La Generalitat toleró que una menor tutelada fuese a vivir con un adulto pese a las alertas
Los servicios sociales de L’Hospitalet afirman que remitieron un expediente de desamparo a DGAIA sobre la adolescente que fue víctima de una red de pederastia


La Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) de la Generalitat toleró que la menor que había sido víctima de una red de pederastia se fuese a vivir, a los 15 años, con un joven de 25. El organismo permitió que se diera esa circunstancia anómala pese a recibir un expediente de desamparo emitido por los servicios de atención a la infancia de L’Hospitalet de Llobregat, que hacían seguimiento de su caso, según han explicado a EL PAÍS fuentes conocedoras del proceso.
A los 12 años, cuando aún vivía con sus padres, la menor fue captada a través de una aplicación de citas por Teófilo L. M., un electricista de 45 años que la violó reiteradamente en su casa, grabó vídeos sexuales de ella y la utilizó para acercarse a otros menores de edad, la mayoría varones. La Fiscalía pide 107 años de cárcel para el agresor, que todavía debe afrontar otros dos juicios más por diversos delitos como líder de una de las mayores redes de pederastia desarticuladas en Cataluña.
En 2021, cuando ya estaba sometida a la voluntad del electricista, las cosas se complicaron aún más en casa de la menor. La madre enfermó de cáncer y el padre se mostró incapaz de sacarla adelante con garantías. La niña, que también había sido víctima de acoso escolar, quedó bajo la guarda de la DGAIA, que se hizo cargo de sus cuidados diarios. La tutela, que conlleva entre otras cosas la representación legal, siguió en todo momento en manos de los padres.
La víctima ingresó en el Casa d’Infants de L’Hospitalet, que tampoco es exactamente un centro de menores sino un centro abierto: los padres, que mantienen la tutela, pueden entrar y salir libremente del recinto. Estuvo bajo la guarda de la DGAIA apenas un año, según las fuentes consultadas, tiempo suficiente para que el centro detectara que podía estar siendo sometida a prácticas sexuales que, por su edad, en ningún caso podían ser consentidas.
La educadora social que seguía de primera mano a la adolescente vio que mantenía conversaciones de contenido sexual a través de la red de contactos Badoo. Acompañada por la familia de la menor, acudió a denunciar el caso a los Mossos d’Esquadra. Así comenzó la investigación que culminó con la detención de Teófilo (que aún hoy permanece en prisión provisional a la espera de juicio) y del resto de participantes en la red de pederastia.
Cuando el cáncer provocó la muerte de la madre, la menor regresó a casa y dejó de quedar bajo el paraguas de la DGAIA. Más tarde, a los 15 años, anunció a su padre que quería irse a vivir con una persona a la que presentó como su novio, un chico de 25 años que, según las fuentes consultadas, no tiene nada que ver con Teófilo ni con la red de pederastas de la que había sido víctima.
La noticia de que la menor se iba de casa llegó a oídos de los profesionales del Equipo de Atención a la Infancia y la Adolescencia (EAIA) de L’Hospitalet de Llobregat, que hacían seguimiento del caso. Los técnicos “estudiaron el caso, lo analizaron y acabaron emitiendo un expediente de desamparo que enviaron a la DGAIA”, explican fuentes municipales.
Un expediente de desamparo se abre cuando no existe la certeza de que el menor, por una situación grave (malos tratos, abandono, algunos tipos de negligencias) pueda seguir viviendo con su familia. Los expedientes de riesgo (de menor gravedad) los gestionan los ayuntamientos o consejos comarcales de turno. Los de desamparo, en cambio, acaban en la mesa de la DGAIA, que es quien tiene la última palabra para tomar las decisiones que considere oportunas.
Una convivencia que “no es aceptable”
En el caso de la víctima de pederastia y a pesar de la alerta lanzada por L’Hospitalet, la DGAIA no adoptó ninguna medida de protección. Un portavoz del Departamento de Asuntos Sociales no ha concretado cuál fue el sentido del informe que emitió el organismo con el argumento de que se está trabajando en el expediente informativo para aclarar lo sucedido. En una entrevista este viernes en TV3, la consejera Mònica Martínez Bravo se ha limitado a decir que “no es aceptable que una niña de 15 años conviva con un adulto en una relación socioafectiva”. “Hay que revisar qué se sabía y qué se puede hacer. Formará parte del estudio con la voluntad de mejorar los protocolos y los procesos”.
En una entrevista a la emisora Rac1, uno de los educadores del Casa d’Infants de L’Hospitalet, Daniel Sánchez López, dio por hecho que la DGAIA había autorizado la convivencia con el joven. Fuentes de la dirección de la DGAIA de la época de los hechos señalan que el informe de la EAIA no proponía de forma expresa que fuera separada del novio. Agregan que, dados los precedentes y el contexto de la menor, la solución de que fuera a vivir con el chico pese a contar solo 15 años de edad fuera vista por los técnicos como un mal menor.
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