Una semana de la tragedia por la explosión de una pipa en Iztapalapa: “Mi hermano salvó a otras personas y ahora lucha por su vida”
El siniestro en el puente de La Concordia ya suma 20 muertos y 31 heridos. Las familias esperan en vilo fuera de los hospitales


Hace una semana, el puente de La Concordia en Iztapalapa se convirtió en escenario de una de las peores tragedias recientes en Ciudad de México. La explosión que provocó la volcadura de una pipa de gas ha dejado hasta ahora 20 muertos y decenas de heridos, una cifra que sigue en aumento con el paso de los días. Entre los múltiples videos que circularon en las redes sociales hay uno que resume el terror del momento. Un microbús se detiene en seco mientras lo envuelve la nube de gas LP, una mujer baja corriendo y segundos después, el fuego consume todo. El conductor del pesero se llama Erick Vicente Acevedo y la mujer María Salud Juaurrita. Ambos permanecen hospitalizados en estado crítico en el Hospital General Rubén Leñero.
Erick sufrió quemaduras en el 100% del cuerpo. Su hermano Daniel, que ha pasado siete días a las puertas del hospital, describe la semana como “de cansancio, incertidumbre y mucha desesperación”. En la víspera del Día de la Independencia, unos 20 familiares de Erick comen el pozole que les entregaron voluntarios, sentados unos junto a otros en la banqueta, mientras Daniel comparte la situación de salud del conductor. “Hay una leve mejoría en su corazón y ya produce plaquetas, pero sigue en estado crítico. Los doctores dicen que tiene poca esperanza de vida”, lamenta. El día del siniestro visitaron varios hospitales hasta que finalmente pudieron identificarlo con pruebas de ADN.





La familia de Acevedo está integrada por comerciantes y conductores que viven al día y que han dejado de trabajar para acompañarlo. Han recibido un cheque de 20.000 pesos del Gobierno capitalino, que cobró su esposa, aunque señalan que necesitan apoyo adicional. Daniel expresa su deseo de que se reconozca a su hermano como un héroe por la valentía que demostró al intentar salvar a otros. Supo de esa hazaña gracias a una joven que encontró el teléfono del chófer. “Mi hermano se dio cuenta de que iba a explotar el micro e intentó salvar a otras personas. Ahora lucha por su propia vida”, relata.
En otra cama del mismo hospital está María Salud Juaurrita, ama de casa de 59 años. Vive en Chicoloapan, Estado de México, junto a su hijo Manuel de 29, quien la describe como “mamá y papá a la vez”. Nadie en la familia sabe qué hacía María en el puente aquel día. El fuego dejó quemaduras en el 60% de su cuerpo y los doctores les han dicho que su evolución es favorable. Para Manuel, estos días han sido “bastante difíciles”, pues ha tenido que interrumpir su trabajo de comerciante y dice ver la vida de otra manera. La familia también ha recibido apoyo económico del Gobierno de la ciudad y la solidaridad de voluntarios que les han llevado comida, agua y consuelo. Tras la viralización del video donde aparece su madre corriendo para salvar su vida, se ha sentido arropado por la admiración que le han expresado otras personas y describe a María como “un símbolo de fuerza y coraje”. Manuel espera respuestas más claras de la aseguradora de la empresa, aunque por ahora lo que más le interesa es la recuperación de su madre.
Daniel y Manuel no se conocían hasta hace una semana. Hoy intercambian palabras de aliento siempre que pueden. “En estas situaciones uno se vuelve de pocas palabras, pero solo entre nosotros entendemos realmente lo que estamos sintiendo”, dice Manuel.
La atención a quemaduras
El Gobierno capitalino reportó el mismo día del accidente que había 70 heridos y tres fallecidos. Desde entonces la cifra de víctimas mortales ha ido en aumento y casi que cada jornada se han registrado nuevos decesos, hasta sumar 20 esta mañana. Otros 31 permanecen hospitalizados y 33 han sido dados de alta. A diferencia de otros desastres, donde los fallecimientos se concentran en las primeras horas, las quemaduras hacen que la tragedia se prolongue día tras día.
Los médicos que atienden a los lesionados enfrentan un desafío enorme. El doctor Gerardo Leyva, especialista en cicatrización de la Facultad de Química de la UNAM, explica por qué cada día que pasa es decisivo. “La piel regula la temperatura, mantiene la humedad y protege contra infecciones. Sin ella, el cuerpo queda indefenso”, señala. Desde el accidente ha sorprendido el fallecimiento de algunas personas que aparentaban un buen estado y que incluso aparecían en videos hablando con normalidad, pero según explica Leyva, la profundidad de la herida juega un papel crucial. “Hay lesiones que afectan no solo la piel, sino músculos, huesos y tendones. En esos casos, el paciente puede parecer estable al principio, pero días después fallecer por la gravedad interna de la quemadura”, detalla.

Uno de los riesgos más altos es la infección. “Las bacterias que normalmente habitan en nuestra piel colonizan las heridas abiertas y, al pasar al torrente sanguíneo, generan infecciones que muchas veces no responden a los antibióticos. La resistencia bacteriana es uno de los grandes problemas actuales en los hospitales”, apunta el experto. El pronóstico depende, además, del estado de salud previo. “Enfermedades como diabetes, obesidad o problemas cardiacos complican aún más la recuperación. En los casos más graves, el reto inmediato de los médicos es estabilizar los signos vitales y evitar infecciones”, precisa. El experto reconoce que en Ciudad de México existen centros con experiencia, como el Rubén Leñero o el Centro Nacional de Investigación y Atención de Quemados y advierte que los tratamientos son sumamente costosos. La recuperación, asegura Leya, requiere acompañamiento psicológico, rehabilitación física y cuidados especiales en la alimentación y la piel.
El siniestro ocurrió en el límite entre la capital y Nezahualcóyotl, en la salida a Puebla. Según el primer informe de la Fiscalía capitalina, la fuga comenzó cuando un “objeto sólido” golpeó el tanque de la pipa y rompió la cubierta. En conferencia de prensa, la fiscal Bertha María Alcalde señaló que la hipótesis más fuerte apunta al exceso de velocidad del conductor de la pipa, Fernando Soto Munguía, quien falleció anoche.
Las imágenes grabadas por transeúntes, donde se pueden observar llamas de más de 30 metros, dieron la vuelta al país y reavivaron el debate sobre el transporte de materiales peligrosos en horarios de tráfico intenso y en zonas densamente pobladas. La jefa de Gobierno, Clara Brugada, propuso elaborar un protocolo sobre qué mercancías pueden transitar por la ciudad y bajo qué condiciones. Vecinos y automovilistas han denunciado el mal estado del pavimento en el puente donde ocurrió el accidente. Las autoridades han descartado esa causa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
