‘México bajo la lluvia’ y cómo el recuerdo de ver dos lluvias paralelas marcó el cuadro de Vicente Rojo que se exhibe en el MUAC

El Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) ubicado dentro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tendrá hasta el 30 de noviembre un cuadro de la serie México bajo la lluvia del pintor Vicente Rojo, una de las figuras más representativas del abstraccionismo nacional y adscrito a la llamada generación de la ruptura. La pintura de Rojo, México bajo la lluvia 106, es un acrílico sobre tela con patrones diagonales que cruzan el canva de izquierda a derecha en el que predominan los colores azul, morado y marrón. La pieza pertenece a la exhibición Desde el regazo de un pájaro, la cual abrió sus puertas al público en junio y estará montada hasta el 30 de noviembre.

En una entrevista publicada en 2020 en el diario La Jornada, Rojo le contó a Elena Poniatowska que comenzó a pintar los cuadros durante la década de los años 80 luego de presenciar un evento climatológico que lo dejó perplejo, 30 años atrás. En 1953, el artista visitó la ciudad de Puebla para pintar un mural en el Observatorio Astronómico Nacional de Tonantzintla. En algún momento, Rojo miró hacia el valle de Cholula y se percató caían dos lluvias sobre él. Una a la derecha, otra a la izquierda. “En mi vida había visto dos lluvias al mismo tiempo. Avanzaban y retrocedían; me dejaron alucinado”, dijo entonces. Pasó 10 años trabajando en la serie.

De acuerdo con una publicación del MUAC, la exposición Desde el regazo de un pájaro, a la que pertenece la pieza en este ciclo, es un repertorio de acercamientos al entorno natural, a sus elementos y a los seres que habitan en él. Añaden que por década y media, el museo ha construido una colección en torno al arte producido a partir de 1952 sin pretender que el conjunto de obras, documentos e historias que alberga constituyan un relato unificado, geográfico, lineal o identitario.

El legado de Vicente Rojo

Cuadros, esculturas, dibujos, relieves, ilustraciones gráficas para editoriales. El legado de Vicente Rojo queda plasmado en cientos de obras. Encontró en el arte una luz hermosa, brillante, clara. Un ambiente libre, como contó a EL PAÍS en 2019. Su infancia se vio marcada por la Guerra Civil española. Las bombas, los refugios, la gente cantando o gritando con armas y banderas. Llegó a México con 17 años para reencontrarse con su padre a quien no había visto por 10 años luego de que este huyera de España.

Ciudad de México está plasmada de Rojo. Algunas de sus obras son la capilla semicircular con mosaicos azules del Centro Nacional de las Artes; las 1.034 pirámides diminutas en la Secretaría de Relaciones Exteriores; un corredor con módulos rectangulares de cuatro metros de alto con patrones de color azul, rojo, negro, amarillo y aguamarina sobre la avenida Ejercito Nacional y llamada Pérgola Ixca Cienfuegos, un homenaje a Carlos Fuentes.

Vicente Rojo falleció el 17 de marzo de 2021 por complicaciones cardiacas. Unos días antes, el Gobierno mexicano le rindió una ceremonia por su trayectoria y el pintor mencionó que todo lo que hizo fue ayudarse por la vida, ayudarse por su vida, por su manera de vivir. “Supongo que ya a mi edad la muerte puede andar por ahí, pero no me preocupa”. Unas palabras que suenan a presagio.