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El Vaticano se entrega a los ‘influencers’ católicos: “Somos la puerta de entrada a la fe”

Roma acoge esta semana a mil creadores de contenido religioso en las redes sociales. Acuden a un Jubileo, los días 28 y 29 de julio, en el marco de un Año Santo que pone el foco en el entorno digital

Perfiles influencers catolicos
Sara Castro

Paula Vega se viralizó en internet en 2023 cuando decidió pasar su luna de miel en Roma para visitar al papa Francisco junto a su marido. Acudieron a la cita vestidos de novios y con el certificado matrimonial. “Queríamos recibir su bendición. Le comenté que era misionera digital y me dijo que le diese caña al asunto”, cuenta. Esta malagueña de 30 años redescubrió su fe hace casi una década y ahora divulga contenido religioso en Instagram, donde acumula más de 56.000 seguidores. Ya prepara las maletas para volver al Vaticano. Por primera vez en la historia, se celebra un Jubileo con mil influencers católicos de 46 países en un Año Santo que pone el foco en el entorno virtual. “La Iglesia se dio cuenta que los jóvenes no están en las parroquias, aunque sí en las redes. Somos la puerta de entrada a la fe. Tenemos el mejor mensaje del mundo, pero hay que saber venderlo”, dice.

El evento, que tendrá lugar el 28 y el 29 de julio, se produce en un contexto en el que los datos demuestran que la sociedad cada vez es menos creyente. El porcentaje de católicos supera por poco la mitad, aunque solo un 18,8% son practicantes, según el CIS de abril. Entre los menores de 24 años la cifra de fieles rebasa al límite el tercio y las bodas por la iglesia tienen menos tirón, han menguado casi un 39% desde 2015. Hace dos décadas, el 90,2% de la población se consideraba católica. Es un giro acelerado y significativo.

Xiskya Valladares, más conocida como la monja tuitera, hace autocrítica: “Las misas ya no atraen a los jóvenes, ni siquiera a mí. Ellos sí tienen fe, pero si no acuden a las parroquias es por culpa nuestra. Hay que conectar con la realidad y ofrecer el mensaje de Jesús en un lenguaje renovado”. Vive en Palma, tiene 56 años, es religiosa en la congregación Pureza de María, filóloga, doctora en comunicación y misionera digital.

Tiene 782.000 seguidores en TikTok, aunque empezó en X (antes Twitter) hace 15 años. “Me interesaba mucho el movimiento 15-M, quería conocer las inquietudes de los ciudadanos y descubrí el poder de las redes sociales. Me fui sumando a todas las que iban naciendo”, comenta. Como pionera en este sector, forma parte de la organización del Jubileo para creadores de contenido católico. “Habrá un encuentro con el papa, formación con profesionales de la comunicación, talleres, un concierto, una misa y una yincana”, adelanta.

Asegura que el evento no sería posible sin la labor que realizó el papa Francisco, quien concedió importancia a este asunto. “Me regaló la oportunidad de participar con voz y voto en el Sínodo de la Sinodalidad de 2023. Fui una de las 54 mujeres que por primera vez en la historia tuvimos una inclusión plena en un espacio de obispos”, cuenta.

En su intervención inicial se rieron de ella, recuerda, pero en la segunda asamblea la escucharon y redactaron el primer documento oficial sobre misión digital, lo que dio paso en 2024 a una Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa con creadores de contenido católico, respaldados por el Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede.

“Los misioneros digitales son un lugar de conocimiento de la realidad de la Iglesia, de experiencias de fe y de cuestionamiento por las preguntas existenciales que nos conciernen a todos, aunque por supuesto no son el único”, expresa el secretario nacional de comunicación de la Asociación de Propagandistas Católicos, Pablo Velasco Quintana.

Sofía Alas, otra de las organizadoras del Jubileo, reconoce desde Roma que la Iglesia valora cada vez más la manera de “comunicar la palabra de Dios de una forma más cercana, no tan teológica como estábamos acostumbrados”. Cree que el anonimato que las redes ofrecen a los usuarios favorece la aproximación a la fe porque desaparece el miedo a ser juzgado, informa Íñigo Domínguez.

Coincide con ella la responsable de gestión del talento en la agencia de marketing de influencers MB TalentsGroup, Laura Pérez. Refiere que en su empresa cuentan con varios creadores de contenido religioso. “Es un nicho en auge, a la gente le interesa su estilo de vida”, expresa. Asegura que tienen una capacidad de captación y fidelización de audiencia importante. “No son un escaparate que vende un producto, se trata de perfiles variados que interactúan de una forma muy humana con su comunidad”, expresa.

Paula Vega: “Internet tiene un gran potencial evangelizador”

Paula Vega en una imagen cedida.

Vega estudia Teología y sus compañeros de pupitre son seminaristas. Considera que “un misionero digital debe estar formado”. Le consta que la Iglesia trabaja en promover ayudas para los creadores de contenido como ella: “Internet tiene un gran potencial evangelizador. Eso sí, las pantallas nunca suplirán el contacto físico. Acercamos a los jóvenes a las parroquias”.

Los miércoles dedica una sección en Instagram a “visibilizar a las mujeres de fe silenciadas dentro de la Iglesia y reconocer su labor”. Sabe que la población femenina ha encontrado dificultades en la institución, incluso ella misma. “Un sacerdote me dijo que dejase la teología y me pusiese a dar catequesis”, comenta.

Quique Mira: “Lo que antes era un ambón en la homilía, hoy es un vídeo de Instagram”

Quique Mira en una imagen cedida por él.

Quique Mira vive en Valencia, tiene 27 años y es creador de contenido católico en redes sociales. “Mi familia no practicaba la fe, para mí no tenía nada que ver con el sentido de la vida hasta que con 19 años conocí a un sacerdote que me transformó”, confiesa. Dejó el mundo de la noche en el que trabajaba y empezó a volcarse más en las parroquias. “Me abrí una cuenta de Instagram para compartir esta experiencia”, comenta.

Algunos temas que aborda en Instagram como la espera para mantener relaciones sexuales hasta el matrimonio o la identidad de género según la religión causan revuelo, pero alcanzan millones de visualizaciones. Acaba de casarse con María Lorenzo, también misionera digital: “Explicamos qué significa vivir en una relación de tres, incluyendo a Dios”.

Tiene más de 200.000 seguidores entre todas sus redes sociales y es fundador de Aute, “una entidad que acerca a los jóvenes a la fe” y que cuenta con una aplicación móvil, una marca de ropa con prendas que contienen mensajes cristianos y numerosos eventos. “Lo que antes era un ambón en la Iglesia para dar una homilía, hoy es un vídeo de Instagram. Ahora toda la atención de los jóvenes está en redes y tenemos que estar ahí”, comenta.

Paola Pablo: “Va más allá de ir a misa los domingos, se genera comunidad”

Paola Pablo.

Paola Pablo, dominicana residente en Madrid de 30 años, es cantante: “Evangelizo a través de la música en redes, estoy en Youtube e Instagram”. En 2018 lanzó su primera canción dedicada a Jesús, y entre esta y su último single ya ha escrito 18 temas. “Estoy presente en todas las grandes plataformas como Spotify. La mayoría de los ministerios católicos tienen un distribuidor de música”, explica. Acumula en Instagram más de 100.000 seguidores.

Considera que las canciones tienen el poder de conectar, especialmente con la gente joven. “Toca el corazón y abre puertas”, comenta tras hacer referencia a Hakuna Group Music, la banda cristiana juvenil que en varias ocasiones ha llenado el WiZink Center de Madrid. Los retiros, los ejercicios espirituales y los conciertos cada vez están más en auge, a su juicio. “Va más allá de ir a misa los domingos con la familia, se genera comunidad”, cuenta.

Xiskya Valladares: “Las iglesias están vacías o con gente mayor, nos jugamos mucho”

La hermana Xiskya Valladares en la comunidad religiosa Pureza de María Santísima, en Palma.

Valladares considera que la religión debe estar presente en todos los ámbitos y recuerda que Benedicto XVI ya decía que un versículo del Evangelio tiene la misma extensión que un tuit. Compara Internet con un hospital de campaña, parafraseando al papa Francisco: “Hay mucha gente sola y herida, a veces por la propia Iglesia. Podemos darles esperanza”.

Piensa que los creadores de contenido católico favorecen la supervivencia. “Las Iglesias están vacías o con gran presencia de gente mayor, nos jugamos mucho en la misión digital”, advierte. No ve necesario rezar el rosario en TikTok y compartir fotos de ángeles. “Para catequizar ya están las parroquias. Yo me dirijo por igual a ateos y creyentes porque el valor de las personas no la mido por su fe”, aclara. Habla sin tapujos, defiende que una persona homosexual pueda ser catequista y se sumó a un movimiento juvenil en redes que pedía en abril a los cardenales un papa del siglo XXI y no del XIX.

Carlos García: “Internet es un terreno para hacer misión, no hay fronteras”

Carlos García en el barrio de Chamartín en Madrid.

Carlos García, madrileño de 33 años, es misionero digital y forma parte del equipo de comunicación de la Delegación de Infancia y Juventud de la Archidiócesis de Madrid. “Crecí en una familia en la que no se vivía la fe, pero a partir de los 27 años me acerqué a la Iglesia tras salir de una relación tóxica”, comenta.

Comenzó a compartir en Instagram el trabajo que realiza con la entidad sin ánimo de lucro Misión Hatari, que actúa en España y Perú, y empezó a suscitar interés. Cuenta con más de 20.000 seguidores. Ahora introduce nuevos contenidos como la ilusión por su futuro matrimonio, sus peregrinaciones o su actividad en las parroquias. “Internet es un terreno para hacer misión, no hay fronteras”, resume.

Joaquín Hernández: “Un periódico solo de papel está perdido, nos actualizamos”

Joaquín Hernández.

Joaquín Hernández, cura de 47 años en el barrio madrileño de Villaverde, se lanzó a las redes sociales en 2017. “Estas plataformas me tenían un poco asqueado y decidí hacer de ellas algo útil”, recuerda. Durante el confinamiento misaba en streaming y acumuló 10.000 seguidores, ahora supera los 78.000 en Instagram.

Creó el podcast semanal Al Lío sobre espiritualidad, fe y estilo de vida. “Mi objetivo no es hablar todo el tiempo de oración. Puedo abordar valores cristianos, aunque no nombre a Dios”, resume. Valora de forma positiva la apuesta del Vaticano por la presencia digital: “Hoy en día si un periódico solo hace papel, está perdido. Pues lo mismo pasa en la Iglesia, también nos actualizamos”.

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Sobre la firma

Sara Castro
Escribe en la sección de Sociedad tras pasar por la redacción de elDiario.es y la web de Informativos Telecinco. Cursó el máster de Periodismo UAM – EL PAÍS.
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