La FIL bate récords con la edición dedicada a Barcelona y se acerca al millón de visitantes

La pandemia queda lejos y la Feria del Libro de Guadalajara no ha hecho más que batir sus propios récords desde que consiguió recuperar el aliento. La convocatoria de este año, con Barcelona como invitada de honor, se acerca al millón de visitantes y cierra de forma preliminar con 953.000 asistentes, 46.000 más que en la cita anterior, que tuvo a España como protagonista del encuentro. Entonces ya se superaron todas las expectativas y se sumaron otros 50.000 espectadores con respecto al año anterior: una escalada que confirma la potencia del foro de literatura en español más grande del mundo, y que roza su límite de capacidad. Si quiere seguir creciendo, tendrá que hacerlo con las actividades externas al recinto ferial, que son cada vez más.

Los organizadores han celebrado la “afluencia masiva” un año más y han desglosado un conjunto de cifras este domingo por la mañana, en la rueda de prensa de clausura, que dan muestra del buen músculo de la feria. No es solo la asistencia del público: ha habido más de 3.000 actividades, entre las que destacan las 648 presentaciones de libros (también esa cifra es récord), y 973 autores desplegados entre los eventos de la nave y los que se preparan fuera, en las escuelas, la Universidad o los espacios culturales del centro de Guadalajara. En total, se ha contado con la presencia de 2.790 sellos editoriales de 64 países y ha habido 450.000 títulos disponibles para el público. Algunas grandes editoriales celebran la subida de las ventas en torno a un 6% respecto al año anterior, según comentan a este periódico, en la línea del crecimiento de la industria editorial en México del último año.

“Nosotros dijimos que vendríamos con flores. No sabíamos que las estaban esperando de la forma en la que lo estaban haciendo“, ha agradecido la curadora de la delegación invitada, Anna Guitart, en referencia al lema bajo el que se han desarrollado las actividades, Vindran les flors. La evocadora frase, extraída de un cuento de la autora catalana Mercè Rodoreda, ha sido finalmente un fuerte reclamo para los visitantes, que han arrasado con la literatura de la escritora en la librería de la delegación días antes del final de la feria. Los libros en catalán que no hayan sido vendidos al cierre de la jornada serán donados a la biblioteca pública de Jalisco Juan José Arreola.

Los protagonistas del encuentro, sin embargo, han sido el cantautor catalán Joan Manuel Serrat y la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, ambos recibidos como incontestables ídolos en la ciudad. El actor hollywoodiense Richard Gere se ha colado también en una programación en la que destacaban, por el lado literario, el español Eduardo Mendoza, el cubano Leonardo Padura o la mexicana Cristina Rivera Garza. La premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú y el premio Nobel de Química Venki Ramakrishnan completaban el potente catálogo.

De la feria han salido, también, algunos acuerdos y una reconciliación pendiente. Entre los primeros destaca la creación del Foro Iberoamericano de Universidades, un espacio que de momento contará con Barcelona, Buenos Aires, Madrid, Ciudad de México y Guadalajara, y que busca convertirse “en un grupo de influencia en el más amplio sentido”, en palabras de la rectora de la Universidad jalisciense, Karla Planter Pérez. Sobresale también la creación de una residencia internacional de tres meses para escritores latinoamericanos anunciada por el Ayuntamiento de Barcelona. La beca, dotada con 80.000 euros y creada con el fin de que los escritores del otro lado del charco narren la ciudad, ha levantado polvareda en el sector literario catalán, que lo ha visto como una forma de reforzar el español en vez de destinar recursos para impulsar la lengua minoritaria de la comunidad autónoma.

En el plano político, la alianza se ha producido dentro del propio país latinoamericano. La restauración de las relaciones con el Gobierno federal, prácticamente rotas desde 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador llegó al poder y rechazó el evento por “elitista”, pone punto final a un desencuentro inédito que dejaba al mayor representante de México fuera del principal evento cultural del país. La llegada de su sucesora en el cargo, Claudia Sheinbaum, el año pasado, anticipaba un cambio de parecer, pero no ha sido hasta esta convocatoria que la Cuarta Transformación ha vuelto definitivamente a estar presente en la feria. El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, lo escenificó entregando la distinción de Hecho en México al propio foro, el primer certificado de esta naturaleza que se otorga a una actividad y no a un producto.

La FIL pone el broche de oro a un año en el que los dos países se han volcado para desatascar en el ámbito cultural lo que se resistía en el político, con tensiones por la Conquista que se remontan al mandato de López Obrador. Las miras, en cualquier caso, ya están puestas en la siguiente convocatoria, que tendrá a Italia como país invitado, con el 150 aniversario de las relaciones diplomáticas de ambos países de fondo. La feria también estará de celebración. “El regalo que México hace a la inteligencia global”, de nuevo palabras de Karla Planter Pérez, cumplirá 40 años con todos los ojos puestos en ella.