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Bruselas recibe peticiones de 18 Estados para financiar compras y proyectos militares por 127.000 millones

Las adquisiciones de material bélico tendrán que ser conjuntas de al menos dos países

Tanques Leopard, de fabricación alemana, utilizados en unas maniobras de la OTAN en Polonia
Manuel V. Gómez

La Comisión Europea ya ha recibido las peticiones de créditos de los Estados miembros interesados en financiar las compras conjuntas de armas. Han sido finalmente 18 Estados y las solicitudes de préstamos al fondo europeo para la adquisición de material de defensa y proyectos relacionados ascienden a 127.000 millones de euros, según el Ejecutivo de la UE. La cifra ha aumentado bastante en las últimas horas porque un día antes, este martes, la propia Comisión había informado de que eran nueve los países, entre ellos España, y de que el plazo finalizaba a medianoche.

El hecho de que dos tercios de los Estados miembros hayan pedido dinero del fondo común (SAFE, por sus siglas en inglés, Security Action for Europe) demuestra, creen en Bruselas, el éxito del plan puesto en marcha hace unos meses y aprobado rápidamente por el Consejo de la UE. “El fuerte interés en SAFE, con al menos 127.000 millones de euros en potenciales contratos de defensa, demuestra la unidad de la UE y la ambición en Seguridad y Defensa. Mantendremos nuestro compromiso con los Estados para apoyar el esfuerzo”, ha declarado el comisario para la Defensa y el Espacio, Andrius Kubilius.

Otro comisario, también de procedencia báltica, que ha aplaudido el resultado de la convocatoria ha sido el letón Valdis Dombrovskis, responsable de Economía y Finanzas: “Celebro el amplio interés en los préstamos de SAFE. Dieciocho Estados miembros y 127.000 millones para financiar contratos de defensa. Es una herramienta clave para aumentar nuestras capacidades defensivas y construir un verdadero espacio europeo de disuasión”.

Los 18 Estados que han acudido a esta convocatoria son Bélgica, Bulgaria, República Checa, Croacia, Chipre, Estonia, Grecia, España, Francia, Italia, Letonia, Lituania, Hungría, Polonia, Portugal, Rumania, Eslovaquia y Finlandia. Según adelantó este martes EL PAÍS, España ha solicitado unos 1.000 millones para llevar a cabo ocho proyectos. No obstante, hay gobiernos que presumiblemente han hecho peticiones mayores, como Francia, que se estima ha pedido unos 15.000 millones, y Polonia, el primer solicitante con unos 45.000 millones de euros, explican fuentes al tanto de las solicitudes.

Para acudir al SAFE y sus créditos en la compra de armamento hay una serie de requisitos que cumplir. El principal de ellos es que la adquisición debe ser conjunta con otro Estado de la UE, con algún Estado asociado (Canadá, Noruega, Reino Unido) o con Ucrania. Los gobiernos implicados también deben detallar el plan de inversión, algo para lo que tienen de plazo hasta el próximo noviembre.

Cuando la Comisión Europea buscó vías para aumentar el gasto en defensa, abrió dos puertas para lograrlo. Una de ellas fue a través de los presupuestos anuales, dando flexibilidad y suspendiendo la obligación de no superar el 3% del déficit sobre el Producto Interior Bruto (PIB) durante tres años para los países que lo solicitaban. La otra vía fue la creación de un fondo común para los países que “inviertan en la producción industrial de defensa” a través de compras conjuntas. Esa herramienta financiera asciende a 150.000 millones de euros y, en teoría, el plazo para formular las solicitudes acababa este martes. No obstante, un portavoz de la Comisión ha apuntado que ese límite es flexible.

Entre las dos opciones que puso sobre la mesa, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, calculaba que la UE podía llegar a un gasto potencial de 800.000 millones. Será difícil que se logren estos números, a falta de saber qué países van a llegar a un gasto del 3,5% del PIB en Defensa, independientemente del compromiso de la OTAN. También porque las peticiones hechas llegan al 85% del total.

No obstante, hay un elemento que no está en estos números: los países con mejor posición fiscal (Alemania, Dinamarca, Países Bajos, Suecia) no suelen recurrir a los programas de la UE que se limitan a prestar dinero a los Estados miembros, ya que les es más barato financiarse en los mercados y, de hecho, no han solicitado créditos en este programa.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.
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