Daniel Alarcón: “Lo que me molesta del ataque a la libertad de expresión es que tanta gente poderosa se haya rendido”
El escritor y periodista peruano-estadounidense acaba de estrenar la temporada 15 del exitoso pódcast narrativo que ha ahondado como pocos en las complejidades de la comunidad latina


El pódcast de crónica periodística Radio Ambulante es quinceañero. A finales del mes pasado, se estrenó la temporada 15 del multipremiado proyecto fundado en 2010, que ha creado un retrato sonoro de lo que significa ser latino y latinoamericano. “Hace dos temporadas, le pedimos a nuestros oyentes que nos mandaran cartas físicas con sus opiniones. Si alguna vez tuve dudas sobre el valor de lo que hacemos, estas se disiparon con las misivas que llegaron de Estados Unidos, toda América Latina, Europa, África, Japón... Cientos de cartas de colegios, universidades, centros de detención en la que los reclusos organizan club de escucha para seguirnos”, celebra Daniel Alarcón (Lima, 48 años), en videollamada con EL PAÍS desde Bogotá.
En estos tres lustros, Radio Ambulante no solo se ha convertido en uno de los pódcast más relevantes de habla hispana, hoy es una empresa de medios con un puñado de proyectos con los que siguen ganando impacto en la conversación sobre la vida de los latinos. Otro de los aspectos que los ha hecho un referente del periodismo independiente, ha sido su capacidad para prevalecer en medio de la crisis de los medios tradicionales. “Nosotros no estaríamos aquí sin los oyentes. En los momentos más difíciles, han sido ellos quienes nos han sostenido con sus donaciones. Carolina Guerrero (periodista colombiana, CEO del proyecto y esposa de Alarcón) siempre dice que nuestro modelo de negocios es resiliencia, creatividad y data. Nunca pretendimos volvernos ricos haciendo esto”, sostiene.
Con seis libros publicados y ganador de la prestigiosa beca MacArthur en 2021, el productor radial se encuentra en medio de un sabático por sus labores como profesor de la escuela de periodismo de la Universidad de Columbia, pero sigue afanado en su oficio de contar historias. “Cuando le digo a cualquier colombiano que me estoy refugiando del caos político estadounidense en su país, se ríen de mí”, dice al inicio de la conversación.
Pregunta. Celebran estos 15 años convertidos en Radio Ambulante Studios. ¿Cómo describiría la evolución que ha vivido el proyecto?
Respuesta. Nos convertimos en una empresa de medios por la conversación que mantenemos con nuestros oyentes. Fueron ellos quienes nos pidieron un show dedicado a las noticias, y de allí nació El hilo. Luego nos demandaron series, historias profundas que no pueden contarse en un solo episodio, y salió Central. Este mes estrenaremos la tercera temporada ―llamada La Ruta del Sol― y en marzo del año que viene, la cuarta. Hace pocas semanas, lanzamos The Moment, nuestro primer pódcast en inglés y en video, respondiendo a una realidad y a una oportunidad. Cuando Jorge Ramos dejó Univision, lo llamé y surgió este proyecto, en el que lo acompaña su hija Paola Ramos. Ha terminado siendo un lujo tenerlos a ambos en el equipo, así como a los invitados que han venido al show (como el candidato a alcalde de Nueva York, Zohran Mamdani, y la escritora Isabel Allende).
P. ¿Qué ha contado Radio Ambulante sobre la identidad de los latinos a lo largo de estos años?
R. Lo primero sería la diversidad. Somos una comunidad muy compleja, no es una sola. A nuestra audiencia la une una genuina curiosidad por entender el otro. No les perturba la complejidad. Al contrario, les fascina. El año pasado, hicimos una serie con Alana Casanova Burgess y Noticias Telemundo a propósito de las elecciones presidenciales —llamada El Péndulo—, y fuimos testigos de la derechización de la comunidad en lugares como Las Vegas, Carolina del Norte, Florida y Pensilvania. Uno nunca termina de entender una comunidad como esta porque las circunstancias cambian, la política cambia, las leyes cambian. Este es un proyecto en constante investigación sobre lo que somos y vamos siendo.
P. Usted emigró con su familia a Estados Unidos cuando solo tenía tres años. ¿Cómo compararía el país en el que se crio con el que reeligió a Donald Trump?
R. Me siento absolutamente traicionado. El país que me vendieron, cuando nos mudamos a Alabama en 1980, era un país de inmigrantes, de oportunidades, una nación que había superado el legado del odio, o inocentemente pensamos que así había sido. Siempre nos sentimos acogidos. Tuve una infancia y una adolescencia muy bonita y creí que Estados Unidos se estaba abriendo cada vez más hacia el cumplimiento de sus ideales: Todos los hombres son creados por igual (All men are created equal). Ahora siento un dolor profundo, profundísimo, en mis hombros, en el estómago, en todo mi cuerpo. No creo que este país se haya volcado en una dirección, sino que se ha revelado. Esto no es temporal. Estamos en una etapa bien oscura de la que no vamos a salir fácilmente. Podrían ser 10, 20 años, quién sabe. Las instituciones no se reconstruyen tan rápidamente. La metáfora más clara la tienes en los bulldozers demoliendo una ala de la Casa Blanca para construir una pista de baile. Es la metáfora perfecta de lo que está pasando.
P. Los ataques a la libertad de expresión también se han intensificado estos últimos meses.
R. Este es el playbook (libro de acciones) de cualquier líder autoritario. Lo hemos visto desde la Venezuela de Maduro hasta la Hungría de Orbán. Empiezan atacando a las instituciones que pueden hacerle frente, las universidades, las ONG, la sociedad civil, los medios, los intelectuales, los artistas... Lo que más me molesta con el ataque a la libertad de expresión es que tanta gente poderosa, gente importante, medios con recursos, se hayan rendido tan fácilmente. Son los inmigrantes jóvenes, los estudiantes, la gente que tiene todo para perder, la que está enfrentando al poder con valentía y coraje.

P. Radio Ambulante se transmitió durante años en NPR, la radio pública estadounidense (ahora tienen un contrato de distribución con iHeartMedia). ¿Qué opinión tiene de los recortes de fondos federales a la corporación de medios públicos?
R. Por mis valores periodísticos, por el respeto y cariño que le tengo al sistema de la radio pública en Estados Unidos, por el valiente trabajo de tantos amigos periodistas; considero una tragedia, una crueldad y una miopía lo que están haciendo con ellos. Una democracia requiere de buen periodismo y si están atacando tanto a los periodistas, ¿será que no creen en la democracia?
P. En medio de este contexto, ¿Radio Ambulante le dará más espacio a la denuncia?
R. No importa si el oyente es de izquierda o derecha, no somos ambivalentes ante la el valor de la democracia, de la dignidad humana, la crueldad como política de Estado... Vamos a seguir contando las historias que revelan esas transgresiones que vemos todos los días, pero nuestra intención es contar toda la gama de historias que existen. No habrá solo denuncia, pero tampoco seremos neutrales. No creo que haya un ser humano sensato que pueda serlo en un momento como este.
P. Radio Ambulante ha mantenido vivo el pódcast narrativo a pesar del auge del pódcast conversacional y de video. ¿Hacia dónde se dirige el formato?
R. La crónica de no ficción en audio se parece mucho a la experiencia de leer una novela. El escritor narra y tú te inventas la película en la cabeza para poder seguir una historia llena de giros y vueltas con el fin de que quedes enganchado. Esto, sin duda, tiene un valor y un impacto, aunque no tengamos cientos de millones de oyentes. Lo que importa es contar estas historias, crear este registro de lo que significa vivir en Latinoamérica o ser latino en Estados Unidos hoy en día, con sus luces y sombras. Y ser sostenibles. Pero hemos tenido que adaptarnos. Si la audiencia pide video, hemos tratado de responder a eso con proyectos que mantengan nuestra misión.
P. ¿Qué trae la temporada 15 de Radio Ambulante?
R. Habrá historias de aventura, historias bizarras, historias políticas, y una gran historia de amor carcelaria. No todas las historias son tragedias, hay muchas chistosas. Seguimos viajando por el continente con la mirada que nos ha hecho únicos.
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