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Eneas, una nueva herramienta de IA que quiere revolucionar nuestra idea de la antigua Roma

La revista ‘Nature’ describe cómo este programa de Google puede acelerar y profundizar la comprensión del pasado para ayudar a los historiadores

Inscripción latina del Arco de Constantino en Roma, erigido en el año 312.
Jordi Pérez Colomé

Cada año se descubren unas 1.500 nuevas inscripciones en latín de la época romana. Los historiadores no deben solo interpretarlos, sino dar un contexto preciso a esos fragmentos de textos: de qué época pueden ser, qué matices locales tienen o qué significan sus abreviaturas. Este trabajo requiere el esfuerzo minucioso de académicos especializados. Ahora una nueva herramienta de inteligencia artificial (IA) llamada Eneas pretende acelerar y revolucionar este proceso. “Los expertos se centran en una zona o época concretas y les cuesta ver las conexiones entre todas las inscripciones”, dice Thea Sommerschield, profesora de la Universidad de Nottingham (Reino Unido) y coautora del trabajo que publica la revista Nature junto a científicos de varias universidades europeas y de Google. “Eneas es distinto porque usa IA generativa para dar contexto. Analiza enormes cantidades de textos y encuentra conexiones lingüísticas o históricas que con herramientas tradicionales se nos escaparían”, añade Sommerschield.

Eneas, nombre del mítico héroe troyano y antepasado de la estirpe romana, no solo ayuda a interpretar y entender la longitud real de las inscripciones, también apunta su época y lugar probable de origen. La herramienta no trabaja solo con los textos puros, sino que también analiza imágenes de la inscripción para afinar sus resultados. La IA, recurso ideal para encontrar patrones entre millones de datos, es perfecta para estos objetivos.

Pero los investigadores ofrecen su herramienta solo como un colaborador para historiadores: “Queremos crear un círculo virtuoso: que los avances en IA para lenguas antiguas impulsen más digitalización y estandarización de datos antiguos”, dice Yannis Assael, coautor del trabajo y científico de Google DeepMind. “Pero no creemos que la IA vaya a sustituir el trabajo de historiadores, sino que puede amplificarlo. El futuro de la lectura de inscripciones pasa por la colaboración entre los sistemas de aprendizaje automático y los expertos que los interpretan”. Algunos de los autores de Eneas ya habían trabajado en una herramienta más básica para el griego antiguo llamada Ithaca. El artículo cita un trabajo similar en chino antiguo como muy próximo a sus intenciones. Hay iniciativas similares en muchas otras lenguas clásicas de varias regiones del mundo.

Templo de Augusto y Roma en Ankara (Turquía), donde está la inscripción más clara de Res Gestae Divi Augusti.

Antes de la publicación del trabajo, Eneas ya ha sido puesta a prueba por historiadores invitados en una inscripción muy conocida de los logros del emperador Augusto. En el 90% de los casos, los humanos encontraron que los paralelismos textuales y contextuales que sugería Eneas eran un buen punto de partida para su investigación. Los resultados en predicción y atribución geográfica fueron mejores cuando los historiadores trabajaban con Eneas que cuando lo hacían por separado: ni los expertos solos, ni Eneas por su cuenta, lo hacían igual de bien.

Hace tiempo que los historiadores debaten, por ejemplo, sobre la fecha exacta de esta inscripción de Augusto, conocida como Res Gestae Divi Augusti. Lo que hizo Eneas fue ofrecer una distribución de posibles fechas, con dos picos claros: uno más pequeño entre el 10 y el 1 a.C., y otro más alto y seguro entre el 10 y el 20 d.C. “Estos resultados recogen de forma cuantitativa las dos principales hipótesis que teníamos”, dice Sommerschield. “Eneas basó sus predicciones en rasgos lingüísticos sutiles y en referencias históricas del propio texto, como títulos oficiales o monumentos mencionados. Al convertir la datación en una estimación probabilística, el modelo aporta una manera nueva y cuantificable de abordar debates historiográficos que duran décadas”, añade la profesora.

En el artículo de Nature han incluido valoraciones de los propios historiadores que trabajaron con Eneas por primera vez. Según uno de ellos, los cambios en sus rutinas pueden ser significativos: “Los paralelismos que encontró Eneas cambiaron por completo el enfoque de mi investigación histórica. Me habría llevado un par de días encontrar esos textos y en cambio [con Eneas] tardé 15 minutos. Si tuviera que basar mis interpretaciones históricas en esas inscripciones, ahora tendría días para escribir y plantear las preguntas de investigación, en lugar de dedicar todo ese tiempo a buscar paralelismos”.

Los creadores de Eneas probaron su capacidad en una inscripción menos evidente, la de Mainz dedicada a Iulius Cogitatus y encontró un sorprendente paralelismo en un altar votivo. “Eneas detectó esta conexión”, dice Assael, “a pesar de no tener acceso al contexto arqueológico ni a metadatos espaciales”. A diferencia de los métodos tradicionales de comparación textual, Eneas es capaz de captar vínculos sutiles que apuntan a continuidades culturales e institucionales de fondo. “Combinado con el conocimiento arqueológico de los expertos, Eneas permite un análisis más amplio y matizado de las tradiciones de inscripciones en las provincias del Imperio romano”, añade.

La esperanza de los autores es que Eneas no solo sirva como interés académico, sino que contribuya a ampliar el conocimiento del Imperio Romano y sus conexiones. Además de ayudar en la educación, puede también poner a prueba hipótesis existentes y complementar la interpretación experta con un análisis histórico cuantitativo. “La cuestión no es solo de interés académico”, escriben en el artículo de Nature, “porque la forma en que Augusto redactó el relato de sus logros tiene implicaciones sobre cómo entendía él mismo su papel en la historia de Roma. ¿Sentía, ya en el año 2 a.C., que había alcanzado la cima de su carrera —cuando fue nombrado ‘padre de la patria’— y eso le llevó a escribir las Res Gestae? ¿O fue solo en el año 14 d.C. cuando sintió la necesidad de dejar un relato partidista de su vida, justificando su lugar en la sociedad romana y tratando de influir en el legado que dejaba?”.

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Sobre la firma

Jordi Pérez Colomé
Es reportero de Tecnología, preocupado por las consecuencias sociales que provoca internet. Escribe cada semana una newsletter sobre los jaleos que provocan estos cambios. Fue premio José Manuel Porquet 2012 e iRedes Letras Enredadas 2014. Ha dado y da clases en cinco universidades españolas. Entre otros estudios, es filólogo italiano.
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