La impunidad de los feminicidas en Camerún: “Te mataré y te enterraré”
El asesinato de una profesora y la leve condena contra su marido, autor confeso del crimen, han puesto de relieve las fisuras legales y el peso de las normas sociales y culturales que protegen a quien agrede a las mujeres en África Central

Diane Yangwo, una profesora de inglés de secundaria de 30 años que vivía en Duala, la capital económica de Camerún, tuvo la certeza de que los golpes que le había propinado su marido eran mortales. “Desde su cama de hospital, Diane me dijo: ‘Myreille, vi mi muerte. Eric casi me mata”, explica a EL PAÍS por teléfono Myreille Nguele Liboho, su íntima amiga. Yangwo, que tenía tres hijos, acababa de sufrir una brutal paliza a manos de su marido, Eric Bekobe, un banquero de 35 años con el que estaba casada desde noviembre de 2019. “Diane juró que iba a abandonar a su marido para siempre cuando saliera del hospital”, continúa Nguele.
No era la primera vez que él la agredía. Estando embarazada de su tercer hijo, Yangwo había presentado una denuncia, que obligó a su marido a firmar un compromiso oficial de no volver a ponerle las manos encima. “A pesar de eso, Eric seguía diciéndole a Diane: ‘Te mataré y te enterraré’, y aseguraba que le daba igual que eso le supusiera acabar en la cárcel”, recuerda Nguele.
El 13 de noviembre de 2023, Yangwo acudió a una clínica en Duala porque su hija estaba enferma. Allí, su marido la golpeó y la pateó con violencia. El guardia de seguridad de la clínica trató de intervenir, pero Bekobe lo amenazó y declaró que era “cosa de familia”. El guardia solo logró salvar a la niña, mientras que Diane quedó indefensa a merced de los golpes. Después, Bekobe la arrastró e intentó meterla a la fuerza en el maletero de su coche, pero los vecinos y el personal de la clínica se lo impidieron. La ingresaron de inmediato en la misma clínica y posteriormente la derivaron al Hospital Ginecológico-Obstétrico de Duala. Falleció en este centro sanitario después de pasar tres días conectada a un respirador artificial. La autopsia reveló que el páncreas de Diane, entre otros órganos vitales, había sufrido daños irreparables.
El 1 de abril de este año, el Tribunal Superior de Wouri, en Duala, dictó una sentencia de cinco años de prisión que quedó suspendida y una multa de 52.000 francos de África Central (79,25 euros) contra Eric Bekobe por el asesinato de su esposa. Había pasado 16 meses en la cárcel. “Al principio, Eric se declaró inocente, pero, acorralado por las pruebas, acabó confesando. Sin embargo, quedó en libertad, para sorpresa de todos, y pese a los recursos del fiscal y de la familia”, explica a este periódico Michael Ngantchou Tchoundou, hermano de la fallecida, en un mensaje de WhatsApp.
“Desde el principio se nos informó de que algunas élites de la aldea del acusado estaban intentando ‘enterrar el caso’”, explica Tchoundou. “La investigación se inició a raíz de una denuncia por asesinato presentada por la familia. Sin embargo, para sorpresa de todos, esta denuncia se reclasificó posteriormente como ‘homicidio involuntario’, lo que redujo la gravedad de los cargos y allanó el camino para una sanción mucho más indulgente”, añade.
El juicio se aplazó varias veces y el caso sigue abierto ante el Tribunal de Apelación de Bonanjo, pero el acusado nunca ha comparecido a pesar de la notificación de los jueces a sus abogados de que debía presentarse.
La última vista, prevista el 17 de septiembre, se aplazó después de que Bekobe, contra quien se ha dictado una orden de detención, no se presentara. “Los jueces también dijeron que estudiarán la posibilidad de volver a convertir los cargos en asesinato, como pidió el abogado de la familia. Esto permitiría una sentencia más severa”, explicó a este diario por WhatsApp Tathi Yende Viviane, coordinadora de #StopFemicides237, una organización creada en 2023 por activistas feministas para rastrear y denunciar los casos de feminicidio en el país.

Una ola cada vez mayor de feminicidios
En los últimos años, Camerún ha experimentado un aumento de los casos de feminicidio. Más de 50 niñas y mujeres camerunesas han muerto a manos de sus maridos u otros familiares varones desde principios de año, según el Ministerio de Empoderamiento de la Mujer y Familia del país, que señala que estos no son más que los casos “notificados y verificados”.
Como el de Alima Mbazoa, de 20 años, a quien su novio quemó viva tras volver de emborracharse. O el de Marceline, una peluquera que murió a causa de una paliza propinada por su marido cuando acababa de dar a luz. O el de la mujer que fue violada y asesinada por su hijo en la ciudad de Dschang.
En 2024 se registraron en total 77 casos de feminicidio, mientras que en 2023 se documentaron 67. La Encuesta Demográfica y de Salud de Camerún de 2018 indicaba que el 43% de las mujeres de entre 15 y 49 años habían sufrido violencia física o sexual, mientras que el 32% de las mujeres casadas o separadas habían sufrido violencia a manos de su pareja durante los 12 meses anteriores a la encuesta. Las normas culturales y el miedo al estigma impiden a muchas mujeres denunciar la violencia y buscar ayuda.
Otra encuesta de Afrobarometer situaba el feminicidio como el segundo problema más importante en materia de derechos de la mujer y como una cuestión que exige la intervención del Gobierno y la sociedad en Camerún.
No podemos olvidar el problema estructural de que muchos hombres se creen superiores a las mujeres, las degradan y las tratan como esclavasMartine Ongola, directora de Empoderamiento Social de la Mujer del Ministerio de Empoderamiento de la Mujer y Familia de Camerún
Martine Ongola, directora de Empoderamiento Social de la Mujer en el ministerio del mismo nombre, dice que la violencia contra las mujeres no es algo nuevo en el país, pero que ahora ha salido a la luz gracias a las redes sociales. “Hay varios factores que podrían explicar los numerosos casos de violencia contra las mujeres vistos últimamente en Camerún: las normas sociales sexistas que perpetúan una visión de que el uso masculino de la fuerza es legítimo y no acarrea consecuencias para sus autores; la impunidad institucional, que se manifiesta en ciertas lagunas del marco legislativo; además de la pobreza, el alcoholismo y el consumo de drogas, que también son factores comunes”, explica a este periódico en un intercambio de mensajes de WhatsApp. “No podemos olvidar el problema estructural de que muchos hombres se creen superiores a las mujeres, las degradan y las tratan como esclavas. Por eso, cuando una víctima abandona a su torturador, él la persigue para ejercer una violencia que pueden acabar en asesinato”.
Varios grupos defensores de los derechos humanos, miembros de la sociedad civil y líderes de la oposición en Camerún y otros países denunciaron con vehemencia la sentencia dictada el 1 de abril sobre el caso del asesinato de Yangwo, por considerarla “demasiado blanda” en proporción con el crimen cometido. El Código Penal de Camerún castiga a cualquier persona que cause la muerte de otra a una pena mínima de 10 años de prisión.
Una petición difundida por internet que exige justicia para Yangwo y la destitución de la jueza que dictó la sentencia ha conseguido ya más de 26.000 firmas. La doctora Carole Grace Mbarga, activista social y defensora de los derechos humanos de origen camerunés afincada en Estados Unidos, que redactó la petición, dice que la “indulgente” condena impuesta a Bekobe no solo “se burla” de la justicia, sino que también amplifica “los graves problemas sistémicos” que siguen propiciando la violencia contra las mujeres.
Según #StopFemicides237, en la actualidad se cometen feminicidios en Camerún casi cada semana. El grupo se creó después del asesinato en 2023 de Vanessa Youbi, sus hijos y las hermanas con las que vivía, a manos de su exnovio, a las afueras de Yaundé.
Seguimos contando solo los casos de feminicidio de los que tenemos conocimiento, pero la verdad es que aún hay muchos casos que no se denuncian, sobre todo en las zonas ruralesTathi Yende Viviane, coordinadora de #StopFemicides237
“Seguimos contando solo los casos de feminicidio de los que tenemos conocimiento, pero la verdad es que aún hay muchos que no se denuncian, sobre todo en las zonas rurales. La dificultad de reunir rápidamente datos sobre feminicidios en los hospitales y las comisarías es otro obstáculo más que impide que nuestras cifras sean rigurosas”, explica Tathi Yende Viviane, coordinadora de #StopFemicides237.
Camerún ha firmado y ratificado casi todos los instrumentos jurídicos internacionales para promover la igualdad de género y proteger los derechos de la mujer. “Pero sigue existiendo el problema de cómo armonizar estos instrumentos con el marco jurídico de nuestro país, que el Gobierno se ha comprometido a mejorar y a elaborar planes de acción y programas concretos para frenar la violencia contra las mujeres”, concluye Martine Ongola.
Pero Yende cree que la “escandalosa” sentencia por el asesinato de Yangwo muestra con claridad la escasa atención que la legislación camerunesa presta a la vida de las mujeres y las niñas. “En el caso de Diane Yangwo, su marido ejercía la violencia contra ella de forma habitual. Decir que no tiene antecedentes —y, por tanto, cuenta con circunstancias atenuantes— para justificar el veredicto, cuando el torturador es más poderoso que su víctima, es un insulto a la memoria de Diane Yangwo, que sufría a diario la violencia de su marido”, sostiene.
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