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Checo Pérez vuelve a sonreír tras su obligado año sabático

El piloto mexicano verá desde casa el Gran Premio de México de este año a la espera de volver a la Fórmula 1 en 2026 con Cadillac

Checo Pérez saluda al empresario Arturo Elías Ayub durante un partido amistoso en Plaza Carso, en Ciudad de México.
Diego Mancera

Sobre el césped artificial, Checo Pérez pide el balón. Su compañero en la delantera, el empresario Arturo Elías Ayub, hace un amague y le deja al piloto la oportunidad de hacer gol, uno de los tres que marcó durante un partido amistoso en el corazón de la multimillonaria familia Slim. A la reta se sumaron futbolistas profesionales, luchadores enmascarados y la dinastía de los dueños del emporio de telecomunicaciones. Más allá del lujo de la alineación, Checo volvía a ser, aunque fuera por algunos minutos, aquel adolescente sonriente y temerario al que la Fórmula 1 devoró durante 13 años.

“No voy a jugar, voy a llegar todo sudado a las entrevistas”, lanzaba Pérez cuando llegó a la terraza de Plaza Carso. A él le acompañaba Carlos Slimt Domit, el hombre que le impulsó para ser piloto de Fórmula 1. También su hermano Toño Pérez, los prodigios del volante como Santiago Ramos y Noel León. “Ya se me antojó [jugar]”, se arrepentía el piloto. Ya vestido como futbolista era el único precavido que llevaba espinilleras y el que se detenía a saludar a cada uno de sus rivales, incluido el exportero de la selección mexicana Oswaldo Sánchez. “Ha valido la pena, tenía años sin jugar, lo que bien se aprende no se olvida”, decía Checo. Su debut en la F1 ocurrió en 2011 y concluyó súbitamente en diciembre de 2024. Durante esos años vivía prácticamente en hoteles, pasaba bastantes horas de vuelo, cerca del lujo y lejos de la familia.

Pérez maduró a velocidad máxima. No tenía de otra porque la burbuja de la Fórmula 1 exige un riguroso plan de entrenamiento y una gran exposición mediática. La presión, bueno, esa les acompaña quieran o no. Las temporadas más agrias del mexicano fueron las últimas dos en Red Bull. En 2023 tenía que asegurarse el subcampeonato del mundo ante un dominio absoluto de su equipo, algo que pudo concretar con éxito. Sin embargo, en 2024 la pasó muy mal al ver que el auto evolucionó de una forma que le complicaba en su forma de manejo. Las críticas desde el Reino Unido lo ponían cada semana fuera del equipo hasta que en diciembre le despidieron pese a que ese mismo año había firmado una extensión de contrato hasta 2026. Con el tiempo, el equipo tuvo que cambiar a su suplente, despedir al jefe del equipo y reestructurarse en tiempo récord.

Hasta el momento ni Liam Lawson (que duró dos carreras) y Yuki Tsunoda han podido acercarse a lo que hizo el mexicano en su peor temporada: cuatro podios (tres segundos lugares y un tercer sitio). En todo el año hizo 152 podios y terminó octavo en la temporada. Lawson lleva solo 30 puntos y es decimocuarto lugar, mientras que Tsunoda tiene 28 unidades y es el decimosexto lugar.

“Me tocará verlo desde casa. No voy a estar”, comentó Checo Pérez sobre si iba a ir al Gran Premio de México. Lo que hará es quedarse en casa en Guadalajara con los suyos. “Toca verlo en la tele”, se limitó a decir. Lo que sí hizo fue acudir a ese partido de fútbol con los Slim para recordar esos días en los que no tenía una agenda tan apretada que le llevaban al natural hartazgo. “A la afición la extraño, pero quiero decirles que solo será este fin de semana que estaré fuera de la pista, el próximo año nos volveremos a ver”, agregó.

Todo el 2025 Pérez ha aparcado todo lo relacionado con la Fórmula 1. Hizo su reaparición pública en un evento en la Feria de León, estuvo en un podcast patrocinado por Telcel y poco más. Se fue de vacaciones con su esposa y sus cuatro hijos. Estuvo en las Bahamas, comiendo elotes en Guadalajara y de safari en Botsuana. A finales de agosto se encendió la luz: Cadillac le nombró piloto para su incursión en Fórmula 1 a partir de 2026.

Pérez, según ha contado, redescubrió su placer por los entrenamientos. Se puso a punto físicamente por si se abría algún lugar en la F1. En Cadillac lo agradecieron. “Sí soñaba que estaba en carreras, que estaba todavía compitiendo en carreras”, contó hace un par de meses. Tras ser fichado por Cadillac, sus apariciones públicas aumentaron, como cuando lanzó la primera bola en un partido de los Dodgers. Los aficionados mexicanos han vuelto a despertar la llama para seguirle de nuevo, como ocurrió este jueves cuando se agolparon en la plaza comercial en masa para conseguir una selfie, sin éxito.

¿Qué pueden esperar en 2026? Cadillac, al ser el equipo novato, tendrá que construir todo desde cero. Tendrán que usar un motor Ferrari (el cual no ha brillado en los últimos años) y adaptarse a un nuevo reglamento que cambiará todo el statu quo en los garajes. Eso puede ser una ventaja porque todos tendrán dificultades similares. La aspiración para los próximos fines de semana será pelear para meterse en la zona de puntos, es decir, estar dentro de los primeros 10. Pelear podios luce una tarea excesivamente complicada, salvo una carambola. Checo ha avisado de que Cadillac será su último proyecto y ya empieza la cuenta regresiva. Mientras tanto, se da el gusto de volver al fútbol sin que nadie le presione por cumplir la agenda.

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Sobre la firma

Diego Mancera
Es coordinador de las portadas digitales de la edición América, que incluyen México, US, Colombia, Chile y Argentina. Empezó a trabajar en la edición de México en 2016 escribiendo historias deportivas. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación y Periodismo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
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