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Hugo Aguilar reivindica una Suprema Corte “dispuesta a ir más allá de los expedientes” en su primer informe

La eliminación de las salas reduce un 6,6% la resolución de asuntos del Alto Tribunal mexicano, que ha despachado algo más de 2.500 temas en sus primeros tres meses

Elena San José

La nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) cierra sus primeros 100 días con todos los ojos puestos en ella y varias polémicas a cuestas. En el informe por el cierre de año, el presidente, Hugo Aguilar, ha salido en defensa de un Alto Tribunal dispuesto “a ir más allá de los expedientes, de la burocracia y de la indiferencia para lograr una justicia que transforma la vida de las personas”. Esta idea, que ha reformulado de distintas formas a lo largo de su discurso, resuena políticamente y en algunas de las últimas controversias que han enfrentado al Pleno por llevar el marco legal a su límite bajo la voluntad de alcanzar una “justicia real y verdadera”, incluso abriendo la puerta a retomar juicios cerrados. En su reivindicación del trabajo del Constitucional, Aguilar también ha cargado con fuerza contra la Corte anterior, a la que ha acusado de ser “lenta, ensimismada e incluso soberbia”. Los nuevos ministros llegan con la intención de “marcar la diferencia”.

El balance, sin embargo, deja un saldo negativo con respecto al último informe de la expresidenta Norma Piña. El Alto Tribunal mexicano ha resuelto 2.590 asuntos en estos tres meses, un 6,6% menos que en el mismo periodo del año anterior, cuando todavía funcionaban las salas, que despachaban gran parte de los asuntos. La eliminación de estas con la reforma judicial, una de las medidas más criticadas por los expertos, ha obligado al Pleno a asumir gran parte de ese trabajo y, aunque el promedio de temas resueltos por él se ha incrementado notablemente ―de 1,8 asuntos por sesión a 16,4―, esto no ha sido suficiente para mantener el ritmo de resolución previo. “En la integración pasada, el 98,15% se resolvían con menos de la mitad de los ministros”, ha justificado el presidente. “Este enfoque más garantista, plural y minucioso refleja la voluntad de asegurar resoluciones sólidamente argumentadas”, ha agregado, poniendo el valor el número de temas despachados por el Pleno: 663 en este periodo, frente a los 75 del anterior.

A la sesión de este miércoles ha acudido la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, en representación de la presidenta, Claudia Sheinbaum, así como Laura Itzel Castillo y Sergio Gutiérrez Luna, presidenta y vicepresidente del Senado y la Cámara baja, respectivamente, por parte del Legislativo. Estaban, además, la nueva fiscal general de la República, Ernestina Godoy, y la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, junto con los presidentes del resto de los órganos judiciales. La presencia de todos los poderes públicos ha convertido la sesión “en un acto republicano”, ha resaltado Aguilar, que ha rechazado cualquier vínculo o injerencia políticos en el trabajo de la Corte.

La sospecha pesa sobre los nueve ministros desde que salieron de las urnas el pasado junio, aupados por los acordeones o guías de votación que distribuyó el partido en el poder, Morena. “Hoy no existe sumisión ni subordinación, sino corresponsabilidad institucional y respeto a las atribuciones de cada uno”, ha defendido el presidente, y ha levantado el aplauso de la sala. “La Corte no responde a intereses particulares, no se ajusta a presiones coyunturales, no permite que el clima político distorsione su papel. Esta corte no se inclina hacia ninguna agenda ajena al marco constitucional. La independencia judicial es un elemento fundamental”, ha añadido también en un discurso en el que ha puesto en valor la elección de los juzgadores mediante voto popular: “Como nunca antes, la rendición de cuentas es un imperativo legal, ético y social”.

Este es uno de los aspectos que más preocupan a la nueva Corte, que ha hecho de su comunicación en redes y del monitoreo de las interacciones de la ciudadanía un asunto prioritario. Este es un camino de ida y vuelta. La población, junto con los expertos, también están escrutando con especial minuciosidad el desempeño de los nuevos responsables del Alto Tribunal, y comparten cada tanto vídeos con las intervenciones de los juzgadores que dejan en evidencia sus desatinos jurídicos o sus argumentaciones más polémicas. Ese escrutinio, ha dicho Aguilar, “no solo es legítimo sino bienvenido”.

El presidente, que ha puesto especial énfasis en el carácter “nuevo” de la Corte, ha resaltado el giro en la mirada de la institución, que ahora “privilegia el turno de asuntos que afectan a derechos humanos y a sectores tradicionalmente excluidos”. Este ha sido quizá el principal sello que ha imprimido en el comienzo de su mandato Aguilar, el segundo titular de origen indígena del Alto Tribunal. La defensa de la pluralidad cultural y lingüística y la defensa de los derechos de las comunidades se han convertido en una prioridad casi personal para el abogado mixteco. “Esta legitimidad democrática [salir elegidos en las urnas] nos llevó a tomar el bastón de mando de los pueblos indígenas, no como un bastón ceremonial, sino como la responsabilidad de hablar a los que no pueden hablar”, ha dicho este miércoles en una sesión en la que también ha destacado la perspectiva de género, la inclusión social y la apertura al diálogo, con audiencias públicas ciudadanas como la que celebraron con las personas con discapacidad.

La Corte clausura esta semana el actual periodo de sesiones, que reanudará en enero, con la entrada del año natural. Estos tres meses dejan algunos importantes asuntos concluidos, como los que dieron carpetazo a las deudas con el fisco del empresario mexicano Ricardo Salinas Pliego, que enfrenta el pago de cerca de 50.000 millones de pesos pospuestos desde hace más de una década. Este tema, resuelto con rapidez tras años en un cajón de la antigua Corte, se alineaba con los intereses del Ejecutivo, que tiene en el cobro a los grandes deudores uno de sus caballos de batalla. Otros asuntos que quedarán pendientes para el año siguiente, como la posibilidad o no de abrir juicios concluidos, han enfrentado a los dos poderes y han forzado a Sheinbaum y a su partido a marcar límites al Tribunal por primera vez desde su conformación. Por el lado civil, las dudas persisten: la nueva Suprema Corte seguirá a prueba cuando regrese del parón navideño.

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Sobre la firma

Elena San José
Periodista en la redacción de México. Antes estuvo en la sección de Nacional, en Madrid. Le interesan la política y la cultura, sobre todo la literatura. Es graduada en Ciencia Política por la Universidad de Salamanca y máster en Democracia y Gobierno por la Universidad Autónoma de Madrid, con especialización en Teoría Política.
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