Por qué los campamentos de verano son mucho más que un ‘aparcaniños’
Lo más importante de estos lugares es un aspecto esencial en la infancia: la socialización en un contexto semiestructurado, lúdico y participativo


El verano es un momento que, bien gestionado, es algo fundamental para los niños y adolescentes entre los 3 y los 12 años. ¿A quién no se le ha pasado la fecha de un campamento y casi le da un infarto porque no sabe qué hacer con sus hijos durante 15 días en pleno mes de agosto? Sí, la palabra mágica es esa: campamento. Y es que no es un sitio aparcaniños sino un espacio de encuentro donde hacer nuevos amigos, hacer actividades al aire libre que durante el resto del año son difíciles de realizar y, sí, también son momento para descansar como padres y madres.
No olvidemos que hay muchos tipos de familias monoparentales o en las que ambos progenitores trabajan, lo que hace muy difícil que julio o agosto sean meses tranquilos y conciliadores. Pero lo más importante de estos lugares es un aspecto esencial en la infancia: la socialización en un contexto semiestructurado, lúdico y participativo.
Como señala Ramón Nogueras en su libro Por qué pollas haces eso: Una guía para entender nuestro comportamiento (Kailas Psicología, 2024): “De todos los posibles refuerzos, el social se cuenta entre los más poderosos, sobre todo si viene de las personas más cercanas. Y por eso mismo, la falta de ese incentivo ejerce una influencia muy potente sobre la conducta”. Por lo tanto, buscar la socialización desde una perspectiva diferente es algo que puede hacer de un verano un momento de desarrollo socioemocional muy importante en la infancia, pues sirve para muchas más cosas que tirarse en tirolina:
- Fomenta la independencia y la autonomía: en un campamento de verano, los niños se enfrentan a pequeñas decisiones diarias sin la constante supervisión de sus padres; eligen su ropa, organizan su espacio, deciden en qué actividades participar. Estas experiencias fortalecen su sentido de responsabilidad y autoconfianza.
- Desarrolla habilidades sociales: la convivencia con otros niños en un entorno nuevo ayuda a mejorar la comunicación, la empatía y la capacidad para resolver conflictos. En el campamento, se crean amistades que a menudo perduran en el tiempo, forjadas a través de juegos, retos compartidos y la vida en grupo.
- Conexión con la naturaleza y la vida activa: muchos campamentos están ubicados en entornos naturales, lejos de las pantallas y el bullicio urbano. Esto fomenta la actividad física, la exploración del entorno y el desarrollo de una conciencia ecológica. Además, los juegos al aire libre, las caminatas o los deportes mejoran la salud física y reducen el estrés.

- Estimula la creatividad y el aprendizaje lúdico: los talleres de arte, música, teatro o ciencia que se ofrecen en los campamentos permiten a los niños descubrir nuevas pasiones y talentos. Aprenden jugando, en un entorno libre de presiones académicas, lo que estimula la creatividad y la curiosidad natural.
- Refuerzo del trabajo en equipo y el liderazgo: las actividades grupales y los retos cooperativos enseñan a los niños a trabajar en equipo, asumir roles de liderazgo y colaborar hacia un objetivo común. Estas habilidades son fundamentales tanto en el ámbito escolar como en la vida adulta.
- Desconexión digital saludable: los campamentos suelen limitar el uso de dispositivos electrónicos, lo que permite a los niños desconectarse del mundo digital y conectar con ellos mismos y con quienes los rodean. Esta pausa tecnológica es esencial para el bienestar emocional y la atención plena.
En conclusión, un campamento de verano es una experiencia que puede ser transformadora y dejar huellas duraderas, pues se hacen amigos que pueden durar para toda la vida, siendo algo más que un simple entretenimiento. Además, es un espacio de crecimiento, descubrimiento y construcción de recuerdos inolvidables. Y sí, también es un espacio que ayuda a tener más tiempo como padres y madres, pues descansar es saludable para ellos y ellas, pero también para quien tiene que cuidarles.
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