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Radiografía de las medidas europeas para tratar de contener a Israel: sanciones nacionales y reconocimiento del Estado palestino

Cinco países plantean abiertamente sanciones mientras Francia, Malta y Bélgica reconocerán el Estado palestino y otros tres lo estudian. Alemania aplica un tímido embargo de armas

Palestinos caminan ante las ruinas de un edificio residencial en Gaza bombardeado por Israel.
Silvia Ayuso

La decisión de España de imponer, unilateralmente, varias sanciones contra Israel aumenta la presión sobre una Europa que hasta ahora no ha logrado consensuar colectivamente medidas contundentes contra el Gobierno de Benjamín Netanyahu. En el ámbito nacional, sin embargo, muchas capitales están dejando claro que se les acaba la paciencia ante las atrocidades cometidas contra la población palestina en Gaza y Cisjordania. Aunque apenas media docena de países del bloque comunitario han aprobado —o están en vías de hacerlo— sanciones individuales contundentes contra el Estado judío, sí hay otro paso que irrita a Israel y que adquiere cada vez más adeptos: el reconocimiento del Estado palestino. Tres países europeos han prometido hacerlo de forma inminente, mientras otros tres lo están considerando. También el tímido embargo de armas que ha decidido Alemania supone un gesto de malestar con Israel impensable hasta hace unos meses.

El anuncio de sanciones español llega en un momento clave. No solo las protestas sociales aumentan en toda Europa en un grito ciudadano para que los gobiernos se muestren más contundentes (hasta Alemania, el mayor freno en Europa a cualquier sanción colectiva, da muestras de hartazgo con su tradicional aliado). Esta semana comienza además la Asamblea General de Naciones Unidas, escenario en el que la cuestión palestina será una de las más acuciantes. Y pese a las presiones y hasta amenazas de Israel y su principal valedor, Estados Unidos, varios países europeos, pero también extracomunitarios, se aprestan a reconocer el Estado palestino durante la cita en Nueva York, como ya hicieron España, Irlanda, Noruega y Eslovenia el año pasado (Suecia lo hizo en 2014).

Entre los europeos, durante la nueva cita neoyorquina reconocerán Palestina Francia, Malta y Bélgica, aunque este último de forma escalonada y con condiciones. Si bien todavía no han dado su sí firme, también Finlandia, Luxemburgo y Portugal están considerando dar este paso, en el marco de la política europea consensuada —eso sí lo han logrado los Veintisiete— de que la solución de dos Estados es la única viable para que el conflicto palestino-israelí se resuelva con una paz duradera y sostenible. Fuera del bloque europeo, también prevén reconocer el Estado palestino, en la cita de Nueva York, Australia, Canadá y, previsiblemente, Reino Unido. Japón y Nueva Zelanda estudian unirse de igual modo a esta lista creciente países.

“Hay un número cada vez mayor de países que están hartos de la parálisis de la UE y ven que esta no avanza debido a que varios países están frenando o boicoteando el proceso, y todos sabemos cuáles son: Alemania, Italia, Hungría, la República Checa y Bulgaria, y también Austria (...), pero o aceptamos este hecho y nada cambia, o algunos Estados miembros dan un paso adelante y muestran liderazgo, valentía y determinación”, reclama el antiguo representante de la UE ante los territorios palestinos Sven Kühn von Burgsdorff. El retirado diplomático alemán es uno de los impulsores de la carta abierta firmada por más de 200 ex embajadores y altos funcionarios europeos que a finales de agosto reclamaron medidas “inmediatas” contra Israel. Un gesto inédito —nunca antes tantos antiguos cargos de tanto nivel habían manifestado públicamente su rechazo a la falta de acción de Bruselas— que puso de manifiesto el profundo malestar, también dentro de las instituciones europeas, que provoca la falta de acción comunitaria ante la catástrofe palestina.

Las medidas planteadas ahora por España -solo Bélgica ha presentado un paquete de sanciones más amplio, aunque sin fecha aún de implementación- coinciden ampliamente con las propuestas realizadas por estos influyentes altos funcionarios europeos. La decisión española “es una medida muy positiva y audaz”, celebra Kühn von Burgsdorff en conversación telefónica con EL PAÍS.

Eslovenia, pionera de las sanciones unilaterales

Hasta el anuncio español, era Eslovenia, otro de los miembros de la UE más críticos con Israel, el país que más pasos concretos había dado: en agosto se convirtió en el primer Estado del bloque europeo que prohíbe la importación, exportación y tránsito de armas desde y hacia Israel, algo que ahora se apresta a implementar también España y que prevé igualmente Bélgica. El paso, anunciado por el primer ministro, Robert Golob, se decidió dar de forma independiente debido a la “incapacidad de adoptar medidas concretas” de la UE debido a “desacuerdos internos y falta de unidad”, dijo.

Ministros israelíes declarados ‘persona non grata’

Un mes antes, en julio, el Gobierno esloveno también declaró persona non grata a dos ministros ultras israelíes, Itamar Ben Gvir (Seguridad) y Bezalel Smotrich (Finanzas). Seguía así los pasos de Reino Unido, Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Noruega, que poco antes anunciaron de forma conjunta sanciones contra estos dos miembros del gabinete de Netanyahu por promover la violencia contra los palestinos en Cisjordania. Desde entonces, a nivel europeo, han seguido su ejemplo también Países Bajos (pese a la crisis de gobierno que ha provocado la cuestión palestina) y Bélgica. España no señala por el momento ningún nombre en concreto, pero se dispone a emitir una “prohibición de acceder a territorio español a todas aquellas personas que participen de forma directa en el genocidio, la violación de derechos humanos y los crímenes de guerra en la Franja”. Suecia ha presionado para que la UE sancione a esos ministros, pero por el momento no lo ha hecho de forma unilateral.

Asentamientos ilegales y colonos extremistas

Hasta el momento, la UE solo ha logrado acordar colectivamente algunas sanciones a colonos violentos en Cisjordania, aunque incluso este paso también está ahora frenado por el veto húngaro. Varios países europeos han decidido por ello actuar también por su cuenta: ahí también Eslovenia ha sido el primero, al prohibir en agosto todas las importaciones de asentamientos ilegales israelíes en territorios palestinos ocupados, medida que también secundará ahora España. También figura en el paquete de sanciones belgas, mientras que en Irlanda está en proceso de aprobación una ley en el mismo sentido. Desde comienzos de mes además, el Banco Central de Irlanda ha dejado de gestionar los bonos soberanos de Israel en la UE, gestión que ha quedado a cargo de Luxemburgo.

Bélgica y España también están trabajando para limitar el apoyo consular de sus ciudadanos residentes en asentamientos ilegales.

Presiones más allá de Europa

Para Kühn von Burgsdorff, la cita de la ONU es el momento ideal para buscar alianzas entre los países dispuestos a frenar a Netanyahu. Tanto dentro de la UE como fuera del bloque comunitario.

Las reuniones durante la Asamblea General “ofrecen una oportunidad interesante para estos pioneros, ya que allí pueden crear coaliciones de voluntarios más allá de la órbita de la UE o la OCDE”, con la mirada puesta en el Sur Global, en particular el mundo árabe y Asia, señala.

Y es que la impaciencia crece también significativamente fuera de Europa. En su reunión de emergencia en Bogotá a mediados de julio del denominado Grupo de La Haya, 13 países —Bolivia, Colombia, Cuba, Indonesia, Irak, Libia, Malasia, Namibia, Nicaragua, Omán, San Vicente y Granadinas, Sudáfrica y Turquía— se comprometieron a implementar seis medidas a nivel nacional: impedir la provisión y transferencia de armas y equipo militar o dual a Israel, prohibir que barcos de bandera nacional transporten este tipo material con destino a Israel, realizar una revisión urgente de todos los contratos públicos para impedir un apoyo indirecto a la ocupación de territorios palestinos, cumplimiento con las obligaciones de garantizar la rendición de cuentas por los delitos más graves según el derecho internacional y apoyar los mandatos de la justicia internacional. Su objetivo es lograr que, durante la cita en la ONU que ahora comienza, más países se unan a estos compromisos.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.
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