Videoanálisis | La presidencia inesperada
A Claudia Sheinbaum la juzgaron con anticipado prejuicio. Un año después, la realidad desmiente la caricatura: la presidenta gobierna con su propio estilo

Erraron en sus pronósticos. No por falta de datos, sino por la ceguera de sus certezas. A Claudia Sheinbaum la juzgaron con anticipado prejuicio, creyendo que sería un remedo del temido Macuspano.
Un año después, la realidad desmiente la caricatura. La presidenta gobierna con su propio estilo: disciplina y rigor técnico, pero también sensibilidad política. Su firmeza no cancela su afecto popular.
Se la acusa de autoritaria. La crítica encubre un viejo arquetipo: misoginia. Lo que en un hombre se celebra como liderazgo, en ella parece intimidación.
Sobre la firma

Es abogada y escritora. Colaboradora en EL PAÍS y otros medios en México y el extranjero. Se especializa en análisis de temas políticos, legales y relacionados con la justicia. Es abogada y máster por la Escuela Libre de Derecho y por la University College London.
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