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Estados Unidos pone en la mira al sistema bancario mexicano en su lucha contra el fentanilo

El Departamento del Tesoro sanciona a tres instituciones financieras por lavado de dinero y transacciones con China. Pide a México que los investigue instando a la cooperación entre ambos países

CIBanco
Carmen Morán Breña

Un nuevo aviso llega desde Estados Unidos a México contra el lavado de dinero del narcotráfico, esta vez poniendo en la mira a dos bancos, CIBanco e Intercam, y a la casa de Bolsa Vector, a quienes acusa de llevar largo tiempo blanqueando dinero del crimen así como de facilitar pagos en Asia para la adquisición de los precursores químicos del fentanilo, la gran bestia negra contra la que se ha conjurado la Administración estadounidense, tanto la actual como la anterior. El Departamento del Tesoro sanciona y envía un comunicado a las autoridades mexicanas para que investiguen y lo hace, en esta ocasión, con formas cuidadosas en las que se señala la cooperación entre ambos países. El fondo, sin embargo, está cargado de un fuerte simbolismo: Estados Unidos no cejará hasta poner entre las cuerdas a quienes trafican o colaboran con la expansión del fentanilo en su territorio, que mata a decenas de miles de personas al año. A la par, manda un mensaje a todas las empresas, los bancos entre ellas, de que esa lucha no tendrá fin.

Esta vez no ha habido sorpresas en los medios de comunicación ni deslealtades que puedan señalarse. El Gobierno mexicano ha recibido cumplida notificación de la iniciativa del Departamento del Tesoro, que lleva tiempo tratando de ahogar al narcotráfico por la vía económica. Y la Secretaría de Hacienda mexicana ha acusado recibo “de las presuntas irregularidades de estas instituciones” y ha iniciado una revisión “que arroja problemas administrativos que han sido sancionados”, pero queda a la espera de evidencias de actividades ilícitas para actuar con todo el peso de la ley. Por ahora, ha señalado Hacienda, solo se cuenta con “algunas transferencias electrónicas de las citadas instituciones con algunas empresas chinas legalmente constituidas”, transacciones, dicen, que se realizan por miles a través de bancos nacionales. Con todo, el mensaje está dado para todas las instituciones financieras. Y es el simbolismo de dicho aviso lo que destacan los expertos.

“Esto no es nuevo, ni tampoco el mayor golpe del Tesoro, que ya actuó con mayor contundencia contra un banco estadounidense, el TD Bank, a finales del año pasado, con quien se alcanzó un acuerdo de culpabilidad y el monto era mucho mayor”, dice Cecilia Farfán-Méndez, jefa del Observatorio para América del Norte de Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Trasnacional. Pero lo que sí considera una novedad reseñable es el marco de la lucha contra el fentanilo que contextualiza esta operación, algo que cree que hay que tener muy en cuenta. “Lo que están diciendo es que el asunto del fentanilo no lo van a soltar, que lo atacarán por todos los frentes”, afirma. “No deja de ser paradójico, por otro lado, porque la Administración de Trump ha hecho cambios en la regulación contra el lavado de dinero que requiere de menor información, algo que facilita estas prácticas. Ahí es donde todo cojea”, sostiene Farfán-Méndez.

Guillermo Valdés, que fue director del antiguo Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), concede el beneficio de la duda a estas instituciones señaladas por el Tesoro estadounidense, porque son muchas las empresas que colaboran con las finanzas del narco sin ser conscientes de ello, explica. Cuando él dirigía el CISEN, cuenta, encontró empresas mexicanas exportadoras de legumbres y verduras que desconocían que sus ventas se usaban para lavar dinero. Habla también de una empresa estadounidense que compraba bicicletas al contado en tiendas usuales como Walmart y otras y luego las exportaba a México, sin que los importadores tuvieran idea del negocio ilícito. “Puede darse el caso, pero estas acusaciones [del Tesoro] no implican una intencionalidad por parte de las empresas señaladas”, sostiene. Con independencia de ello, añade, “manda un gran mensaje político. El daño para las empresas está hecho, pero también es verdad que obliga a México y a sus empresas a establecer controles y generar mecanismos de inteligencia que puedan frenar actividades de blanqueo”. Maniobras de presión.

Ahora está por ver si el Gobierno mexicano, a partir de estos indicios, revisará con lupa y si saca algo más que pueda ser condenable. “Eso será lo interesante, ver si Hacienda lo persigue y lo confirma, porque estas actuaciones del Tesoro son para prevenir, pero igual un tiempo después los sacan de esa lista” de señalados, observa Farfán-Méndez. “Me llama la atención, en todo caso”, prosigue la analista, “que el propio departamento del Tesoro especifica que todo se ha hecho en el contexto de una relación de cooperación con México, algo que la Hacienda mexicana ratifica”.

Ya ocurrió años atrás algo similar con el HSBC en México, y también en Estados Unidos, como se ha dicho. El contexto actual, sin embargo, es más atosigante contra el lavado de dinero, en especial en operaciones de tráfico de fentanilo. El mismo Departamento del Tesoro anunció a mediados de este mes la congelación de bienes y propiedades del Mencho, líder del Cartel Jalisco Nueva Generación, y de otras tres cabezas de la banda criminal. En el comunicado se ponía contra las cuerdas a cualquier entidad, organismo o empresa que fuera propiedad directa o indirectamente o en cualquier forma de estas personas.

También en Mazatlán se anunció un golpe el 14 de junio contra una pareja de empresarios de la construcción y el lujo, un entramado de empresas que lavaba dinero de los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán, hoy encarcelado en Estados Unidos, y a quienes se acusa de tráfico de fentanilo. El golpe del Tesoro era, en este caso, contra el Cartel de Sinaloa, puesto que aseguraron que los negocios de Raúl Núñez financiaban las operaciones de Víctor Manuel Barraza Pablos, el jefe de plaza de Los Chapitos en Mazatlán, entre otras relaciones con el crimen.

La cooperación entre Estados Unidos y México para ahogar al crimen mediante golpes financieros no es de ahora. Ya en la Administración de Joe Biden se pusieron en marcha intercambios periódicos para revisar estos asuntos y la entonces secretaria del Tesoro, Janet Yellen, tuvo ocasión de visitar México y reunirse con las autoridades de Hacienda, pero también con representantes de las empresas privadas para seguir insistiendo en la asfixia económica al narco. El fentanilo es hoy el protagonista de las amenazas y las presiones del presidente estadounidense para que se persiga a los grandes capos mexicanos y este último mensaje del Tesoro indica que no dejarán piedra sobre piedra para conseguirlo.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.
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