipación de las compras.
Pero también se impone un presupuesto ajustado debido al incremento de otros gastos regulares en los hogares. Una encuesta de Credit Karma ha revelado que si el año pasado el 34% de los padres usaron crédito para asegurar que sus hijos llegaran preparados al año escolar, este año serán el 44% los que lo hagan. Además, una de cada cuatro familias no tiene ahorros dedicados para estos gastos.
La Federación de Comerciantes ha detectado un mayor interés de las familias por los mejores precios, pues optan por tiendas de descuentos y rebajas de verano para cubrir lo esencial. La cadena de descuento Dollar General dejó el precio de la mayoría de esenciales como cuadernos y lápices por debajo del dólar, igual que el año pasado. Target y Walmart ya lanzaron parte de su campaña de descuentos en julio y esta continúa tanto en comercio online como en presencial. Y Helen Murphy, vicepresidenta de comunicaciones de la tienda de segunda mano Goodwill en Nueva York, explica que, aunque no solo compran en estas tiendas quienes buscan rebajas, sí han notado un aumento de las transacciones.
Pese a las rebajas, los comerciantes cuentan con que el gasto suba un 1.5% por encima del año pasado hasta los 39.400 millones de dólares porque hay más consumidores haciendo acopio de estos materiales y son más caros, no porque aumenten las compras por familia. Se espera que este quede por debajo de una media de 858 dólares, un 1,9% menos que el año anterior. La consultora Deloitte también espera una caída del gasto por hijo por tercer año consecutivo.
Pero el esfuerzo presupuestario de la vuelta a la escuela no acaba con la primera clase. Es el principio de unos costos que tienen continuidad en actividades extraescolares y que no siempre tienen financiación pública. En ese sentido, casi la mitad de los padres están preocupados por cómo pagar estas horas de deportes u otras tareas. Y eso es algo que tiene un efecto en los bolsillos de otra manera. Según Credit Karma, hasta un 32% de los padres considera dejar un empleo para hacerse cargo de sus hijos tras la escuela o recortar las horas de trabajo.
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