Una prisión británica libera por error al inmigrante de Epping condenado por agresión sexual
Su caso desató enfrentamientos entre la ultraderecha y la policía. El plan era deportarlo a Etiopía


El inmigrante que agredió sexualmente a dos mujeres, una de ellas de tan solo catorce años, en la localidad inglesa de Epping y desató protestas y disturbios de la ultraderecha el pasado septiembre se ha convertido este viernes en un caso de bochorno para el Gobierno de Keir Starmer. Hadush Gerberslasie Kebatu, un etíope de 41 años que residía en el hotel para solicitantes de asilo de esa ciudad -uno de los 210 establecimientos repartidos por todo el país, que acogen a 32.000 personas-, fue condenado por un tribunal de Chelmsford a doce meses de prisión y a una orden de alejamiento de cinco años de cualquier mujer. Debía ser trasladado esta semana a un centro de internamiento de inmigrantes, a la espera de ser deportado. El error de un funcionario provocó que Kebatu fuera puesto en libertad, según se ha sabido ahora. La policía ha desplegado todo un dispositivo de búsqueda para intentar enmendar el error, que ha provocado una nueva refriega política.
El Servicio de Prisiones ha abierto una investigación por lo sucedido, y el funcionario ha sido suspendido.
Durante el juicio, decenas de vecinos, jaleados por la ultraderecha, se manifestaron frente al hotel durante varios días. Hubo altercados con la policía, violencia y casi tres decenas de arrestos.
El ministro de Justicia, según han informado varios medios británicos se ha mostrado furioso por el error y ha exigido que se utilicen todos los medios necesarios para localizar al fugitivo. “Kebatu debe ser deportado por los delitos que ha cometido, no puede estar en nuestras calles”, ha escrito en X. El primer ministro, Keir Starmer, ha utilizado la misma red social para ventilar su frustración. “Estoy escandalizado con lo que ha ocurrido, que ya está siendo investigado. La policía trabaja con urgencia para rastrearle, y mi Gobierno les apoya. Este hombre debe ser detenido y deportado por sus delitos”, exigía Starmer.
La oposición conservadora y el partido populista de ultraderecha de Nigel Farage han cargado contra el Gobierno con mensajes apocalípticos. “Todo el sistema se está hundiendo bajo el mandato laborista”, decía la líder tory Kemi Badenoch. “Los conservadores votamos en contra del programa de liberaciones anticipadas de prisión de los laboristas porque devolvía a nuestras calles a depredadores sexuales”, ha añadido en X. “Pero este hombre acababa de ser condenado. El nivel de incompetencia es increíble”.
Farage se ha limitado a lanzar un mensaje rotundo a los suyos: “Ya camina [el fugitivo] por las calles de Essex. El Reino Unido es un país roto”.
La última información policial ha localizado a Kebatu en un tren con destino a Londres este viernes a las 12:41 (13:41, en horario peninsular español).
“Entendemos la preocupación de los ciudadanos ante esta situación y les aseguro que tenemos ya agentes trabajando con urgencia para localizarle y detenerle”, ha afirmado un portavoz de la policía de Essex, encargada de la zona donde se produjo la fuga.
Kebatu fue arrestado en agosto, ocho días después de llegar al Reino Unido en una pequeña embarcación. Había pagado 1.800 euros por el viaje a través del canal de la Mancha, en una lancha hinchable. Su condena coincidió con la aprobación de un cambio legal que permitía la deportación de un agresor sexual inmigrante una vez cumplido el 30% de la sentencia. Sin embargo, Etiopía no tiene acordado con el Gobierno británico un plan de deportaciones, y la tramitación de la de Kebatu se retrasó unos días.
El episodio, que ha sacado los colores a un Gobierno laborista que ha alardeado de su mano dura y eficacia frente a la inmigración irregular, frente a la errática política de anteriores mandatos conservadores, se produce días después de otra situación embarazosa, cuando un inmigrante de origen iraní que había sido devuelto a Francia, bajo el nuevo acuerdo cerrado entre los dos países, regresó al Reino Unido en un bote apenas un mes después.
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