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La ONU reclama que se abran todos los cruces fronterizos para aliviar las “necesidades desesperadas” de Gaza

El Gobierno de Netanyahu asegura que probablemente abrirá el paso de Rafah, clave para la entrada de ayuda, el próximo domingo

Voluntarios egipcios descansan junto a camiones cargados con ayuda humanitaria de la Alianza Nacional para el Desarrollo Civil (NACDW) de Egipto, cerca del paso fronterizo de Rafah para entrar en Gaza, este jueves. Foto: Amr Abdallah Dalsh (REUTERS) | Vídeo: epv

El jefe de la acción humanitaria de Naciones Unidas, Tom Fletcher, ha exigido este jueves a Israel, sin mencionarlo, que rectifique su política actual y abra todos los cruces hacia Gaza que permitan la entrada de ayuda a la Franja tras dos años de asedio israelí. En un videocomunicado, Fletcher ha descrito el paso de Rafah con Egipto, que Israel mantiene cerrado, como “esencial” para la labor humanitaria, y ha pedido la apertura de “todos los accesos” hacia el enclave. Horas después, el ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, ha asegurado que ese paso probablemente reabrirá este domingo, aunque no aclara si es solo para el tránsito de personas o se habilitará para lo fundamental: la entrada de alimentos.

“Estamos haciendo todos los preparativos necesarios”, ha declarado el ministro en una conferencia sobre la región mediterránea celebrada en Nápoles, según la agencia de noticias Ansa.

La ONU urge a “aumentar el flujo de manera masiva” y terminar con las “necesidades desesperadas” que existen sobre el terreno en Gaza. La petición de Fletcher llega después de que el COGAT, el brazo de las autoridades israelíes que gestiona los asuntos civiles en Gaza, anunciara a la ONU el martes que a partir del día siguiente solo permitiría el acceso de la mitad de la ayuda humanitaria pactada en el alto el fuego. La institución presentó la decisión como una respuesta a lo que describió como una “violación” del acuerdo por parte de Hamás en cuanto a la devolución de los cautivos muertos.

La tregua, firmada entre Israel y la milicia palestina a primeros de octubre, contempla la entrada diaria al enclave de 600 camiones con suministros humanitarios. El alto el fuego entró en vigor el pasado viernes, pero las autoridades israelíes han mantenido las barreras que aíslan la Franja medio bajadas en todo momento, desatendiendo la hambruna que la ONU declaró en agosto en algunas partes del enclave. Al mismo tiempo, las tropas israelíes han matado a 24 personas desde el inicio del alto el fuego.

Amjad Shawa, director de la red de ONG que operan en el territorio, ha cifrado este jueves en 300 los camiones diarios que entran al enclave, la mitad de lo establecido. Algunos de estos vehículos son comerciales y no humanitarios, lo que significa que la mayoría de los gazatíes no podrán adquirir sus productos en los mercados después de haber invertido sus ahorros en sobrevivir durante dos años de guerra.

Dificultades en el canje

Después de entregar el lunes de una sola vez a los 20 cautivos vivos que tenía en su poder —dos de los cuales, Eitan Horn y Nimrod Cohen, han sido este jueves dados de alta tras tres días en el hospital—, Hamás se enfrenta a dificultades para localizar y entregar la mayoría de los 28 rehenes que han fallecido desde el 7 de octubre de 2023. La noche del miércoles, la milicia entregó a dos más, elevando a nueve el total de cuerpos que ha devuelto en virtud del acuerdo. Pero los retornó con una mala noticia, al asegurar que eran los últimos que podía encontrar por el momento ante la ausencia de maquinaria pesada para mover escombros en la Franja y dar con los 19 restantes.

Aunque el texto firmado en la tregua abría la puerta a que Hamás necesite más tiempo para devolver los restos, múltiples voces israelíes consideran la no devolución de varios rehenes como un incumplimiento del acuerdo. El asunto ha dado este jueves un pretexto al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para contentar sus aliados de coalición contrarios a la tregua y sugerir que la posibilidad de volver a la guerra sigue abierta. “La lucha no ha terminado”, ha dicho el mandatario durante una ceremonia en memoria de los soldados muertos en la Franja. “Estamos decididos a asegurar el retorno de nuestros cautivos”, ha añadido, sin dar detalles sobre cómo piensa hacerlo en caso de que Hamás no los encuentre.

El Foro de las Familias de los Rehenes y Desaparecidos ha llamado al Gobierno israelí a frenar el acuerdo de tregua: “Cualquier medida que alivie la presión sobre Hamás y permita que el alto el fuego siga adelante mientras los cautivos no sean devueltos supone un fracaso moral y de liderazgo”, han dicho este jueves en un comunicado.

Medios de comunicación israelíes citan a altos cargos de la Casa Blanca que, protegidos por la condición de anonimato, indican que EE UU da por buenos los esfuerzos de Hamás y que no considera por el momento que la demora en la entrega de cuerpos suponga un incumplimiento de la tregua. A pesar de eso, no se perciben presiones de Washington —que ejerce de mediador mientras tiene a Israel como aliado— para que las autoridades ocupantes abandonen sus medidas de castigo colectivo y permitan el flujo humanitario acordado en la tregua.

Turquía tiene en camino hacia Gaza un equipo de 80 rescatistas para colaborar en la búsqueda de cuerpos en la Franja, donde miles de cadáveres gazatíes también se marchitan bajo tierra.

Una tregua con poco presente y menos futuro

Al alto el fuego, que se supone que se encuentra en su fase de aplicación más fácil, le salen las grietas. Este jueves, un avión teledirigido israelí ha disparado en la zona de Jan Yunis causando entre una y dos víctimas mortales, en función de la fuente. El miércoles, la metralla israelí mató a otras 14 personas, según la agencia de noticias palestina Wafa.

Esas muertes se suman a las 381 personas sin vida que han aparecido bajo los escombros durante las tareas de rescate, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, en manos de Hamás. En total, la cifra de muertos causada por la ofensiva israelí se eleva a 67.967 y los heridos superan los 170.000.

Israel tampoco cumple sus obligaciones en cuanto a la devolución de los cuerpos gazatíes que tiene en su poder. Según el plan estadounidense, Israel debería haber correspondido la devolución de nueve cautivos muertos con el envío de 135 cuerpos gazatíes. Después de haber recibido el jueves 30 restos más, las autoridades gazatíes han recibido un total de 120 cadáveres. Algunos incluyen señales de tortura, según fuentes del Hospital Nasser, en Jan Yunis, aseguraron el miércoles a la CNN.

Aunque Hamás llegue a entregar los cuerpos de los 19 rehenes restantes en el futuro, el acuerdo no obligará a Israel a devolver a los restos de centenares de palestinos —incluidos mujeres y niños— que retiene en una práctica que comenzó hace décadas, según grupos palestinos de los derechos humanos.

Gaza vive desde la semana pasada un alto el fuego que se empezó a construir desde el tejado y que se firmó sin tener resueltas las divisiones entre Israel y Hamás que han impedido una tregua durante los 24 meses anteriores. Las partes se centraron primero en asegurar la liberación de los cautivos, en frenar las hostilidades y en reiniciar el flujo de ayuda humanitaria. Esta semana, los actores en conflicto y los mediadores han empezado a negociar el paso hacia la segunda fase, que aborda en términos ambiguos e interpretables el desarme de Hamás, la futura gobernanza del enclave y la retirada del ejército de Israel.

Mientras la Franja navega el vacío entre la primera fase y la segunda, Hamás aprovecha el repliegue israelí de la mitad del territorio para restablecer su dominio antes del progreso de las negociaciones. Esa demostración de poder incluyó el domingo la ejecución extrajudicial, en plena calle y ante el asombro de multitudes, de varios miembros de uno de los clanes mejor armados de la Franja, a los que Hamás acusa de colaborar con Israel.

El lunes, el presidente de EE UU, Donald Trump, declaró desde el Air Force One de camino a Oriente Próximo que EE UU había dado permiso a Hamás para establecer el control sobre el devastado territorio “por un tiempo”. El martes, el presidente insistió en que Hamás terminará “desarmada”, pero reconoció que la ejecución de “algunos miembros” de una pandilla “no le importaba demasiado”, y sugirió una similitud entre la acción contra ese clan y la de su propia Administración en la persecución contra bandas venezolanas.

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