El Tesoro de Estados Unidos sanciona a Petro alegando vínculos con el narcotráfico
Además del presidente de Colombia, el Gobierno norteamericano incluye en la llamada lista Clinton a su esposa, Verónica Alcocer, su hijo mayor, Nicolás Petro Burgos, y su ministro del Interior, Armando Benedetti

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha incluido este viernes al presidente de Colombia, Gustavo Petro, en la lista Clinton o lista OFAC, el listado de las personas sancionadas por supuestos vínculos con el narcotráfico. Además del jefe de Estado, aparecen su esposa, Verónica Alcocer; su hijo mayor, Nicolás Petro Burgos y el ministro del Interior, Armando Benedetti. La lista Clinton se asocia a una especie de parálisis comercial, porque congela las transacciones y cuentas bancarias de quienes están en ella, haciendo más difícil su movilidad, tanto financiera como para viajes.
“El Tesoro sanciona al presidente de Colombia, Gustavo Petro, por su rol en el tráfico ilícito de drogas”, dice la cuenta del Departamento en X. “Bajo el presidente Petro, la producción de cocaína en Colombia se ha disparado a niveles récord. Petro le ha ofrecido beneficios a organizaciones narco-terroristas. Bajo el liderazgo del presidente Trump, no vamos a tolerar que se trafiquen drogas a nuestra nación y se envenene a los americanos”. La página web también acusa a Petro de ser socio del régimen venezolano: “aliarse con el régimen narcoterrorista de Nicolás Maduro Moros y el Cartel de los Soles”.
Petro respondió inmediatamente al anuncio: “Efectivamente la amenaza de Bernie Moreno se cumplió, yo y mis hijos y mi esposa entramos a la lista OFAC”, escribió en X el presidente colombiano, haciendo referencia a uno de sus opositores republicanos en el Congreso de Estados Unidos. “Mi abogado en mi defensa será Dany Kovalik de los EEUU. Luchar contra el narcotráfico durante décadas y con eficacia me trae esta medida del gobierno de la sociedad que tanto ayudamos para detener sus consumos de cocaína”.
La noticia ocurre tras una tensa semana entre los presidentes Petro y Trump; el domingo pasado, este último llamó a Petro "líder del narcotráfico” y se anunció que Colombia sería castigada con aranceles, algo que no se ha concretado por el momento. El norteamericano también anunció que cesaría el envío de cualquier ayuda o subsidio a Colombia, lo que implicaría acabar el apoyo en materia de seguridad que ha recibido el país sudamericano desde hace más de dos décadas. También se empezó a rumorar que, en lugar de un aumento de aranceles, llegaría un castigo directo al presidente de izquierdas. Esa fue la sanción que se produjo este viernes, y no solo al él, sino a dos de sus familiares y a su mano derecha en materia política.
“Por haber defendido la dignidad del país y que el presidente Gustavo Petro no es un narcotraficante, me meten en la lista OFAC sin yo haberlos agredido”, reaccionó a la noticia el ministro Benedetti. “Eso demuestra que todo imperio es injusto y que su lucha antidrogas es una farsa armamentista. En este país nadie se cree el cuento de que yo soy narcotraficante. Nunca he entrado a la casa de un solo narcotraficante. Para EE.UU. un pronunciamiento no violento es igual que ser narcotraficante. Gringos go home”.
El republicano Bernie Moreno, a quien Petro señala de ser el motor detrás de las críticas de Trump en su contra, compartió la noticia con un mensaje de burla: “FAFO”. Una sigla que podría traducirse a “Molesten y verán qué pasa”.
Ningún presidente colombiano en el siglo XXI ha estado sancionado como hoy lo ha estado Petro. El último fue Ernesto Samper, quien perdió su visa a Estados Unidos cuando varios de sus aliados confesaron que había ingresado dinero del narcotráfico a su campaña presidencial de 1994. Detrás de las sanciones anunciadas este viernes en Washington se planea una sospecha similar. “En 2023, Nicolás Petro fue arrestado en Colombia por lavado de activos y enriquecimiento ilícito, tras señalamientos de que dirigió dinero recibido de narcotraficantes a la campaña electoral y los esfuerzos de ”paz total” de Gustavo Petro. Nicolás luego aceptó haber recibido dinero sucio de una persona antiguamente involucrada en narcotráfico”,se lee en la explicación oficial del Tesoro.
“La misma fiscal Lucy Laborde, en una audiencia, manifestó que mi caso no tiene que ver con narcotráfico ni con la campaña presidencial. Por el único hecho de ser hijo de Gustavo Petro me meten injustamente en la Lista Clinton. Una persecución política y judicial sin precedentes. Acudiré a organismos internacionales para defender mis derechos”, respondió el primogénito al diario El Tiempo.
Sobre Benedetti, el Tesoro señala que en 2023 la revista Semana reveló audios en los que hace alusión a una posible infiltración de dinero del narcotráfico en la campaña de Petro de 2022. “Lee cómo empezó el hijueputa 8.000 y por qué empezó, ahí está la clave de todo lo que te va a pasar”, le gritó a la entonces mano derecha de Petro, Laura Sarabia. El Proceso 8.000 es el nombre usual de la investigación contra Samper por dineros del narcotráfico. Dicho esto, ni el sistema judicial, ni el Consejo Nacional Electoral que revisa las cuentas de campaña, han confirmado el ingreso dineros del narcotráfico a la campaña.
Más extraño es que haya aparecido el nombre de Verónica Alcocer, la esposa del presidente. El Tesoro la acusa de haber sido designada como embajadora de una misión especial, un nombramiento que un tribunal luego encontró que era inconstitucional. No hay, sin embargo, una referencia al narcotráfico.
Antes de la actual crisis, el Gobierno de Estados Unidos descertificó en septiembre a Colombia como país aliado en la lucha contra las drogas. Los últimos informes de Naciones Unidas han revelado un crecimiento constante de los cultivos de coca ―algo que empezó desde el mandato anterior, el de Iván Duque―, y que ha ido de la mano de un fortalecimiento de los grupos armados que trafican droga. Petro se ha defendido alegando errores metodológicos en los informes y señalando que su lucha se ha enfocado en otros eslabones de la cadena, lo que se nota en que ha hecho más incautaciones que ningún otro presidente. “La estrategia colombiana contra las drogas es más eficaz de lo que se está diciendo”, dijo ayer conversación con varios medios internacionales. “Llevo 700 narcos extraditados a Estados Unidos”, afirmó. Son datos que no parecen importarle a Donald Trump.
El presidente de Estados Unidos le ha dado un nuevo vuelo a la vieja guerra contra las drogas de Richard Nixon. Bajo esa bandera ha empezado a bombardear lanchas en el Mar Caribe y el Oceáno Pacífico, alegando, sin pruebas, que eran de narcotraficantes e iban hacia Norteamérica. Su secretario de Defensa Pete Heghseth, quien prefiere ser llamado secretario de Guerra, ha insistido en los últimos días que va a perseguir a los carteles de la droga como antes Estados Unidos persiguió al grupo islamista Al Qaeda. Ya han designado al Tren de Aragua, organización criminal de origen venezolano y con presencia en varios países de América Latina, como un grupo terrorista. También han anunciado que busca recompensa por Nicolás Maduro, líder autoritario de Venezuela, por ser miembro de un cartel de los Soles, organización también ligada al narcotráfico. El nuevo capítulo de esta guerra de Trump se juega en Colombia y, no solo en lanchas o submarinos, sino ahora con duras sanciones contra Gustavo Petro, su familia y sus aliados.
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