Stephen Colbert, la última esperanza contra Trump
La CBS ofrece al presidente la cabeza de la voz opositora más influyente de EE UU


Que la voz opositora más influyente en Estados Unidos sea Stephen Colbert, cuya cabeza la CBS ha servido a Trump en un cambalache financiero —y ni siquiera en bandeja de plata, sino en un envase de cartón de comida rápida—, puede ser un ejemplo de la excepción cultural norteamericana, donde los cómicos son mitad políticos, mitad sacerdotes (lean Morir de pie, el ensayo de Edu Galán sobre la comedia de stand-up y sus resonancias antropológicas), pero también puede ser un síntoma de que todo está perdido. Si la única fuerza capaz de incomodar un poco a Trump es una estrella de la tele —incluso una estrella tan especial como Colbert, católico conservador, pero crítico independiente y apreciado a ambos lados de la trinchera entre derechas e izquierdas—, significa que no hay nada ni nadie plantándole cara.
La tele es importante. Incluso en horas bajas y con formatos agonizantes, como el que protagoniza Colbert en The Late Show. Lo sabe bien Trump, que no sería presidente si no hubiera sido antes estrella de la tele. Sabe hasta qué punto el camino a la Casa Blanca está hecho de índices de audiencia. Por eso decapita todas las cabecitas que asoman haciéndole la burla.
Como todos los tiranos, Trump sobrevalora las amenazas. Pese a su influencia y brillo, Colbert predica para conversos, como casi todos los predicadores. Su poder para inseminar dudas y pensamientos críticos en las molleras trumpistas se ha demostrado de muy corto alcance, y dado su talante civilizado y sobrio, tampoco va a movilizar a los más radicales. Puede que sea eso lo que más irrite a Trump, y no tanto su capacidad de abrir focos de disidencia. Colbert le recuerda lo mejor de esa democracia que detesta y que destruye a mordiscos: la conversación informal, el humor, la crítica independiente y el civismo.
Pero hay algo tristísimo en el apoyo y el ánimo resistente de los seguidores de Stephen Colbert y en Colbert mismo, que tiene contrato hasta marzo y ha decidido plantar una batalla sin cuartel en los meses que le quedan en antena. Hacer de la tele una bandera de lucha partisana es constatar que no tienes nada con lo que pelear. Que a lo largo y ancho del país no quedan organizaciones, activistas, medios de comunicación, foros de debate ni voces, y que los tan invocados sistemas de check and balance son tan eficaces como los botones placebo de “pulse verde” de los semáforos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Más información
Archivado En
Últimas noticias
Roban la caja fuerte del famoso ‘Camión de los regalos’ de la lotería de Extremadura: “Me la han liado”
El momento en el que una manga marina toca tierra en Mazarrón provocando daños materiales en el mobiliario urbano
Kim Kardashian desata la polémica tras regalar un perro a cada uno de sus cuatro hijos por Navidad: “Los cachorros no son peluches”
Enrique de Inglaterra y Meghan Markle buscan nuevo jefe de prensa: dimite su undécima publicista en cinco años tras 10 meses en el puesto
Lo más visto
- Europa entra en estado de alerta ante la embestida estratégica de Trump
- ¿Qué pasa si uno solo de los ganadores del Gordo de Villamanín decide denunciar?
- La larga sombra del hijo único: China paga con una crisis demográfica su mayor experimento social
- Los grandes derrotados del Gordo de Navidad de Villamanín, 15 jóvenes de entre 18 y 25 años: “Hoy hemos perdido amigos”
- El giro del PP con Vox: de prometer no gobernar con la extrema derecha a normalizarlo tras el resultado en Extremadura






























































