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Trump recurre al brutal asesinato de una refugiada ucrania para allanar su asalto a más ciudades demócratas

Un criminal reincidente mató a puñaladas a Iryna Zarutska en agosto en un transporte público de Charlotte (Carolina del Norte). “Tenemos que ser crueles, como ellos”, dice el presidente

Karoline Leavitt en conferencia de prensa con las imágenes de Iryna Zarutska y Decarlos Brown Jr., su asesino.
Iker Seisdedos

Era un día cargado de asuntos de peso: el ataque del Israel en Qatar, la espectacular revisión a la baja de los datos de empleo, la publicación de la felicitación al pedófilo Jeffrey Epstein con la silueta de una mujer desnuda atribuida a Donald Trump... La portavoz de la Casa Blanca Karoline Leavitt decidió, con todo, empezar su comparecencia ante la prensa de este martes hablando del brutal asesinato de una refugiada ucrania, Iryna Zarutska, que fue apuñalada sin aparente justificación a bordo un tren ligero en Charlotte (Carolina del Norte) por Decarlos Brown Jr., un afroamericano de 35 años con antecedentes de enfermedad mental y un abultado historial de arrestos previos por delitos como robo a mano armada y hurto grave.

Sucedió el mes pasado, pero se convirtió en noticia de alcance nacional y en motivo suficiente para una nueva guerra ideológica entre la derecha y la izquierda de Estados Unidos cuando este viernes trascendió el terrible video de la agresión. En él, se ve a Zarutska, de 23 años, entrar en el vagón vestida con el uniforme de la pizzería en la que trabajaba, sentarse y, en un gesto familiar, quedarse abducida por el teléfono móvil. Entonces, el tipo que tiene detrás se levanta y le asesta tres puñaladas mortales. Ella lo mira con terror antes de desplomarse en el sitio mientras él se aleja por el vagón caminando tranquilamente. En la grabación difundida en los medios, la imagen se congela justo antes del primero golpe.

Este martes, Brown fue acusado de un delito federal en virtud de un tipo penal pensado para ataques terroristas en medios de transporte públicos. Eso significa que se enfrenta a la pena de muerte.

Momento del ataque a Iryna Zarutska en un transporte público de Charlotte (Carolina del Norte).Foto: Charlotte Area Transit System vía AP | Vídeo: AP, Reuters

Mientras Leavitt repasaba el historial del agresor, que incluye cinco años en prisión, y culpaba en su conferencia de prensa al Partido Demócrata de la muerte de la muchacha por la gestión, laxa con el crimen, que hacen de las ciudades en las que gobiernan, la Casa Blanca difundió este martes un mensaje de Trump desde el Despacho Oval en la que el presidente estadounidense muestra a la cámara la reproducción de ese momento congelado.

“Esta hermosa joven nunca tuvo problemas en la vida y le esperaba un magnífico futuro en este país. Ahora está muerta. Fue masacrada por un monstruo desquiciado que andaba suelto tras 14 arrestos previos. Reincidentes como él siguen sembrando destrucción y muerte por todo nuestro país. Tenemos que responder con fuerza y ​​contundencia. Tenemos que ser crueles, como ellos. Es lo único que entienden”, dice Trump en el vídeo, de poco más de dos minutos.

El presidente añade entonces que “24 de las 25 ciudades más peligrosas de Estados Unidos están gobernadas por alcaldes demócratas” y establece la conexión entre el brutal asesinato de Zarutska, su decisión de haber intervenido, contra el criterio de las autoridades locales, en lugares como Los Ángeles, adonde mandó en junio unos cinco mil militares para sofocar las protestas contra las redadas de inmigrantes, o Washington, donde desde hace un mes está desplegada la Guardia Nacional, y sus planes de mandar tropas a Chicago o Boston, dos sitios en los que el lunes comenzaron las redadas masivas. Todo indica que pueden ser solo las primeras de la lista.

“Era una ciudad sanguinaria, horrible, una de las peores, y ahora es una ciudad libre de delincuencia”, afirma Trump en la grabación del Despacho Oval sobre la capital estadounidense, antes de asegurar, en tono amenazante, que otros alcaldes “necesitan ayuda” y que mejor harían en pedirla.

“Sangre en las manos”

Trump ya se había referido el día anterior en un mensaje en su red social a la trágica muerte de la joven en el tren ligero de Charlotte, ciudad que ha visto un descenso del 25% en los crímenes violentos en un año. “[Su] sangre se puede ver literalmente gotear del cuchillo del asesino, y ahora mancha además las manos de los demócratas que se niegan a mandar a los malos a la cárcel”. En su comparecencia ante la prensa, Leavitt también aprovechó para afirmar que el juez que puso a Debrown en libertad es una “convencida donante” de Kamala Harris.

Foto publicada por Iryna Zarutska en su Instagram y facilitada por su familia.

Así que, como casi todo en este país, un terrible asesinato sin aparente justificación se ha convertido también en un argumento ideal para la trifulca política. Ha tomado asimismo una deriva racial, en mitad de una oleada de críticas a la prensa así llamada tradicional, a la que destacadas figuras del movimiento MAGA (Make America Great Again) han acusado de no cubrir el asesinato con el mismo interés si la víctima hubiera sido negra y el asesino, blanco, y no, como es el caso, al revés. Tampoco han faltado los paralelismos entre Zarutska y George Floyd, el afroamericano asesinado por un policía de Minneapolis en 2020, cuya muerte desató una oleada de protestas en todo el país.

Elon Musk, el hombre más rico del mundo, se ha mostrado especialmente interesado en el tema en su red social, X, en la que ha aireado otros casos de delincuentes reincidentes negros y víctimas blancas y ha difundido estadísticas de dudosa procedencia.

A la cadena conservadora Fox News, el asesinato le ha servido también para llenar horas de televisión y tener así algo de qué hablar en lugar del escándalo por la publicación de una procaz felicitación al millonario pederasta Jeffrey Epstein atribuida a Trump, que sostiene que es falsa. Fue difundida por los demócratas de la Cámara de Representantes el lunes. Y, en otra prueba de que las dos Américas cada vez comparten menos eso que antes solía tenerse por la realidad, dominó la parrilla de las televisiones al otro lado del espejo político, de la CNN a la MSNBC.

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Sobre la firma

Iker Seisdedos
Es corresponsal jefe de EL PAÍS en EE UU. Licenciado en Derecho Económico por la Universidad de Deusto y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS, trabaja en el diario desde 2004, casi siempre vinculado al área cultural. Tras su paso por las secciones El Viajero, Tentaciones y El País Semanal, ha sido redactor jefe de Domingo, Ideas, Cultura y Babelia.
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