El Reino Unido reconocerá el Estado de Palestina si Israel no acepta un alto el fuego en Gaza
Starmer reclama al Gobierno de Netanyahu un compromiso firme con la solución de los dos Estados

Keir Starmer ha decidido sumarse a la creciente presión sobre Israel, incrementada por la insoportable hambruna que sufre Gaza, y ha anunciado este martes su intención de que el Reino Unido reconozca también el Estado palestino. El primer ministro británico ha intentado en todo momento mantener un complicado equilibrio en este asunto tan espinoso, y esta vez no ha sido diferente. Starmer no ha presentado como hecho ya indiscutible ese futuro reconocimiento de Palestina, sino que abre la puerta, con una serie de condiciones, a que el Gobierno de Benjamín Netanyahu pueda revertir esa decisión.
“El Reino Unido reconocerá el Estado de Palestina en septiembre ante la Asamblea General de Naciones Unidas, a no ser que el Gobierno de Israel emprenda pasos relevantes para poner fin a la escandalosa situación en Gaza, alcance un alto el fuego, deje claro que no se anexionará Cisjordania y se comprometa a un proceso a largo plazo que concluya con una solución de dos Estados”, ha asegurado Starmer en un vídeo pregrabado y transmitido por la BBC.
La decisión de Starmer, aunque muy relevante por tratarse del Reino Unido (la nación que prometió un hogar nacional judío en Palestina bajo su mandato), carece de la certidumbre de la adoptada por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, o por el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. En ambos casos, el reconocimiento de Palestina se anunció como un hecho ya irreversible.
El primer ministro israelí ha respondido horas más tarde al anuncio de Starmer, de quien ha dicho que recompensa “el monstruoso terrorismo de Hamás y castiga a sus víctimas”. Y ha añadido: “Un Estado yihadista en la frontera de Israel hoy amenazará a Gran Bretaña mañana”.
Salidas para Netanyahu
El primer ministro británico describe una serie de salidas para el Gobierno de Netanyahu de interpretación flexible. A pesar de las declaraciones anexionistas por parte de los miembros más radicales y ultraderechistas del Gobierno israelí, nunca ha habido un abandono oficial expreso del compromiso de los dos Estados adoptado en los acuerdos de Oslo, aunque en la práctica sea una realidad cada vez más obstaculizada por Israel.
En cualquier caso, el propio Starmer se ha encargado de resaltar la importancia de una declaración que añade mucha más firmeza a una posición política respecto al conflicto palestino-israelí que hasta ahora había sido criticada por su tibieza. En las filas del Partido Laborista, y entre muchas organizaciones de derechos humanos, resultaba cada vez más incomprensible el seguidismo del primer ministro de la posición proisraelí de la Casa Blanca de Donald Trump y las constantes expresiones de apoyo al Estado judío.
“La posición histórica de este Gobierno ha sido que el reconocimiento del Estado de Palestina era un derecho inalienable del pueblo palestino, y que reconoceríamos al Estado palestino como parte de un proceso de paz que condujera a la solución de los dos Estados”, ha dicho el jefe del Ejecutivo británico. “Por la intolerable y creciente situación en Gaza, y la perspectiva cada vez más alejada de una solución de dos Estados, es el momento de impulsar esta posición”, ha añadido.
Presiones del Parlamento
Cerca de 230 diputados del Parlamento británico (laboristas, en su mayoría, pero también liberaldemócratas, verdes y al menos una docena de conservadores) habían dado su respaldo a una carta en la que se exigía a Starmer que siguiese los pasos de Francia o España y reconociese de una vez al Estado palestino. El primer ministro tuvo ocasión de discutir el asunto el lunes, durante su encuentro en Escocia con Trump.

La situación de hambruna padecida por los habitantes de la Franja de Gaza ha sido un aldabonazo en la opinión pública, hasta el punto de que la presión sobre Starmer resultada insoslayable. Por eso el primer ministro tomó la decisión de reunir con urgencia a sus ministros, a pesar del receso vacacional del verano.
Entre los miembros de su Gobierno son muchos los pesos pesados que peleaban en los últimos meses por tomar una decisión como la adoptada este martes. Entre ellos, la vice primera ministra, Angela Rayner; la ministra del Interior, Yvette Cooper, la ministra de Justicia, Shabana Mahmood, el ministro de Energía, Ed Miliband; la de Cultura, Lisa Nandy o el de Sanidad, Wes Streeting.
El ministro de Exteriores, David Lammy, el responsable último de impulsar decisiones que el primer ministro adoptó a regañadientes, como el embargo de las ventas de un listado de armas a Israel ante la sospecha de que estaban siendo utilizada en contra de la legalidad internacional, ha confirmado la decisión de su Gobierno en Nueva York, donde participaba en una conferencia de la sede de las Naciones Unidas. Sus palabras, recibidas con aplausos, tenían un tono más duro y cargado de peso histórico que las del primer ministro.
“El rechazo del Gobierno de Netanyahu a la solución de los dos Estados es injusto. Es injusto moralmente y equivocado desde un punto de vista estratégico. Perjudica los intereses de los ciudadanos de Israel, cierra el único camino hacia una paz justa y duradera. Por eso estamos decididos a proteger la viabilidad de la solución de los dos Estados. Por eso, con la mano de la historia sobre nuestro hombro, el Gobierno de Su Majestad pretende reconocer el Estado de Palestina cuando la Asamblea General de Naciones Unidas se reúna aquí en septiembre”, ha anunciado Lammy.
El ministro, sin embargo, calmados los aplausos, ha intentado definir los detalles de las condiciones impuestas a Israel para que pueda evitar un reconocimiento, el del Estado palestino, que muchos ven ya como inevitable. El paso dado por Macron ha dejado sin muchas alternativas al primer ministro británico.
“Sinceramente, confío en ver una mejora dramática que frene el sufrimiento, un compromiso de alto el fuego y con un proceso diplomático. Y que nada de esto sea una pausa, sino una paz duradera. Será el mes que viene cuando comprobemos si se cumple todo esto”, ha señalado Lammy.
Partidos en la oposición británica, como los liberaldemócratas, daban la bienvenida a la decisión de Starmer, pero le reprochaban que un paso tan relevante se usara como “moneda negociadora”: “El primer ministro debe comenzar a ejercer presión sobre Israel desde ahora mismo, con un embargo total de las ventas de armas y con la aplicación de sanciones sobre miembros del Gobierno de Netanyahu”, ha reclamado el líder de la formación, Ed Davey.
Cada vez resultaba más inexplicable para muchos de sus aliados políticos que Starmer, que comenzó su andadura profesional como abogado defensor de los derechos humanos, e impulsó su nombre con causas como la persecución por genocidio ante un tribunal internacional de las fuerzas de Serbia, se mostrara tan reticente a la hora de presionar a Israel. Su defensa inicial del derecho de esta nación a defenderse frente al ataque perpetrado por Hamás el 7 de octubre le llevó incluso a justificar, en una declaración que luego se vio forzado a rectificar, que las Fuerzas de Defensa de Israel cortaran el agua y la electricidad en la Franja de Gaza como medida bélica de presión.
En cualquier caso, el dirigente británico ha querido señalar las responsabilidades de Hamás en la crisis actual de Oriente Próximo: “No existe una equivalencia entre Israel y Hamás. Nuestras exigencias respecto a Hamás siguen siendo las mismas: deben liberar a todos los rehenes, acordar un alto el fuego, aceptarán que no tendrán ningún papel en un futuro Gobierno de Gaza y desarmarse”, ha señalado Starmer.
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