México mantiene seis meses más el precio tope de la gasolina para contener las presiones inflacionarias
Pemex, que debe absorber los costos logísticos del ajuste, es la más perjudicada por la medida que el Gobierno extiende hasta febrero del próximo año


El tope al precio de la gasolina regular en México ha relajado en los últimos seis meses las presiones inflacionarias. El Gobierno ha anunciado que mantendrá durante seis meses más el costo máximo de venta del combustible cerca de los 24 pesos (1,28 dólares) luego de que los empresarios gasolineros hayan acordado con la Administración de Claudia Sheinbaum prolongar el convenio que fija los precios. Sin embargo, la medida pone en el centro a la petrolera estatal, Pemex, ante la preocupación sobre el golpe en las finanzas del principal distribuidor del país para poder sostener durante un año estas condiciones.
Sheinbaum ha agradecido el compromiso del sector gasolinero, al que reunió en Palacio Nacional en la víspera, afirmando que se trata de un precepto para mantener la certidumbre en los hogares y las empresas. Con ello, la mandataria se anotó un nuevo positivo en su cruzada en el frente económico, en un terreno tan volátil y con tantas implicaciones políticas como el de los combustibles. Sin embargo, la empresa paraestatal, agobiada por las deudas y pérdidas, seguirá absorbiendo los costos logísticos necesarios para mantener un precio promedio uniforme en todo el país.
“La renovación del pacto llega con resultados positivos. En la primera etapa, observamos una contención del crecimiento de los precios de la gasolina regular y un promedio nacional menor de 24 pesos, por lo que podemos decir que se logró contener la presión alcista en los precios hacia la población”, resume Alejandro Montufar, director general de Petrointelligence, una empresa de análisis de datos del sector energético. El analista agrega que el nivel de cumplimiento del pacto por parte de los privados se ubica en un 94%. La Secretaría de Energía (Sener) dijo que el precio promedio de la gasolina regular es de 23,54 pesos por litro, en el marco de la Estrategia Nacional para Estabilizar el Precio de la Gasolina.

Montufar agrega que hay condiciones de mercado para que la estrategia se sostenga en la segunda mitad del año. “Vemos que el Gobierno, a través de Hacienda, va a seguir implementando el estímulo fiscal, el monitoreo en contra del contrabando fiscal a través de la Comisión Nacional de Energía (CNE), la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), la Profeco y la Fiscalía, y que Pemex va a seguir implementando su política comercial de un precio unitario en las terminales”.
Pemex vende gasolina a un 60% de las estaciones de servicio del país y en menor medida vende la molécula a otros distribuidores, que agregan sus aditivos propios. Una mínima parte del mercado está compuesta por estaciones de bandera blanca que compran a otros distribuidores autorizados. Según la Sener, la petrolera produce cerca del 40% de la gasolina que demanda el consumo local.
Estados con precios por encima del promedio
Los focos de atención del pacto ahora están puestos en los Estados donde no se ha logrado cumplir con el acuerdo, que están delatando problemas logísticos ante la lejanía de los centros de refinación o distribución, lo que impide vender al precio sugerido sin sacrificar sus ganancias. Destaca Quintana Roo, en la caribeña Península de Yucatán, donde menos de un 10% de las estaciones vendieron con precio tope de 24 pesos, de acuerdo con las cifras de la CNE.
El acuerdo se sustenta en que Pemex fije un precio mayorista nacional en sus terminales de almacenamiento y reparto, mientras que los demás eslabones de la cadena, desde importadores y distribuidores, hasta transportistas y comercializadores, se comprometen a reducir sus márgenes. “Con ello, el Gobierno trasladó a Pemex y al sector privado la responsabilidad de contener el alza en el precio de la gasolina regular”, explica Diego Díaz, especialista en economía y energía, quien resalta que así la mandataria también evita asumir el costo político que acompaña los aumentos.
Además, la hacienda nacional logra esquivar los gastos fiscales de reducir el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que se paga por la producción, venta o importación de gasolina o diesel, especialmente en un contexto de débil desempeño económico. “No obstante, una parte de ese costo recayó directamente en Pemex, que ha subsidiado el precio de este combustible a pesar de las dificultades financieras que enfrenta”, concluye.
La petrolera es responsable del 90% de la producción de hidrocarburos del país, de un promedio de 1,7 millones de barriles diarios, según el primer informe de gestión Sheinbaum presentado recientemente. La mandataria anunció un ambicioso plan de una década para reflotar a la empresa, a través de una combinación de factores para aumentar la producción y levantar capital para hacerle frente a compromisos por unos 120.000 millones de dólares.
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