El infierno del padre Marcial Maciel: “Fue el más grande criminal de la Iglesia católica y a la vez su mayor recaudador de fondos”
La docuserie ‘Marcial Maciel: el lobo de Dios’ echa luz, casi 30 años después de su revelación, sobre los crímenes del fundador de los Legionarios de Cristo, que abusó al menos a 60 menores bajo la protección del papa Juan Pablo II


El sacerdote mexicano Marcial Maciel, fundador de las sectas religiosas los Legionarios de Cristo y el Regnum Christi, abusó al menos de 60 menores de edad y la Iglesia católica lo encubrió durante 50 años. Murió el 30 de enero de 2008, en Jacksonville, Florida, Estados Unidos, en completa impunidad por sus crímenes. A 28 años de que se haya destapado el infierno, sus correligionarios siempre optaron por el olvido. La docuserie Marcial Maciel: el lobo de Dios, disponible en HBO Max, echa luz para que las atrocidades cometidas no queden en el olvido.
La miniserie, de la cual están disponibles tres episodios de cuatro, permite que, por primera vez, los hechos sean contados en su totalidad para la televisión. Emiliano Ruiz Parra, periodista que investigó el caso y que colaboró con la producción, dice, en una entrevista radial, que “se tardó mucho”, ya que es una historia que atraviesa a tantos papados, políticos y empresarios mexicanos.
La primera vez que los testimonios de seis víctimas de Maciel salieron al aire fue en 1997. CNI-Canal 40, la televisora que se atrevió a soltar la bomba, fue castigada sin publicidad y eso la llevó a la bancarrota. “Era una deuda que tenía la televisión con la historia misma. Sin embargo, esto que presentamos es un resumen. Todavía hay mucho más por contar”, agrega Ruiz Parra.
La miniserie elabora un perfil de las mil caras de Maciel. Iniciando en su rol como mon père (mi padre, en francés), como se hacía llamar con sus alumnos al interior de sus centros de formación; pasando por su faceta como padre de familia, de un matrimonio secreto donde abusó a sus propios hijos; la de seductor de mujeres viudas millonarias, hasta como un supuesto agente de la CIA.
Sebastián Gamba, uno de los productores, explica a través de una videollamada, que el proyecto comenzó hace siete años y fue un desafío retratar la figura y sombra de Maciel, sobre todos los movimientos y cosas que hizo para lograr la posición que consigue. “El desafío fue cómo construir la complejidad del monstruo. La sombra es una palabra muy interesante, porque Maciel proyectaba tanta luz como sombra. Es decir, él construyó esta imagen luminosa de casi un santo en vida, de autoveneración, al mismo tiempo que iba creciendo el poder, la influencia y la construcción del imperio de los legionarios bajo su mando”, explica.
El documental presenta a Maciel como un hombre de muchos talentos. Uno de los principales, lo muestra como un hombre capaz de conseguir fortunas con su performance y habilidad para seducir a la clase alta. Especialmente a mujeres viudas. El fundador de los Legionarios de Cristo “abusaba” de esa confianza y cobijo que le brindaban para obtener recursos, terrenos y propiedades. “A una de ellas le quitó hasta el último centavo de su fortuna”, cuenta la periodista Carmen Aristegui en un fragmento de la serie, quien también dio a conocer los crímenes del sacerdote a través de distintos reportajes.
Gamba destaca cómo distintas investigaciones y perfiles, de periodistas y otros especialistas que documentaron el accionar ilícito de Maciel, permitió la construcción de una narrativa desde distintos ángulos de la historia. “Nosotros construimos cronológicamente la vida de Maciel, desde cómo sale de Cotija a Michoacán, México, hasta llegar a lo más alto del Vaticano”, agrega.
Los Legionarios de Cristo, a la cabeza de Maciel, según revela serie, llegó a obtener un presupuesto anual de 600 millones de dólares, una cifra que duplica la del Vaticano. Sobrevivió a cinco papas y logró, a través de sus donaciones a la Iglesia católica, que su figura fuera “intocable”. Distintos especialistas acusan a Juan Pablo II como su más grande encubridor. “En el siglo XX, Maciel fue el más grande criminal de la Iglesia católica y a la vez su mayor recaudador de fondos”, afirma Jason Berry en un fragmento del documental, autor de Votos de silencio: el abuso de poder durante el papado de Juan Pablo II y uno de los primeros reporteros en alzar la voz contra los crímenes de Maciel.
“Lo veíamos como una especie de Dr. Jekyll y Mr. Hyde, que después se transformó en un monstruo de mil caras. El gran desafío era cómo justamente construir esas mil caras. Es decir, cómo construir una narrativa donde no solamente estuviera ese lado, quizás el más aterrador, que es el de los abusos sexuales, sino todas las demás caras de este monstruo”, dice Gamba.
Ruiz Parra explica que la apuesta legionaria y de la Iglesia católica ha sido esconder la historia bajo la alfombra. Tratar a Maciel como un cáncer que se puede extirpar o como un árbol prohibido, pero que da frutos sanos, “lo cual no es completamente cierto”. “Además de Maciel, hay, por lo menos, otros 30 sacerdotes abusadores reconocidos por la Legión de Cristo. Hay un mecanismo de encubrimiento para que otras personas, no solo Maciel, puedan cometer abusos”, finaliza.
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