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Radiografía de la desigualdad de género en el mundo: las brechas son aún profundas pese a los avances

Un informe de Naciones Unidas alerta de que la disparidad entre hombres y mujeres persiste en prácticamente todas las áreas

Patricia R. Blanco

Treinta años después de que 189 países aprobaran la Declaración y Plataforma de Acción de Pekín, el plan más ambicioso jamás adoptado para lograr la igualdad entre hombres y mujeres, el balance es de claros avances, pero también de brechas persistentes que podrían aumentar como consecuencia de los recortes en la ayuda al desarrollo. Esta es la principal conclusión del informe Gender Snapshot 2025 (Panorama sobre el género 2025), un análisis basado en más de 100 fuentes de datos, que ONU Mujeres hizo público el lunes por la noche con una advertencia: sin medidas urgentes, los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 en materia de igualdad de género quedarán muy lejos de cumplirse.

La radiografía que arroja el análisis de la institución desvela que la desigualdad entre hombres y mujeres se sigue produciendo prácticamente en todas las áreas. Por ejemplo, un total de 64 millones más de mujeres adultas que de hombres sufren inseguridad alimentaria y el 9,2% de mujeres y niñas (376 millones) vive en la actualidad en pobreza extrema, frente al 8,6% de hombres y niños. Además, en 2024, el 46,4% de las mujeres en edad de trabajar tenían un empleo, frente al 69,5% de hombres. Ellas viven más, pero pasan más años de su vida con mala salud que ellos (10,9 frente a 8). Y aunque cada vez hay más diputadas y senadoras, todavía solo ocupan el 27,2% de los escaños parlamentarios, mientras que 102 países nunca han tenido una jefa de Estado o de Gobierno.

“Allí donde se ha priorizado la igualdad de género, se demuestra que da resultados”, resume Sarah Hendriks, directora ejecutiva adjunta de ONU Mujeres, en una videollamada con EL PAÍS. “Hoy las niñas tienen más probabilidades de completar la escuela que en cualquier otro momento de la historia de la humanidad, la mortalidad materna ha caído casi un 40% y en solo cinco años se aprobaron o reformaron 99 leyes para derribar la discriminación”. Sin embargo, continúa, “el mundo no está cumpliendo la ambición que contenía la declaración de Pekín y, en algunos casos, incluso está retrocediendo, y ese retroceso se mide en vidas, derechos y oportunidades”, alerta Hendriks.

Uno de los mayores avances que, según el informe, se ha conseguido en estas tres décadas es la mejora de la salud sexual y reproductiva de las mujeres. De acuerdo con los datos recopilados por la ONU, entre 2000 y 2023, la mortalidad materna descendió de 328 a 197 muertes por cada 100.000 nacidos vivos. La fecundidad adolescente también se redujo, con una caída de 66,3 a 38,3 nacimientos por cada 1.000 mujeres de entre 15 y 19 años. Sin embargo, si solo se tienen en cuenta los países con las rentas más bajas, la tendencia es la contraria: los nacimientos en adolescentes aumentaron de 4,7 millones en 2000 a 5,6 millones en 2024.

Infrarrepresentación en la toma de decisiones

“Los recortes en la ayuda oficial al desarrollo han sido los más sísmicos que hemos visto no solo en décadas, sino en nuestras vidas”, advierte Hendriks. Según el informe, a comienzos de 2025, más del 60% de las organizaciones sobre VIH dirigidas por mujeres perdieron financiación o se vieron obligadas a suspender los servicios. “Aunque las mujeres representan el 67% de la fuerza laboral de la salud a nivel mundial, enfrentan una brecha salarial de género del 24% [es del 23% a nivel global]”, según ONU mujeres, que asegura que su “exclusión sistemática de los cargos de liderazgo” perpetúa que las necesidades de salud de las mujeres no sean una prioridad.

64 millones más de mujeres adultas que de hombres sufren inseguridad alimentaria
ONU Mujeres

Esta brecha de liderazgo permea, además, todos los sectores. “La toma de decisiones sigue estando en manos de los hombres, en todos los ámbitos de la vida y en todas partes del mundo”, afirma el informe, que recuerda que solo el 56,3% de las mujeres entre 15 y 49 años casadas o en una relación sentimental tienen pleno poder de decisión sobre su salud y derechos sexuales y reproductivos, de acuerdo con los datos de 78 países.

Los ejemplos de falta de paridad son numerosos. A 1 de enero de 2025, las mujeres solo ocupaban el 27,2% de los escaños parlamentarios y su representación era del 35,5% en los gobiernos locales. A fecha de 1 de agosto de este año, solo 29 países tenían a una mujer como jefa de Estado o de Gobierno, 22 más que hace cinco años. Y aunque ocupan el 90% de los puestos que les corresponderían en el poder judicial si hubiera una paridad completa, el porcentaje se reduce al 75% en los tribunales constitucionales y supremos. En cuanto al mundo empresarial, están al frente del 30% de los puestos de gestión, pero, al ritmo actual, la igualdad tardará en llegar, según los cálculos de ONU Mujeres, “cerca de un siglo”.

Sin embargo, esta infrarrepresentación en los puestos de liderazgo contrasta con su sobrerrepresentación en el trabajo doméstico y de cuidados no remunerados, al que ellas dedican 2,5 veces más horas al día. La cifra es aún más alta en el norte de África y en Asia, donde las mujeres invierten cuatro veces más tiempo que los hombres en estas tareas. Es, según ONU Mujeres, una de las causas que explican que “708 millones de mujeres permanezcan fuera del mercado laboral”. “Las políticas deben reflejar que la mitad de la población son mujeres, y sabemos que cuando las mujeres lideran, los resultados cambian para todos: la paz avanza, el desarrollo se consolida y las economías prosperan”, subraya Hendriks.

La toma de decisiones sigue estando en manos de los hombres, en todos los ámbitos de la vida y en todas partes del mundo
ONU Mujeres

La desigualdad también se expresa en la violencia y en la falta de protección legal. Más de una de cada ocho mujeres (12,5%) sufrió violencia física o sexual de su pareja en el último año. Casi una de cada cinco jóvenes se casó antes de los 18 años y cada año cuatro millones de niñas son sometidas a mutilación genital, más de dos millones de ellas antes de los cinco años. “Hemos analizado cómo los conflictos son cada vez más mortales para mujeres y niñas y hemos constatado que, el año pasado, 676 millones de ellas vivían a menos de 50 kilómetros de un conflicto letal”, afirma Hendriks, que asegura que es “la cifra absoluta más alta registrada en los últimos 30 años”.

Cerrar la brecha digital añadiría 1,5 billones de dólares a la economía mundial ya en 2030.
ONU Mujeres

ONU Mujeres propone revertir este panorama con una hoja de ruta clara que ha bautizado como Agenda de Acción Beijing+30, un plan que se estructura en seis prioridades que buscan acelerar los avances y evitar un retroceso histórico. Por ejemplo, un paquete integral de políticas en protección social, salud, educación, cuidados, empleos verdes e innovación tecnológica podría reducir la pobreza extrema femenina del 9,2% actual al 2,7% en 2050, lo que supondría sacar de esa situación a 110 millones de mujeres y niñas. Cerrar la brecha digital (globalmente el 65% de mujeres tiene acceso a internet frente al 70% de hombres) tendría un efecto inmediato: permitiría que 343 millones de mujeres y niñas se beneficiaran de un acceso igualitario a internet y añadiría 1,5 billones de dólares a la economía mundial ya en 2030.

En el terreno de la justicia climática y la paz, el cálculo es igualmente claro. Si no se toman medidas, la ONU calcula que hasta 158 millones más de mujeres y niñas podrían caer en la pobreza extrema en 2050 debido a los impactos del cambio climático. Y en el ámbito de la toma de decisiones, el informe asegura que los estudios demuestran que los procesos de paz en los que las mujeres participan de forma significativa tienen un 20% más de probabilidades de perdurar. La directora ejecutiva de ONU Mujeres lo resume así: “No hay una bala mágica, sino un paquete de intervenciones que, cuando se aplican juntas” multiplican el bienestar social y económico de las sociedades en su conjunto.

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Sobre la firma

Patricia R. Blanco
Periodista de EL PAÍS desde 2007, trabaja en la sección de Internacional. Está especializada en desinformación y en mundo árabe y musulmán. Es licenciada en Periodismo con Premio Extraordinario de Licenciatura y máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid.
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