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Un grupo de manifestantes prende fuego a un coche y varios contenedores frente a la residencia de Netanyahu

Los congregados exigen una tregua que posibilite la liberación de los secuestrados por Hamás. El incidente no ha causado heridos

Los manifestantes, encaramados a la Biblioteca Nacional, este miércoles en Jerusalén.

Las protestas israelíes que exigen que su Gobierno firme una tregua que libere los cautivos secuestrados en Gaza suben de tono. Un grupo de personas aún no identificadas ha provocado este miércoles varios pequeños incendios a primera hora de la mañana en los alrededores de la residencia oficial del primer ministro, Benjamín Netanyahu, sin causar heridos. Otros 13 manifestantes han trepado hasta el tejado de la Biblioteca Nacional, ubicada frente al Parlamento israelí, también en Jerusalén, desde donde han dejado caer pancartas que acusan al jefe del Ejecutivo de negligencia y asesinato.

La policía de Jerusalén y el Shin Bet, la agencia israelí de inteligencia, buscan ahora a los autores de los fuegos que han calcinado un vehículo en las inmediaciones de la residencia del líder israelí. Los manifestantes también han prendido fuego a neumáticos y cubos de la basura, obligando al desalojo de varios vecinos.

En paralelo, un grupo de ciudadanos ha subido al tejado de la biblioteca, uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Desde ahí han dejado caer pancartas en las que se leía: “Los abandonaste y los mataste”. Estas han quedado tendidas sobre la fachada del edificio.

Atrincherados en el techo de la biblioteca

El grupo se ha atrincherado encima de la biblioteca durante más de cinco horas, cuando la policía ha subido a retirarlos. Diversos vídeos difundidos desde los alrededores del edificio muestran a los manifestantes sentados en el suelo, cogidos entre ellos para hacerse fuertes, ante el avance de los agentes hacia ellos. Los 13 han sido detenidos y llevados a comisaría, según fuentes policiales. Decenas de manifestantes más se encontraban concentrados enfrente del edificio, donde sostenían carteles: “Si no resistimos, somos cómplices del crimen”.

Las movilizaciones contrarias a la prolongación de la ofensiva sobre Gaza, que va camino de cumplir dos años, viven un repunte desde hace semanas. El ejército israelí se encuentra inmerso en las fases iniciales de una operación compleja —y que ya se ha cobrado centenares de víctimas gazatíes— con el propósito tomar el control total de la Ciudad de Gaza, el mayor núcleo urbano en el enclave.

Algunos altos mandos del ejército han expresado en numerosas ocasiones que desaconsejan esa operación, que ven peligrosa para la supervivencia de los cautivos que Hamás pueda esconder en la zona. Pero el Gobierno de Netanyahu impone su voluntad sobre el jefe del Estado Mayor y le exige llevar a cabo una ofensiva que impulsa el escepticismo entre las familias de los cautivos y entre los reservistas, que ven en ella una maniobra con intereses políticos para asegurar la continuidad del Ejecutivo.

Varios grupos israelíes han convocado nuevas protestas para la tarde de este miércoles. Por la mañana también se han registrado pequeñas concentraciones ante las residencias particulares de algunos ministros israelíes. Entre ellos, Ron Dermer, persona de confianza de Netanyahu, ministro de Asuntos Estratégicos y jefe del equipo negociador israelí. Varios ciudadanos israelíes se han presentado este miércoles ante su residencia para leer en voz alta los nombres de los 48 cautivos, vivos y muertos, que permanecen secuestrados en los túneles de Hamás, al tiempo que denunciaban su fracaso personal, al no haber sido capaz de liberar un solo rehén.

“Aguanta, mi niño”, escribía este miércoles Viki Cohen, madre de un cautivo israelí en Gaza. “¿Has dormido esta noche? ¿Has comido algo en los últimos días? No te abandono. Hoy, protestaremos en Jerusalén junto con todo Israel. Estamos luchando por ti”.

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