La mesa de negociación entre el Gobierno y los maestros de la CNTE fracasa por segunda vez tras 18 días de huelga

Las negociaciones entre el Gobierno y los maestros de la Coordinadora Nacional (CNTE) han vuelto a fracasar este lunes por la tarde, por segunda vez en dos semanas y tras 18 días de huelga nacional del magisterio. El encuentro ha tenido lugar, como la vez anterior, en la Secretaría de Gobernación, y ha sido hospedado por la titular del departamento junto con el secretario de Educación y el director general del ISSSTE: una parte nada desdeñable del gabinete, que sin embargo no está logrando aterrizar el acuerdo con el magisterio. “Se plantea el mismo discurso de la autoridad federal” que antes, ha señalado Eva Hinojosa, portavoz sectorial de Michoacán y encargada de coordinar el encuentro, a la salida de la reunión. “Nosotros prácticamente lo rechazamos porque tenemos esa encomienda de nuestros compañeros en lucha”, ha completado: “Es una burla de parte del Gobierno que se ponga en ese plan de oídos sordos”.

La Secretaría de Gobernación ha confirmado, a través de un comunicado, que la negociación sigue en el mismo punto que la vez anterior, sin que se haya añadido ningún otro ofrecimiento por ninguna de las partes. Nada nuevo, por tanto, en lo que respecta a la derogación de la ley del ISSSTE de 2007, que concentra todas las batallas del magisterio y para cuya abolición el Ejecutivo considera que no hay presupuesto. “Son propuestas definitivas sustentadas en la máxima posibilidad financiera que tiene el Estado mexicano en este momento”, se lee en el documento de Gobernación, en referencia al último ofrecimiento que se le hizo al sindicato el pasado 28 de mayo y que ha sido ahora devuelto a la mesa. El gabinete sí ha ofrecido, no obstante, continuar las discusiones este martes a las 11 de la mañana, pero el sindicato, tras consultarlo con sus bases, ha pospuesto el encuentro para el miércoles.

A pesar del atasco en las conversaciones, la mesa de negociación parece estar entrando en una nueva fase. El Gobierno sorteó la amenaza de boicot electoral por parte de los maestros, más por falta de consenso entre las distintas delegaciones que porque acordaran rebajar el tono, pero el resultado ha sido el mismo: las movilizaciones han perdido fuelle en los últimos días, y el cansancio está alcanzando a autoridades, sindicalistas y capitalinos por igual. La disposición a reunirse por segunda vez consecutiva en apenas 24 horas demuestra que todo el mundo está interesado en llegar cuanto antes al punto que permita levantar un plantón al que la lluvia tampoco ha dado tregua en los últimos días.

La Coordinadora, no obstante, no ha bajado los brazos desde el comienzo de la huelga y este mismo lunes ha recibido refuerzos desde todos los Estados. Puede que quieran acabar cuanto antes con el pulso, pero eso no significa que vayan a aceptar menos de lo que fueron a buscar: la derogación de la ley que sustituyó las pensiones solidarias e intergeneracionales por el sistema de cuentas individuales gestionadas por las administradoras privadas o afores. El Gobierno, que coincide en el diagnóstico en que esa norma tuvo un “impacto devastador” para los trabajadores públicos, sostiene que las arcas públicas no pueden hacer frente ahora a una reversión integral de ese sistema, que lleva 18 años vigente.

La presidenta, Claudia Sheinbaum, ha ofrecido a cambio una batería de propuestas que no suponen una inversión pública tan grande y que contrarrestan los aspectos más nocivos de la reforma, como que el Estado complete las exiguas pensiones privadas con el fondo de pensiones para el bienestar hasta alcanzar el sueldo medio del IMSS, unos 17.000 pesos actualmente. Para el sindicato es insuficiente, y poco se conoce sobre las cesiones que están dispuestos a hacer si la negociación se alarga en el tiempo sin conseguir su propósito. Fuentes de la Coordinadora afirman que no se conformarán con menos de lo que lograron el año pasado, durante el sexenio de López Obrador, al que le arrancaron un aumento del sueldo del 13%, aplicado al salario base en su mayoría, con una pequeña parte en prestaciones. De momento, la mandataria les ha concedido un incremento del 9% con efecto retroactivo desde enero, más otro 1% adicional desde septiembre, aunque no ha dejado claro si se aplicará todo sobre el salario base o en servicios.

Este punto, que permite escalonar las propuestas de unos y otros (el sindicato pide un aumento del 100%), podría ser el que finalmente logre desatascar las negociaciones, habida cuenta de las dificultades para acordar una modificación que toque en lo sustantivo la normativa aprobada bajo el sexenio calderonista. No hay, todavía, nada nuevo en ese frente. Como siempre, la última palabra la tendrán las bases, a quienes los representantes de la Coordinadora consultan tras cada encuentro con las autoridades. A falta de una medida que satisfaga su demanda central, será el cansancio el que termine por definir hasta cuándo y hasta dónde están dispuestos a seguir.