Ir al contenido
_
_
_
_

El Dalái Lama desafía a China al asegurar que tendrá una reencarnación

Pekín replica que el proceso de sucesión debe contar con el beneplácito del Gobierno chino

Monjes budistas observan un mensaje grabado en vídeo del líder espiritual tibetano, el Dalái Lama, en Dharamshala, India, este miércoles.Foto: Associated Press/LaPresse (APN) | Vídeo: EPV
Guillermo Abril

Se avecina un choque peligroso y complejo entre el Dalái Lama y China. El líder espiritual del budismo tibetano, que vive exiliado en la India desde 1959, ha asegurado este miércoles que se reencarnará, y que será su comunidad en el exilio la que tendrá la autoridad exclusiva para identificar su reencarnación. Sus palabras, pronunciadas en uno de los actos organizados como parte de la celebración, este próximo domingo, de sus 90 años, suponen las primeras pistas claras sobre sus intenciones de cara al proceso de sucesión tras su muerte. Pero estas chocan frontalmente con la visión del Gobierno chino, que pretende mantener desde Pekín el control de los pasos para elegir la reencarnación del próximo líder religioso.

China ha replicado de inmediato que la reencarnación del Dalái Lama deberá cumplir con los requisitos de “búsqueda e identificación en China”, además de seguir el proceso de “sorteo en una urna dorada” (un ritual que se remonta al siglo XVIII, durante la dinastía Qing) y contar con la preceptiva “aprobación del Gobierno central”. Así lo ha remarcado este miércoles Mao Ning, portavoz de Exteriores, en una comparecencia rutinaria.

Es la respuesta habitual de Pekín a la cuestión. China la planteó de forma casi idéntica en marzo, cuando el Dalái Lama levantó una polvareda con la publicación de su último libro autobiográfico, Voice for the voiceless (Voz para los sin voz). En él afirmaba que su próxima reencarnación nacería en el “mundo libre” (y no en China), una primera pista del presumible choque que está por venir y que podría incluso concluir con el nombramiento por duplicado de un sucesor afín al exilio tibetano y otro auspiciado por China.

“El 14º Dalái Lama es un exiliado político que lleva a cabo actividades separatistas bajo el disfraz de la religión”, aseveró en marzo la citada portavoz china. “No tiene ningún derecho a representar al pueblo de Xizang [nombre chino de la región de Tíbet]”.

El choque corre el riesgo de ir más allá de lo puramente religioso y convertirse en una batalla geopolítica, al involucrar a la India (que acogió a los tibetanos exiliados y mantiene con China una tensa relación fronteriza) y a Estados Unidos, tradicional sostén de las reivindicaciones tibetanas, que denuncian la vulneración de derechos humanos en la Región Autónoma de Tíbet por parte de Pekín.

“Afirmo que la institución del Dalái Lama continuará”, ha expresado este miércoles Tenzin Gyatso (nombre espiritual del Dalái Lama) en un mensaje de vídeo emitido durante una reunión en Dharamshala, la ciudad situada en las estribaciones del Himalaya, en el norte de la India, donde se encuentra el Gobierno tibetano en el exilio. A la cita han asistido más de 100 monjes vestidos con túnicas granate, periodistas de todo el mundo y conocidos seguidores, como el actor de Hollywood Richard Gere, según ha recogido Reuters.

El Dalái Lama ha añadido que el Gaden Phodrang Trust, la organización sin ánimo de lucro que creó para mantener y apoyar la tradición y la institución del Dalái Lama, tiene la autoridad exclusiva para reconocer su futura reencarnación, en consulta con los jefes de las tradiciones budistas tibetanas. “En consecuencia, deben llevar a cabo los procedimientos de búsqueda y reconocimiento de acuerdo con la tradición del pasado... Nadie más tiene autoridad para interferir en este asunto”, ha declarado.

En anteriores ocasiones, la autoridad religiosa tibetana, galardonada con el premio Nobel de la Paz en 1989, había instado a sus seguidores a rechazar a cualquier persona elegida por Pekín, pero también había dejado abierta la posibilidad de que no hubiera sucesor tras su fallecimiento.

Nacido como Lhamo Dhondup en 1935 en una familia de agricultores de la actual provincia china de Qinghai (en el noroeste de China), el actual Dalái Lama fue identificado por un grupo del Gobierno tibetano como la reencarnación del líder espiritual cuando sólo tenía dos años. Tomaron la decisión basándose en varios indicios, como una visión revelada a un monje anciano. Los buscadores quedaron convencidos cuando el pequeño identificó, entre una serie de objetos que se le ofrecieron, algunas pertenencias de su predecesor, el 13º Dalai Lama, con la frase: “Es mío, es mío”, según consta en la web oficial del Dalái Lama. A los cuatro años, en 1940, fue llevado al Palacio de Potala en Lhasa, capital de la actual Región Autónoma de Tíbet, y nombrado oficialmente líder espiritual de los tibetanos.

En 1950, las tropas comunistas se adentraron en Tíbet y fueron controlando el territorio. El Dalái Lama, que ni siquiera era aún mayor de edad, trató de pactar con Mao Zedong una autonomía, pero se vio obligado a abandonar Tíbet en 1959 tras un fracasado levantamiento contra el dominio chino. Miles de fieles seguirían sus pasos.

Desde entonces, ha encabezado desde Dharamshala un Gobierno en el exilio, desde el que aboga por la autonomía de la región (no la independencia) y la preservación de la cultura tibetana, que considera amenazada por parte de las autoridades chinas.

Pekín, en cambio, asegura que ha “liberado” el territorio de un viejo feudalismo, y considera al Dalai Lama como un separatista que pone en riesgo la estabilidad de una región volátil y atravesada por un conflicto étnico y religioso, que ha vivido estallidos de violencia y choques con las autoridades en el pasado.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Guillermo Abril
Es corresponsal en Pekín. Previamente ha estado destinado en Bruselas, donde ha seguido la actualidad europea, y ha escrito durante más de una década reportajes de gran formato en ‘El País Semanal’, lo que le ha llevado a viajar por numerosos países y zonas de conflicto, como Siria y Libia. Es autor, entre otros, del ensayo ‘Los irrelevantes’.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_