Macron incendia el debate político francés con la decisión de reconocer el Estado palestino
La derecha arremete contra el jefe de Estado y le acusa de hacer el juego al terrorismo de Hamás, mientras que la mayoría de la izquierda aplaude su decisión

La decisión estaba tomada desde hacía meses. El problema, o la novedad, fue el momento y los motivos elegidos para anunciarlo. Pasadas las nueve y media de la noche de este jueves, y en medio de la escalada bélica de Israel en Gaza, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció en sus redes sociales la determinación de su país a reconocer el Estado palestino. Una decisión esperada, pero altamente inflamable en un país profundamente dividido ante esta cuestión.
El cónsul general de Francia en Jerusalén, Nicolas Kassianides, fue quien entregó la misiva a Mahmud Abbas el mismo jueves. En su carta dirigida al presidente de la Autoridad Palestina, Macron se comprometía a oficializar su decisión en septiembre: “Francia procederá al pleno reconocimiento de Palestina como Estado”. Macron asistirá en esa fecha a la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York. “Con ello —escribe—, Francia querrá aportar una contribución decisiva a la paz en Oriente Próximo”.
Hasta la fecha, 148 Estados, entre los que se encuentra España, han reconocido al Estado palestino. Pero Francia será el primero del G-7 en hacerlo, algo que ha suscitado una virulenta reacción de Israel y de su principal aliado, EE UU, que ha acusado a Macron de “servir a la propaganda de Hamás”.
Este gesto simbólico y político, sin embargo, encuentra su origen en la respuesta a la carta que Mahmoud Abbas envió el 10 de junio a Emmanuel Macron y a Mohammed Ben Salman, príncipe heredero de Arabia Saudita. En dicha misiva, el dirigente palestino denunciaba la masacre del 7 de octubre de 2023 cometida por Hamás, defendía la desmilitarización de este último y prometía renovar la gobernanza de la Autoridad Palestina. Pero también se enmarca en un momento de máxima tensión en Gaza, donde Israel aumenta su presión militar y provoca una grave situación humanitaria, con civiles muriendo de hambre al impedir la distribución de ayuda y alimentos. La noticia, sin embargo, ha causado un importante incendio político en Francia, donde la derecha en pleno —y algunos sectores de la izquierda— han arremetido contra Macron acusándole de premiar al terrorismo de Hamás.
La presidenta del grupo parlamentario del Reagrupamiento Nacional (RN) en la Asamblea Nacional, Marine Le Pen, lamentó que “reconocer hoy un Estado palestino es reconocer un Estado de Hamás y, por tanto, un Estado terrorista”, escribió. Su partido, fundado por exmiembros de las SS nazis y profundamente antisemita durante la mayor parte de su existencia, se ha autoerigido hoy en un gran defensor del Estado de Israel y de la causa judía. “Si la esperanza siempre nos ha llevado hacia una solución de dos Estados, esta decisión legitima a los asesinos del 7 de octubre y su cortejo de sufrimientos, cuando aún hay rehenes detenidos. Por tanto, constituye una falta política y moral”.
La sensibilidad en este tema es tan diversa en Francia, que incluso dentro del Partido Socialista (PS) y de las filas macronistas hay voces discordantes con la decisión del presidente. La diputada del partido Renaissance, Caroline Yadan —muy comprometida en la lucha contra el antisemitismo y los discursos antisionistas— rompió el silencio y criticó una “falta política, moral e histórica” que la “afecta profundamente”, acusando a Macron de “ceder a la emoción, a la impaciencia, e incluso a una forma de resignación”.
Este anuncio, más de un año y medio después del 7 de octubre, constituye —si no una ruptura— una evolución importante de la posición francesa respecto al conflicto palestino-israelí. Hasta ahora, París siempre ha apoyado la solución de dos Estados, pero prefería esperar un acuerdo entre Israel y las autoridades palestinas antes de reconocer oficialmente una patria palestina. Ninguno de los predecesores de Macron se había aventurado en este terreno. Desde el general De Gaulle, Francia había mantenido esa línea, marcada por períodos de firmeza y de acercamiento con Israel.
El embajador de Israel en Francia, Joshua Zarka, fue también muy duro desde varios platós de televisión, advirtiendo del riesgo que entraña la decisión. También para la relación entre ambos países. En la emisora France Info, el embajador lamentó, desde su punto de vista, que se transmita un “mensaje” que resumió así: “Usen la violencia, y lograrán sus objetivos”. “Es un mensaje muy peligroso para Israel porque estamos en plena negociación con Hamás. Y en lugar de ejercer presión sobre Hamás, en lugar de decir que ‘hay que acabar con esta guerra terrible en la que sufren tanto palestinos como israelíes’, el presidente [Macron] dice: ‘Esto funciona, sigan usando la violencia, sigan usando la fuerza, sigan rechazando las propuestas de alto el fuego, al final obtendrán lo que quieren”.
El ministro de Exteriores francés, Jean-Noël Barrot, salió al paso de las acusaciones. “Francia, al reconocer próximamente un Estado palestino, no está recompensando al movimiento islamista Hamás, como acusan los detractores de la decisión francesa, sino que lo contradice”, afirmó este viernes. “Hamás siempre ha rechazado la solución de dos Estados. Al reconocer a Palestina, Francia contradice a este movimiento terrorista. Le da la razón al campo de la paz frente al de la guerra”.
Macron participará este viernes, junto con el canciller alemán, Friedrich Merz, en una llamada convocada con carácter de emergencia por el primer ministro británico, Keir Starmer (los aliados del grupo E3), para abordar la catástrofe humanitaria en Gaza.
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